Única parte

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Mi cura en ti.

El sol entraba por las rendijas de la persiana de la habitación de Stanley, la noche anterior había sido complicada para aquel jovencito de unos dieciséis años. Se había celebrado la final del campeonato de fútbol de secundaria y no había más que decir que Las vacas del Instituto de South Park habían salido vencedoras. Todo gracias a su jugador estrella, la puntuación subió como la espuma cuando Stan salió al campo de juego. Para celebrarlo los chicos del equipo y sus amigos le habían preparado una fiesta sorpresa, una de la que no se acordaba de la mitad, el alcohol se había encargado demasiado bien de borrarle la memoria.

Se estiró suavemente entre las sábanas revolviéndose el cabello con las manos a la vez que le regalaba a su cabeza torturada por la resaca un suave masaje. Alargó el brazo y cogió el teléfono móvil de la mesilla de noche que estaba a su derecha. Parpadeó un par de veces antes de acostumbrar los ojos a la luz brillante del aparato.

Alguna notificación de los juegos en los que se gastaba la mayoría de las pagas de sus padres, llamadas de su madre, seguramente de la noche anterior, estaba completamente convencido de que se había pasado la hora de volver a casa. Y unos trece mensajes en el grupo que tenía con sus cinco amigos.

Kyle:

«¡¡Muy buena noche chicos!! Stan ahora a descansar que te lo mereces, tío.

Cartman:

«Oh... El marica judío tiene que desearle las buenas noches a su enamorado?»

Kyle:

«En serio, culo gordo, cada día estoy más que convencido de que naciste así de gilipollas y que no te hace falta entrenarfd...»

Cartman:

«xDDDD Qué pasa judío se te ha atragantado una polla en la boca?»

Kenny:

«Por favor, Cartman xD»

Cartman:

«¿Qué? No jodas que tu no pensaste esto también?»

Kenny:

«Ehm.... Sí xD»

Kyle:

«¬ ¬ Idos a la mierda. Tropecé con las deportivas de Ike! Siempre deja todo por el medio»

Cartman:

«Y entonces te la comiste?»

Kyle:

«Sí, todavía me duele, creo que me pondré hielo»

Kenny:

«XD Tío, no XD»

Kyle:

«¿Qué? ¿Qué pasa? ¡Boh! Que os den por culo ¬ ¬»

Cartman:

«Que eres un come pollas, eso es lo que pasa xD Nos lo has confirmado. Bravo judío, ahora ya me quedo satisfecho.»

Stan no pudo evitar reírse por la metedura de pata de su mejor amigo. Kyle era muy avispado pero a veces ese gordo cabrón conseguía engañarle de alguna manera. Dejó el teléfono sobre la mesilla y se levantó. La cabeza le latía tan fuerte que sentía como si una manada de caballos salvajes estuviese recorriendo su cerebro a toda velocidad. Cerró los ojos y respiró hondo; decidió que una ducha y una pastilla le aliviaría un poco la resaca y así podría bajar al fin a tranquilizar a su madre, contándole a qué hora había llegado (aunque no lo supiera) y todo lo que había hecho, o que creía que había estado haciendo.

Mi cura en ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora