Capítulo 17

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Estoy en un auto; al menos eso creo. Siento todo mi cuerpo agotado y la cabeza me da vueltas. Voy abriendo mis ojos poco a poco y me acomodo en la silla, mis párpados están pesados. Volteo a mi izquierda y me encuentro con Sean. Está manejando y tiene el ceño fruncido, parece muy concentrado en su tarea.

-¿Cómo te sientes?- me pregunta sin siquiera voltear.
-Siento que la cabeza me va a explotar- le respondo a la vez que me llevo una mano a la frente. En ese momento recuerdo algo, Joanna.
-Tenemos que volver, Joa...-

-No te preocupes- me interrumpe- Ya arreglé todo- Aunque su respuesta no me ha dejado nada tranquila decido dejarlo por la paz , me siento muy mal como para pensar en las consecuencias que tendré. Observo a Sea quién continúa con la vista en la carretera y solo voltea un par de veces por el retrovisor.

Su cabello negro está algo largo y ondulado de los lados. Tiene un  rizo rebelde que le enmarca el rostro y hace contraste son su piel y sus ojos. Esos ojos...creo que nunca me cansare de verlos.

-Deja de observarme-  me dice tomándome desprevenida. No parece enojado pero por su tono de voz diría que se siente algo incómodo con mi mirada.
-¿Te incomoda?- sonrío tímidamente y suelto una risa a penas audible- me gustan tus ojos- espero su respuesta pero no dice nada por un rato y creo que está procesando lo que acabo de decir.
-¿Por qué?- dice al fin.
-Son hermosos- un color rojo empieza a invadir sus mejillas y yo me regocijo ante tal reacción. Él que este chico se sonroje por un simple cumplido me enternece el corazón.

Llegamos a una estación de auto servicio y Sean estaciona el coche al frente de esta.
-¿Quieres algo?- me pregunta tímido. Me quedo pensándolo unos segundos, la verdad es que tengo la boca seca y me urge algo de beber.
-¿Agua?-
-Hecho- sale por la puerta del conductor y me quedo esperando.

Para cuando regresa trae consigo una bolsa de plástico y varias cosas, entre ellas mi botella con agua.
-Toma- me la extiende.
-Gracias- no puedo evitar asomarme a ver que ha comprado. Una bolsa de gomitas se asoma y reprimo una sonrisa. No me puedo imaginar a Sean comiendo gomitas de colores.

Enciende el coche y regresa a la carretera. Hay algo en su muñeca izquierda, un tatuaje al parecer. No es muy grande pero es del tamaño suficiente como para notarlo. Letras negras invaden su piel formando una palabra:

<Efímero>

-No sabía que tenías un tatuaje- Sean mira su muñeca por un instante y regresa la vista al camino.
-No sabía que importara-
-¿Qué significa?- El chico suelta una risa.
-Te vas a reír-
-Te prometo que no- lo animo. Pasan unos segundos antes de que vuelva a hablar.
-Dahlia, la vida es efímera. Tal vez no lo notamos pero el tiempo que tenemos es muy corto como para desperdiciarlo.

Las personas se pasan la vida buscando aquello que los llena y no se dan cuenta de todo lo que tienen a su alrededor. Todo lo maravilloso que se les ha dado; yo no quiero olvidarlo. Por eso efímero. Quiero que cada vez que mire este tatuaje me acuerde que no tengo mucho tiempo aquí. Que tengo que disfrutar cada momento por qué si me distraigo luego me daré cuenta que ya lo habré perdido. Y no quiero perderme ni un segundo de mi vida. No puedo-

-¿La vida es efímera?-
-La vida y los momentos más hermosos de ella. Eso los hace valiosos- me ofrece una sonrisa y no puedo evitar ruborizarme. Hay algo en él, algo que me llama mucho la atención y me desespera no saber qué es.

Llegamos al campamento y Sean estaciona el coche en la entrada de las cabañas. Apaga el motor pero no dice nada. Entonces lo recuerdo.

-Antes de que me desmayara dijiste algo-
-¿Sobre qué?- Siento su cuerpo tensarse a mi lado, sabe a lo que me refiero.
-Dijiste que era diferente-
-No eras, ERES diferente-
-¿Diferente en qué sentido?- El chico empieza a mover y estirar las manos sobre el volante.

Tengo que saber. Tengo que saber de una vez por todas si soy diferente para él del mismo modo que él lo es para mí. Es extraño, hay veces en las que simplemente sé que está ahí, como si pudiera sentir su presencia. Como si pudiera sentir su alma reaccionar en conjunto con la mía.

Cuando está cerca siento chispas emanar de mi piel y de algún modo u otro... me siento segura.

-No eres como las demás, eso es todo lo que sé. Hay algo en ti que me llama muchísimo la atención.

Cuando te veo me dan ganas de estar contigo, siempre. De protegerte para que no te pase nada. El día que te desmayaste a medio combate, casi me da un infarto. Por eso te cargué  y lleve a la enfermería. Me preocupaste mucho, me preocupas mucho.

Dahlia, tú me importas más de lo que me gustaría admitir, esa es mi verdad- El momento ha llegado. Estoy muy nerviosa por lo que estoy a punto de hacer pero reprimo los nervios y me logro controlar. Coloco mi mano sobre la suya y lo miro. Sus pupilas están dilatadas, sus ojos el tono más brillante de azul y mi corazón late al mil por hora.
<Es ahora o nunca> me recuerdo.
Y ahí es cuando por fin lo beso.

~Los elegidos~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora