Hell~ [Wigettaxx]Oneshot

Infierno ~

POV'S Guillermo~

En medio de la carretera, no muy lejos de las afueras de la ciudad; justo donde el camino de asfalto se pierde puedes encontrar un pequeño bar con el nombre "Infierno" resaltado en luces de neón. Un trozo de tierra en el que los tragos al igual que los motociclistas son el pan de cada día, y cuando el sol se ha ido el establecimiento se llena y una nueva fiesta va a comenzar.

− ¡Guillermo, muévete! − Me encargo de repartir cada trago y aperitivo con tranquilidad mientras las miradas de los presentes se posan sobre sus chicas, hermosas, con poca ropa cada uno trae consigo a la suya para que adorne su regazo con alabanzas y alcohol mientras su ego se eleva por los cielos.

Vodka y cerveza, una mescla extraña pero que al parecer los tenía bastante satisfechos, el olor de la ceniza era horrible; cigarrillos y el hediondo smog de los motores de sus motocicletas invadiendo a la vez mi nariz, atacando de golpe mi cabeza al igual que el rugir de aquellas bocinas y rockola al otro lado de la sala, música alcohol y mujeres es lo que se encuentra todo el día, durante todo el año dentro del Infierno.

No es el mejor trabajo, había presenciado riñas, golpes y gritos de todos los tipos, una vez un tipo incluso me amenazo con el filo de una botella rota, pero es lo que me da de comer y todo lo que puedo hacer en mi tiempo de por medio al salir de la escuela.

Aquella era una noche fría, no voy a mentir... estoy aquí de nuevo, sirviendo trago tras trago detrás de la barra, tan pronto como alguien se va otros más llegan y así la noche pasó volando tan rápido como siempre; Fue cuando el reloj marco las tres de la mañana que aquella noche se tornó un poco más... extraña.

− Este lugar es una porquería, espero este abierto... − un alboroto, al igual que unas luces estacionándose fuera dijeron que la noche no iba a terminar ahí; eran bastantes quizás alguna pandilla que iba de paso.

− Ni siquiera es tan grande, volvamos al camino – abrieron la puerta de golpe, podrían ser cinco o seis chicos, solos sin compañía femenina.

− Vete a la mierda, quiero beber algo... − uno de ellos casi gritó, golpeando a su compañero mientras iban a sentarse a una de las mesas de atrás. Buscando entre las piezas y poner algo de música nueva en la rockola.

− ¿Qué van a tomar? – pregunté, uno de ellos se acercó a la barra, se vio irritado apenas y su mirada se posó sobre la mía.

− ¿Tu estas a cargo? Bah... − gruñó, llevando una mano a su bolsillo y así buscar uno de sus cigarrillos.

− Mi jefe esta allá atrás, siéntense ahora les llevo algo bueno – respondí, buscando entre las botellas, mientras el solo volvía hacia donde sus compañeros.

− Mas te vale − odiaba tratar con cretinos, pero en un bar de este tipo no es como que pudiera hacer mucho al respecto.

No es que me moleste servir tragos en un bar, de hecho, es divertido ver las estupideces que la gente hace ebria... pero había veces en las que tipos como ellos venían solo a armar un alboroto y el que yo este solo con ellos no me hace sentir nada bien al respecto de mi salud o integridad física.

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Pisos de madera, las paredes de roca desgastada aun conservaban marcas de peleas y enfrentamientos, los vidrios estaban pegados a las mesas y uno que otro cuchillo seguía encajado sobre más de una de las tablas.

Ventanas reforzadas y luces de neón azules bañaban sobre las sillas, mientras los chicos se acercaban a la mesa de billar otros se tendieron plácidamente sobre uno de las mesas y escuchaban aquella pieza del viejo Osbourne.