-¡Taehyung! ¿Me estas escuchando?- grito mi mama al otro lado de la linea telefónica sacándome de mis pensamientos centrados en mi serie favorita de televisión.
-¡Si si mamá!- reaccione.
-A ver, ¿que te estaba diciendo?- pregunto mi madre en tono desafiante.
-Que estas en casa de mi tía y quieres que vaya...- dije al recordar vagamente lo que tantas veces había repetido mamá durante la llamada.
-Sí, toma el bus celeste por favor...- insistió mi mamá.
-Mamaaaaa...- Me queje.- sabes que no me gusta viajar en transporte publico.
-¡Haz lo que te digo Kim Taehyung!
-E... Esta bien.- acepte a regañadientes, total no tenia dinero suficiente para un taxi y solo ni loco.
-¡Calculare el tiempo desde ya! Levanta tu trasero y deja de ver televisión o no pagaré el cable el otro mes.- Amenazo mi madre tan controladora como siempre, mandándome indirectas sobre mi falta de trabajo.
-¿Acaso es tan importante mi tía? - Rechiste incorporándome del sofá.
-Es una reunión familiar, socializa o tendré que socializarte mandándote a dormir en las calles.- dijo fríamente.
-Esta bien, ya saldré, adiós madre fría y calculadora.- dije y colgué después de oír su suspiro de indignación, no quise seguir oyendo mas quejas ni amenazas, ¿acaso no puedo hacer ya ni lo único que me relaja en el día?
Guarde mis pertenencias en el bolsillo y cerré la puerta de mi casa. Camine hacia el paradero.
-¡Genial! ¿Que bus era?- dije despeinándome para recordar los datos. Aun no había salido de mi barrio y ya estaba perdido. Ni llamar a mamá, antes me pierdo y no vuelvo.- ¡Celeste!- dije como si me hubiera tocado la lotería, pero como quien diría, en un momento inoportuno, pues justamente pasaba el bus celeste dejando un gran rastro de humo que inhale.
Perfecto Tae, ya perdiste un bus, si demoro mucho mamá se molestara, ¡QUE ESTRÉS! Pense mientras me ahogaba tosiendo por el humo.
Suspire y mire a los costados, parecía un loco haciendo gestos raros, así que decidí sentarme a esperar otro bus celeste... Y como llegado del cielo uno se detuvo en frente mio abriendo sus puertas. Subí y el chófer, un señor un tanto obeso, me extendía una mano en señal de cobro. Deposite el dinero en su mano y él me extendió un boleto.
Observe el bus, un entorno nuevo para mi. Habia pares de amigos, riendo y conversando plácidamente, otros pasajeros durmiendo, señores mayores al borde del sueño, madres con sus bebés...
Y el típico emo sentado en una esquina, siendo indiferente con sus audífonos puestos mirando por la ventana. ¿Esta acaso en un videoclip o qué? Tonto pero lindo, muy lindo. Él único joven a parte de mí.
No había asiento disponible por lo que me quede parado. La primera impresión del bus no era muy buena. El camino era muy largo, necesitaba un asiento, no quería estar una hora y media parado... Aunque creo que seria mas de hora y media, el carro paraba cada rato.
Después de dos paraderos, más gente me acompañaba en el sacrificio de estar en pie durante el trayecto. Casi nadie bajaba, solo abordaba más gente. Aunque de mi visión meticulosa de un primerizo en viajes de autobús no escapaban dos chicos que junto con el emo y conmigo contábamos cuatro jóvenes.
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