Un Verano Especial

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Estaba intranquila, las palabras de Poseidón me dejaron perturbada, no entendía lo que había dicho, ¿quién querría separarlo de mí? ¿Para qué? Por más que le pregunté, no contestó nada, no quería hablar de eso, sólo me pidió que tuviera mucho cuidado. De todas formas, ningún otro fans se había unido a Fernando, por lo menos hasta ese momento.

Una tarde, Felipe, mi hermano, me pidió que fuera a hablar con él a su oficina. Él era arquitecto y tenía su estudio en el Edificio López Gómez, en pleno centro de Antofagasta. Subí hasta el séptimo piso y Belén, su secretaria, me hizo pasar de inmediato.

—Hermanita mía —Felipe se levantó de su silla donde trabajaba en un plano y se acercó a saludarme con un beso y un abrazo—, ¿cómo estás?

—Bien, ¿y tú? —contesté un poco temerosa, si me había llamado a su oficina no era para nada bueno.

—Mejor que nunca —sonrió sinceramente—, pero siéntate, ven.

Me indicó un gran sofá que tenía allí, me senté y él se sentó a mi lado abrazándome por los hombros.

—¿Cómo te ha ido?

—Bien, ya te dije.

—Tú sabes a lo que me refiero —contestó tomando mi collar entre sus dedos.

Creo que me puse roja, sentí mi cara hervir.

—Bien.

—¿Sólo bien?

—Es que no tengo mucho que contar.

—Mira —se levantó hasta su escritorio y me llamó desde allí, él se quedó de pie frente al computador mientras lo manipulaba—, siéntate.

—¿Me vas a decir que estuviste investigando algo de mi collar?

—No, precisamente, pero “Goglear” a tu Poseidón no es fácil, todo está lleno de misterio y muchas mentiras.

—-Pero si me citaste aquí supongo que es porque encontraste algo interesante ¿o no? ¿Descubriste su verdadera identidad? —le pregunté con burla.

—No, no es eso —me miró un poco preocupado y toda mi risa se esfumó de la nada.

—Mira esto.

Se alejó un poco del PC mientras abría una fotografía antigua. Me acerqué para verla mejor y al momento me eché atrás espantada. Lo miré asustada.

—Esto es una broma, ¿cierto?

—No, no lo es y yo tuve la misma reacción.

Volví a mirar la foto, era una foto mía en medio de la Plaza Colón, frente al monumento de los Reyes de España.

—¿De dónde sacaste esa foto?

—Buscaba algo acerca de tu dios mitológico... No sé cómo di con esa foto, se agrandó sola, a mí no me había llamado la atención... hasta ese momento.

Miré a mi hermano buscando que sus ojos me dijeran que era una broma, pero no, esto no era una broma. Yo estaba allí, tal como me veía en mis sueños, de hecho, estaba con el mismo vestido de mi primer sueño. Me senté en el sofá y le relaté mis sueños a mi hermano, con lujo de detalles.

—¿Entonces esto viene de antes?

—No sé, él no me lo ha confirmado, pero estoy empezando a creer que sí —esto me asustaba, no Poseidón, sino la situación.

—¿Por qué cada vez que te conoce se tiene que ir?

—No tengo idea, pero ¿sabes? el otro día me dijo que tuviera cuidado, que llegaría gente que quisiera apartarme de él.

Una Tarde EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora