La unica noche

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Era una noche fría, me sentía débil y los párpados me pesaban, no tenía fuerza en ninguna de mis extremidades. Con lo poco que lograba ver por lo oscuro de la habitación. Solo veía a una especie de figura que parecía ser un hombre, aquel sostenía algo entre sus manos, se acercó sonriendo a mí, poco a poco, yo intente retroceder pero no sentía mis piernas, y esto me lo impedía. El hombre alzo el objeto hacia mi rostro y cuando logre ver lo que era, el miedo y la desesperación se apoderaron de mi cuerpo y de mi alma.

Era la cabeza degollada de mi amada Sharlott. Con rabia y desesperación intentaba levantarme, moverme y despellejar a ese desgraciado hombre desconocido, pero mis piernas inmóviles me lo impedían. Era frustrante saber que tenía al asesino de la mujer que he amado durante 15 años y no puedo hacer nada por vengarla por abrirle las entrañas a ese maldito, es desgastante, quiero morirme.

-Mátame de una vez, para poder estar con mi hermosa Sharlott en el otro mundo-, le dije al hombre. Se acercó a mí oído lentamente y susurro, -No puedo hacer eso querido amigo, quiero ver la sin igual expresión de tu rostro sufriendo, y la sangre derramándose y salpicando por tu cuerpo y por esta blanca habitación, el dolor te espera-.

Me sentí esmirriado, iba a morir, la sangre me helaba las venas al escuchar que iba a sufrir.

Que más que ver a mi esposa degollada, con la sangre brotando de los ojos, que más que el dolor de saber que está muerta, que no podre verla más, que más que el dolor que me causa la frustración de no poder rajarle las entrañas y despedazas a ese extraño, desconocido y maldito asesino.

Aquel hombre se alejó de mí y encendió un foco, la luz impacto en mis ojos y me dejo ciego por unos segundos, cuando pude ver bien, observe que el hombre tomo una serie de vidrios rotos que tenía en el suelo, vi que tenía los ojos brillantes y una sonrisa macabra. Dio exactamente 5 pasos hacia mí, y clavo uno a uno los 18 filosos fragmentos. Clavo con fuerza 6 en mis piernas, 4 en mis brazos, 5 en mi espalda y 3 en mi vientre. Fue un dolor impresionante, la sangre bajaba lentamente por mi piel, comencé a sentir mis extremidades por el intenso dolor, sentí que me desmayaría por todo el sufrir que tenía, pero el hombre me dijo en un aire calmado, -Cuenta del 1000 hacia atrás de 7 en 7-.

No sabía que rayos hacer, estaba inmovilizado, habían matado a mi amada, y me estaba desangrando lentamente. El tipo repitió nuevamente que contara y no tuve más opción que hacerlo.

El oscuro hombre se acercó a una mesa donde había múltiples objetos, una tijera de jardinero, una sierra eléctrica, un bate, una llave inglesa, entre otras, las cuales supuse que utilizaría para torturarme. Tomo un cuchillo y me hizo pequeños cortes en las manos y en los pies, se reía del gusto mientras mi sangre caía, y mis gritos entre dolor y los números que con agonía seguía contando, le causaban placer, lo que hacía que poco a poco cortara más y más, aumentando la fuerza. Era tanto el dolor que casi no lo soportaba, y contar los números lo intensificaba y volvía peor de lo que ya era.

Pare de contar los números por el dolor, y me miro con desprecio e ira, le pregunte, -¿Por qué me haces esto?, ¿Qué te he hecho yo?-, y me respondió -¿Tu?, tu no me has hecho absolutamente nada malo, has sido una muy buena persona, es solo que desde siempre he querido ver tus entrañas salir por tu boca y verte bañado en tu propia sangre, verte sufrir, ver sufrir y asesinar personas es muy placentero, es una droga, es extaciante , no puedes parar de hacerlo, por eso quiero matarte-.

Me sentí abrumado ante su aterradora respuesta y empezaba a escatimar la posibilidad de escapar.

Sentía que mi cerebro se apagaba, mi sentido de razón se alejaba de mi, empezaba a nublárseme la vista y de repente el hombre asustado y estrepitoso grito, -¡NO AUN NO, TODAVIA TENGO MAS PARA TI, ESPERA, YA ESTO SERA LO ULTIMO!-

Corriendo el tipo se acercó a su mesa y desesperado tomo las tijeras y se acercó a mí y grito, -¡DI MI NOMBRE!-, yo sin fuerzas le respondí, -No lo sé, no sé quién eres-, con ira por mi respuesta, el tipo bramo y con fuerza corto mi mano, el horrible dolor me despertó y di un grito agonizante, luego me corto a la altura del codo, sentí como mi hueso y mis ligamentos se desprendían de mí , como la sangre salía de mi cuerpo como una llave abierta, grite y seguí contando con mucho dolor, mis lágrimas de dolor y sufrimiento se mezclaban la sangre. Repitió lo mismo con mi otro brazo. Era interminable, el hombre se reía, se extasiaba con cada gota de sangre que salía de mi cuerpo.

Antes de que me diera cuenta el hombre tomo la sierra eléctrica y me hizo otra pregunta, -¿Haz despedazado a una mujer?-, -No, nunca he hecho algo así-, -Pues te perdiste de mucho en esta vida querido amigo-.

Con furia y placer me corto los pies de un solo movimiento, luego corto mis rodillas y luego mis piernas en su totalidad. El tipo reía más y más y mi sangre lo estaba bañando, y salpicaba la blanca habitación en la que nos encontrábamos, fue lo más doloroso que sentí en mi vida.

Ver a tu esposa degollada frente tuyo, ser torturado de una forma macabra, quedarse poco a poco sin extremidades, sin sangre, sin fuerzas y sin esperanzas.

No podía sufrir más, me sentía vacío y con ganas de no existir más.

El hombre me dijo sus últimas palabras, -Gracias por darme la mejor sensación de esta vida, gracias por dejarme despedazarte, gracias por hacerme feliz, hasta nunca querido amigo-, luego de esas palabras, alzo la sierra y me abrió del pecho hasta el vientre, vi como mis entrañas salieron, como mi sangre chorreaba, como ese hombre se bebía mi sangre, como arrancaba mis órganos. Pero no tenía ni idea de porque seguía consiente, debería estar muerto, entonces el hombre corto mi cabeza y rodé unos 3 metros de mi cuerpo , y mis ojos se cerraron, de repente mis ojos volvieron a abrirse poco a poco, apenas entendía la situación , ¿Dónde estaba?, ¿Quién era ese tipo?, pero todo eso se borró de mi mente cuando vi a Sharlott llorando encima de mí, no sabía porque lo hacía, luego vi un chuchillo clavado en mi costilla, cerca del corazón, vi un rio de sangre brotando de mí, no sentía dolor, solo quería abrazar y besar a mi amada Sharlott pero no me podía levantar.

Sharlott volteo a verme y dijo, -¡No te mueras, por favor, no me dejes sola, te amo, no te vayas-, esa fue la última vez que la escuche diciendo "Te amo", la última vez que escuche dulces palabras saliendo de los labios que tanto ame, pero de mi boca solo salieron estas palabras.

-Maldita esquizofrenia.-

El ultimo te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora