Capítulo 20

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|Narra ____|

Llegamos al aparcamiento del centro comercial y ya empezamos mal; está completamente repleto de caminantes.

-¿Y cómo pretende Jenn que entremos?-Dice Nash mirándonos a Cameron y a mí. Yo estaba a la derecha de Nash y justo tenía a Cameron a mi derecha.

-¿Qué atrae a los caminantes?-Escucho la voz de Cameron a mi derecha.

-El ruido, pensad. Tenemos todo un aparcamiento lleno de caminantes. Obviamente, no podemos matarlos a todos; pero podemos amontonarlos en un mismo lugar y así nosotros podremos entrar.-Digo mirando detenidamente el sitio.

-Muy bien renacuaja-Dice Nash riendo y me revuelve el pelo-Pero, ¿cómo los atraemos a todos a un sitio?

-Creo que sé por dónde va ____.-Dice Cameron frunciendo el ceño.-Hay coches, lo mas seguro que en algunos haya alarma que funcione, simplemente tenemos que hacer que salte.-Sonríe orgulloso.

-Muy bien Cameron, vas teniendo mi coeficiente intelectual, enhorabuena.-Río y le revuelvo el pelo, como me hizo Nash a mí.

El chico refunfuña y se vuelve a peinar porque divo siempre. Nos pusimos a hablar sobre el plan, que era el siguiente: Cameron debería adentrarse lo más posible a un coche que parecía muy nuevo y la verdad, no sé cómo, pero estaba muy bien cuidado. Mientras Cameron camina hacia el coche, yo le debo de cubrir las espaldas con mi ballesta-ya que soy la única que tiene arma silenciosa y de lejanía- y Nash rompería el candado que impide que entremos al centro comercial. Cameron mientras tanto se iría cubriendo con su cuchillo.

Comenzamos el plan, Cameron rodeó la verja y se acercó al mar de coches que tenía frente a él. Tenía que intentar forzar la cerradura-era el único que sabía- para que sonase la alarma. Yo vigilaba sus espaldas mientras Nash vigilaba la mía y la suya, disparé al caminante que se acercaba demasiado a Cameron, él me lo agradeció con un gesto y se adentró en el mar de coches, por suerte, no estaba demasiado lejos. Disparé a dos, tres, cuatro caminantes más mientras él estaba con una especie de ganzúa enredando en la cerradura, cuando por fin, comienza a sonar la dichosa alarma. Nash y yo comenzamos a correr hacia la puerta, disparé a varios caminantes que se nos acercaban y recogí las flechas rápidamente, cargué y disparé a los que se acercaban a Cameron, era el que peor estaba. Nash rompe el candado y entra, yo espero a Cameron fuera, por suerte no tarda mucho, aunque llega con un olor que para nada es agradable. A pesar de eso, le doy un gran abrazo, me alegro de que esté aquí.

Miramos bien el recinto de arriba a abajo, tenía varias plantas a las que se accedía a través de unas escaleras mecánicas que hay en el centro, aunque ahora ya no son mecánicas. Es verdaderamente lujoso, hay tiendas de ropa a la izquierda, comestibles varios en el centro y a la izquierda tenía una enorme farmacia y algunas tiendas de juguetes. Parecía mayormente tranquilo, se escuchaba algún que otro gruñido, pero demasiado tranquilo para ser un centro comercial, me inquieta.

-¿Qué tenemos que coger?-Les miro

-Sobretodo comida, agua y leche en polvo para Judith, también pañales, si podemos.-Me respondió Nash y yo asentí.

-Bien, organización.-Nos miró Cameron-____, por la derecha puedo ver una farmacia, seguramente haya pañales y leche. Nash, irás por el sitio de la comida, yo iré a por ropa para los pequeños, que la tienen hecha polvo.-Ninguno de los dos nos opusimos y asentimos a la vez.

-Tened cuidado.-digo en tono preocupado, no sé porque me preocupo tanto por ellos, los he conocido hace nada.

-En una hora aquí, luego iremos a arriba.-Susurra Nash y asentimos de nuevo.

Cuelgo mi ballesta al hombro y camino hacia la enorme farmacia, debe de haber de todo, no solo leche y pañales, seguramente coja muchísimos analgésicos, vendas y todo lo que vea que me parezca importante. Al llegar me paré frente a la puerta de cristal, limpié el polvo que había en la puerta y observé lo que había dentro. Dí un par de toques al cristal para comprobar que no hubiese ningún caminante dentro, esperé un rato y no venía nada ni nadie: limpio. Abro la puerta de un fuerte empujón y entro, observo todo detenidamente. Estantes de metal tirados por el suelo, estanterías descolgadas de la pared, un mostrador bastante sucio... De momento, nada importante. Caminé un poco por los estantes-los que quedaban en pie- y vi unas cuantas cajas de analgésicos, abrí mi mochila, arrastré el brazo por el estante y lo metí todo dentro. Miré de nuevo el lugar, hay una puerta justo detrás del mostrador, seguramente allí haya más medicamentos. Camino sigilosamente hasta la puerta y la abro de golpe, no hay caminantes. Como me esperaba, muchos más estantes, estos están ordenados: nadie lo ha saqueado aún. Camino mirando cada estante, hay un montón de medicina, pomadas, jarabes y muchas cosas más que por desgracia no puedo llevarme. Aún no he visto la leche desde todo el rato que llevo aquí. Gruñidos. Me freno en seco y camino con más cuidado, en busca de dónde proviene el ruido, de nuevo otro, más cerca. Giro una esquina de un estante y ahí está, abalanzándose sobre mí. Le pongo el antebrazo en el cuello mientras me lanza mordiscos, empuja con fuerza para arrancarme el cuello a mordiscos, intento coger el cuchillo de mi pantalón, pero algo choca contra mi pie y caigo hacia atrás con el caminante encima. De nuevo me lanza mordiscos, entro en pánico, mi cuchillo no está en su funda. Noto como sus uñas raspan mi barriga, giro la cabeza en busca de algo con lo que pueda matarlo, nada. Empuja con más fuerza, me araña más fuerte y tiene su mandíbula desfigurada casi rozando mi cuello, intento empujarlo para deshacerme de él, pero de nada sirve; estoy perdida. Mírate, muerta porque te tropezaste, no sirves para nada. Me dice mi conciencia y yo intento de nuevo librarme de aquel estúpido caminante. PUUM, el disparo de una pistola retumba por todo el lugar, el caminante cae encima mío y me lo quito de encima lo más rápido que puedo. Miro para ver quién ha sido mi salvador, levanto la mirada y allí están esos penetrantes ojos azules mirándome mientras se acerca a mí para abrazarme, gesto que le sigo.

-Gracias-Susurro en su oído y me abrazo más fuerte a él.

Se separa sonriendo

-Nada, te cubro.-Sonríe de nuevo.

Sonrío y camino hacia la puerta, me cruzo con mi cuchillo, lo cojo y levanto la mirada al estante que tengo encima, la maldita leche está ahí. Cojo 5 botes y meto algunos en mi mochila y otros en la de Nash, ahora hay más pequeños. Abro la puerta de la farmacia y vamos hacia donde está Cameron, mira a Nash alzando una ceja y luego a mí, señala mi camiseta y miro hacia abajo. Está completamente deshilachada y rota, se me ve el sujetador y algunos arañazos de la tripa.

-¿Estás bien?-Me pregunta acercándose-Podemos ir a por ropa si quieres-Dice Cameron señalando la tienda donde poco antes había estado él.

-Da igual-Sonrío.

-No supone ningún problema, ____.-Me mira de nuevo

-Vaaaaale, está bien.-sonrío y camino hacia la tienda.

-¿Piensas ir sola?-Escucho a Nash a mi espalda.-Casi mueres ahí.

-¿Cómo que casi muere?-Pregunta Cameron totalmente perdido y me giro.

-Está bien, Cameron ven.-Miro a Nash y de nuevo a Cameron.

El chico asiente y me lleva a la tienda, agarro una camiseta más grande de lo que pensaba, es básica blanca. Le digo que se gire y cuando lo hace me cambio la camiseta.

-Ya-Sonrío.

-Te queda bien, un poco grande, pero bien.-Ríe.

-Siempre me han gustado grandes-Sonrío y me mira riéndose más.

-¿El qué te gustan grandes?-Ríe más

-Idiota-Le doy un golpe en el hombro y camino hacia la puerta.

-Si quieres camisetas grandes, yo tengo varias en el campamento que me quedan pequeñas, si quieres te las doy-Me alcanza y abre la puerta.

-Como quieras-Río y salgo.

Caminamos hacia donde Nash y al llegar me siento pegando mi espalda a la pared, ahora qué.

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CAPÍTULO NUEVOOOOOOOO EJEJEJJEEJE. Ai dio mio que matan a rayita :c. Nah, es obvio que no pero bueno ajajajaja.

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Él. (Dylan O'Brien Y tu) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora