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En aquel oscuro cuarto...

Donde solo era iluminado por una leve luz que se colaba por la puerta...

O al menos, a esas horas de la noche.


-¡¡Aaargh, Harukaaa!!- Se escuchaba gritar a una enfurecida chica de coletas.

El muchacho moreno solo respondió a esos gritos bostezando de una manera en la que sin quererlo se veía tierno.- Umm...Takane, nos acabamos de despertar...no grites...- Pronunció con un tono cansado, una vez más, demasiado adorable como para tratarse de un muchacho adormecido.

-¿¡Cómo no quieres que grite?! ¡Por tu culpa nos quedamos dormidos! ¿¡Q-Qué hora es?! ¡AAAgh, nos van a matar...!

El más alto se acercó a la ''estresada'' Takane y le hizo lo que coloquialmente llamamos....pat-pat.

-Tranquiiiila.~No creo que nadie sepa que seguimos aquí, ya es muy tarde. Seguro que todos están ya en sus casas.- Intentó decir de forma tranquilizadora Haruka.

-Donde deberíamos estar nosotros...Hmpppp...-Resoplaba continuamente.

-Pero oye, ¿qué pasó? Yo me quedé dormido...pero...¿tú? ¿Te desmayaste de nuevo?

-¿E-Eh?- No, no se había desmayado, pero la expresión ''de nuevo'' si que estaba presente en lo que había sucedido. Y es que de nuevo se había quedado embobada mirando al chicho del lunar dormir,  cosa no demasiado nueva en ella. Pero claro, ¿cómo decirle eso?- Yo...Te vi durmiendo y dije ''pues voy a descansar yo también cinco minutitos...ehe...

-Oh, ya veo...bueno, entonces es culpa de los dos, ¿no crees?- Pronunció, esbozando una sonrisilla que hizo a la muchacha ruborizarse.

-¿E-Eh? E-es culpa tuya, pero si quieres verlo así...

-Por ahora...te acompañaré a casa, es tarde, no quiero que vayas sola...

-¿¡E-eh?! ¿Cómo que no quieres que vaya sola? ¡Soy una mujer libre fuerte e independiente, p-puedo ir yo sola...!

-Eres una mujer libre fuerte e independiente.-Dejó escapar una risilla.- Pero es tarde y esta mujer libre fuerte e independiente puede desmayarse de camino y llevarse un disgusto.- Guiñó un ojo en broma, mientras cargaba su mochila con todo recogido.- ¿Vamos~?

-E-Está bien...-resopló.

Salieron del aula con todo recogido, y tras varios paseos por el edificio, no tardaron en verse cubiertos por un cielo azul oscuro con manchitas blancas acaparandolo. Parecía que alguien hubiese espolvoreado azúcar sobre un mantel azul, era precioso a la vista.

-Hey, Akane...-Dijo girando la vista hacia ella.- Es precioso, ¿no crees?

''Precioso, cómo tú...''Pensó.

Pero aún así la nombrada solo evitó la pregunta, enfurruñada en su bufanda.

-Mhm, ya veo, sigues enfadada...-Continuó volviendo la vista a su sitio, algo apenado.

''¿Enfadada?''Pensó la morena. ''¿P-Piensa que estoy enfadada? Mierda, no, solo me da vergüenza hablarle...Qu-Qué hago, no quiero que me considere una enojona...''

-¿H-Haruka?

El nombrado fijó su mirada en ella de nuevo.-¿Takane?

-S-Sabes que aunque me ''enfade'' contigo...te quiero, ¿no?

Una adorable mirada se formó en el rostro del moreno, muy alegre al escuchar aquellas palabras.-¡Pues claro que lo sé! Al fin y al cabo somos amigos, ¿no?

-A-Ah, claro....Aunque yo no te quiero solo como amigo...-Murmuró.

-¿Ah? ¿Cómo dices?

-¡Q-Qué mi casa ya está ahí adelante, h-hasta mañana!- Y echó a correr.

-Heh...Hasta mañana.~



Dos palabras, un sentimiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora