Él me dio dos besos, seguido de un piropo. Me dijo que estaba muy guapa, que se me veía diferente, una mujer. De hecho, hacía tres años que no nos veíamos. Me dijo que me invitaba a un pitillo, salimos juntos a la terraza. Me hizo una especie de interrogatorio que resultaba algo agradable, en cierto modo mostraba interés hacia mi vida. Me preguntó si todavía estudiaba, si trabajaba, si tenía pareja, le resumí un poco las respuestas. Le cambió él rostro cuando contesté que no a lo de si tenía pareja. Hizo una especie de expresión de alivio. Le dije que no era porque me importara pero le pregunté si él tenía. Me dijo que no, que hacía unos meses lo había dejado con una chica. Y añadió al terminar de contestar que si preguntaba era porque algo me importaba. Siempre me había sentido como en casa estando con él. Él hacía que dejara de importarme lo demás. Era como algo platónico, que por mucho que yo llegara a decepcionarme con él no era capaz de verlo con malos ojos. Al contrario, lo veía con mejores ojos todavía.
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AGARRA EL TIMÓN
Novela JuvenilJóvenes con historia, historias de jóvenes, jóvenes historias. Qué dice más? La verdad o la mentira?