Ésta es tu casa.

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Mejor tarde que nunca. Creo que es propicio dedicarle un texto a quien dejó en agonía el grito de gol de millones de hinchas que se llevaron las manos a las cabeza cuando vieron como el arquero de River se estiraba heróicamente para impedir la caída de su arco.
Aunque creo que no soy nadie para pedirle algo tan personal a quién me dio tantas alegrías y me enseñó que, ni con un penal a los tres minutos de una serie internacional contra el rival de toda la vida, podía dar por muerto al "1" de mi equipo. Sin embargo, y sin un juicio de valores previo, me dispongo a escribir un breve fragmento pidiendo que Barovero continúe defendiendo éstos colores.
Más que nada, porque quiero que el arco que agrandó tanto Amadeo y defendió Filliol, esté en buenas manos. O en buenos guantes, quizás.
Y si hablamos de manos, las de "Trapito" salvaron los papeles en instancias decisivas, reiteradas veces, incluso en un mismo partido. Fue él quien le puso la mano al penal infernal de Gigliotti, también fue él quien se estiró inexplicablemente cuando a Caruzzo, en la vuelta de la Recopa, le quedó la pelota picando estando sólo adentro del área y sacó una volea fulminante. Y atajadas así, muchísimas. ¿Cuantas veces escuchaste frases como: "¡ATAJÓ BAROVERO!", "¡BAROVERO!"? ¿Cuantas escuchaste: "BAROVERO BAROVERO BAROVERO!", y desde la primera hasta la última vez se te erizó la piel? No me equivoco, supongo, si digo que todavía sentimos el nerviosismo de aquellos momentos donde por segundos la pelota viajaba directo al gol, mientras nuestro corazón se paralizaba y volvía a su pulso normal cuando la palma de Barovero revivía innumerables almas riverplatenses.
Además de que River debe tener un gran y humilde capitán: "Trapito" no se estira espectacularmente para salir en la foto, ni cuando hizo la atajada más importante en la historia del superclásico se enloqueció, mientras cualquier otro saldría a festejar  eufóricamente. Nuestro capitán y héroe, sólo levantó un dedo.
Deseo fervientemente que se quede en Núñez, antes de salir a buscar un arquero que muy probablemente, no esté a la altura de ese ídolo que se va envuelto en gloria. De hecho, cariño nunca le faltará: cada entrada en calor, cada vez que se lo nombra por la voz del Monumental, y por cada intervención, una ovación baja desde las tribunas de nuestro hermoso estadio exclamando: "¡Trapito, Trapito, Trapito!", una forma más de expresar el deseo de que se quede acá, donde siempre va a tener un lugar.
De hecho, todo River hizo una gran movida a través de las redes sociales, y sumando el verde en sus colores en honor al que está parado entre los tres palos, campeón de todo lo que se propuso con "La banda".
Como dije, no soy nadie para pedirle algo a quien me dio todo, pero no quiero que mi deseo se quede encerrado en los recovecos de mi mente.
#QuedateEnRiverTrapito, ésta es tu casa. En ningún lado te van a valorar tanto como en River. Vas a disfrutar del cariño de nuestra gente toda tu vida, pero vos elegís si desde adentro o desde afuera. Te deseo lo mejor. Y ojalá, lo mejor sea River.

#QuedateEnRiverTrapito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora