Capítulo 12: Juntos
Por la memoria de Raynard comenzaban a pasar todos los sucesos desde que conoció a Erika, no, Heather. El dialogo que mantuvieron cuando la encontró en el bosque y como se había enamorado torpemente de una niña de 5 años y tiempo después se adueñaron del barco en el cual se infiltraron, fue la primera vez que asesinaban a personas humanas, pero la palabra promesa volvió con estruendo.
Tras deshacerse de toda la tripulación y durante la noche, la niña de ahora 6 años se encontraba en lo más alto de la estructura observando las estrellas, el albino subió y se acostó a su lado, para hacerle compañía.
— ¿Por qué no me mataste? —preguntó Erika sin inmutarse.
—Siendo sincero ni yo mismo lo sé, digamos que solo fui cautivado por tu canción—una pequeña sonrisa se le escapó al albino.
—Esa canción la compuso mi madre—comentó la niña y su voz se apago unos minutos.
—Es una canción muy bonita—dijo Raynard con cierto pesar en su interior.
—Sí...—Erika lucia triste y el cazador reaccionó a eso.
—Yo permaneceré siempre a tu lado—exclamó sentándose de rodillas, pero la niña no se movió.
—No tienes algún motivo para quedarte a mi lado—ella lentamente cerró los ojos.
—Entonces haré una razón—dijo el albino haciendo un pequeño puchero y una idea alocada pasó por su mente—M...comprometámonos—agregó provocando que la pelinegra despertara y se levantara.
— ¿Comprometerse? ¿Eres un idiota? Se supone que eso sólo lo hacen dos personas que se aman—exclamó Erika con enojo, entonces dos manos tomaron su rostro, una frente se posó contra la suya y se encontró de frente con los celestes ojos de su acompañante.
— ¿Y? Eso se puede arreglar, sé que aún somos niños y por eso seré el primero en conquistarte. Así que sé mi prometida—Raynard se acercó y beso la pálida mejilla de la niña que rápidamente se sonrojo.
—De acuerdo—respondió aún roja.
—Bien, ahora estamos comprometidos y tengo una razón para nunca dejarte—una sonrisa se asomó en los labios de ambos niños ante aquella descabellada propuesta.
—Sí—respondió la pelinegra con una gran sonrisa que no tenía desde la muerte de sus padres.
Raynard se comenzó a reír a carcajadas, claro, estaban comprometidos y eso traía la respuesta de varias conductas extrañas que tenía Heather, sobre todo cuando necesito relajo y se fue hacia un burdel cercano, la chica se enfureció y no le hablo en meses, pero siempre velaba por ella, incluso a él le venían celos cuando volvía con olor de otro ser, ya sea hombre, mujer, vampiro o vampira, espera ¿esa conducta cuando comenzó? Después del acontecimiento en el burdel.
—Así que tengo la culpa ¿eh? —murmuró de mejor ánimo, sus heridas habían sanado y un poco de su fuerza había vuelto, recordó el fuerte golpe que recibió por parte de Heather y todo su cuerpo se estremeció, nunca había visto todo el poder de la chica y realmente no quería verlo, sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de unos pasos.
—Ey mocosos, si Heather saben que están aquí también los castigará—exclamó el albino.
—No somos mocosos—respondió Edward saliendo de tras la escalera, pero su mirada se desvió al gran charco de sangre que rodeaba al prisionero.
—Idiota—dijo Carol golpeándolo en la nuca y mirando el lugar.
— ¿Qué hacen aquí? ¿Se vienen a burlar? —Raynard lo observaba con nostalgia, aquellos niños que habían recogido en Alemania y Sudáfrica habían crecido espléndidamente.
—Yo sí—dijo el rubio con las manos en la cintura y enojado.
—No seas mentiroso—la morena lo miro y luego avanzo hacia el ex-cazador—él estaba preocupado por ti, sabemos que nuestra ama mete al subterráneo a gente que castiga o interroga—hizo una pequeña pausa desviando los ojos de la sangre—Sin querer una vez vimos lo que les hacía, es horrible, pero ella nunca haría esto sin una razón—los ojos color chocolate se quedaron fijos en el albino.
—Estamos hartos que nos dejen fuera, ¿Qué hiciste? ¿Nos traicionaste?—Edward estaba inquieto, necesitaba respuestas y la idea de que aquel hombre que los crió como un padre fuera un traidor, traía un mal sabor de boca.
—Nunca los traicionaría, sólo omití información por temas sentimentales—Raynard bajó la mirada y suspiro—Supongo que ustedes no lo sabe, ya que se olvida la vida mortal cuando nos convertimos en vampiros, pero mi nombre completo es Raynard van Helsing.
— ¿Eres un Helsing? ¿Un cazador?—exclamó Carol impactada.
—Lo fui, pero muchas cosas cambiaron cuando conocí a Heather. Yo tome la responsabilidad cuando me convertí en vampiro de matar a mis padres, quienes lideraban los organización en ese tiempo, pero no pude matar a mi hermano gemelo...—tomo un poco de aire y siguió—Mi hermano creció y tomo el mando, tuvo familia y luego su hijo con su propia familia tomaron el liderazgo, algunos años después Heather se entero que los Helsing seguían vivos y me castigo por primera vez.
—Espera ¿le ocultaste que no mataste a tu hermano? —preguntó el rubio, ambos estaban atentos a la historia.
—Sí y más que nada por eso me castigo, nunca me ha querido matar cuando generalmente por ocultar u omitir información es una muerte segura—Raynard hizo un simple movimiento con los hombros.
—Bueno prosigue—comentó la morena.
—Resulta que fue sola y los mató, pero hubo otro problema de información, ya que solamente mato al líder y su futuro sucesor, no se investigo si habían mas posibles sucesores—el albino perdió la vista en el horizonte—estaba el otro hijo del líder que actualmente dirige la organización, no, dirigía.
—Espera ¿Cuándo nuestra ama? —hablaron al unísono.
—El chico contra el cual pelee en el aeropuerto era el líder, era la viva imagen de su padre y por eso Heather lo reconoció, ahí debió idear este plan loco y acabar con los Helsing de una vez, cuando la encontré en el bosque la batalla había terminado y quizás encuentren el cuerpo del chico en una cueva cerca de aquí—finalizó el albino.
—Pero ¿el segundo problema de información no fue tu culpa o sí? —preguntó Carol.
—Yo me entere hace un par de años atrás que aún seguían vivos los Helsing, ya que en ese momento se manejaba que otra familia se había hecho cargo—respondió Raynard—Ahora será mejor que se vayan, Heather los dejará igual que a mi si los descubre aquí—agregó, pero ambos jóvenes pusieron caras de disgusto—¿Qué sucede?
—Verás...—titubeo Edward antes de hablar.
—Einar, la mano derecha llegó al castillo y ahora está con nuestra ama—respondió Carol.
— ¿Esa rata está aquí? —exclamó Raynard con enojo, no importa cuantas décadas pasaran nunca le gusto Einar, sus ojos demostraban ambición y siempre estaba al lado de Heather, para llenarla con ideas raras— ¡Maldición!—rugió intentando zafarse de las cadenas, pero le faltaban fuerzas, los chicos se miraron, calmaron al albino, pero luego debieron retirarse del lugar, pronto Heather terminaría su reunión con Einar y si no los ve causaría muchas sospechas del lugar en donde estaban.
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La Descendencia de Drácula
VampirosBasado de los libros de Bram Stoker (Drácula) y Dacre Stoker junto a Ian Holt (Drácula el no muerto). Tras la tragedia ocurrida en Londres, Quincey, el hijo de Jonathan y Mina se va del país hacia Estados Unidos, pero pereció debido a los cazadores...