5. Bruno y el ayudante de utilería

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- Por que me respondes así Valentina?

- No me digas Valentina....

- Pero así te llamas, bueno, en otros temas... Ven aquí.

Odiaba con la ironía con que hablaba, pero cedí y me senté en su regazo; me comenzó a besar en el cuello y, por lamentable que sea, no podía safarme de sus manos que me acariciaban sexi, pero brusca y ásperamente; él no era tan viejo, suponía que tenía al menos mi edad (tengo 22), como de unos 25 años, era guapo, pero toda la maldad y rudeza que le dominaba esfumaba todas esas virtudes.

- Que pasa que te veo más incómoda de lo habitual? -- Dijo con una sonrisa falsa, parando cualquier contacto conmigo.

Nada que te interese -- Contesté poniendo lo ojos en blanco, pero sin embargo, después de escucharme siguió con sus caricias bruscas.

- No me toques tanto.

- Dale, sólo te estoy acariciando suave. -- Apretó fuertemente con sus manos mis muñecas.

- Eh... No me agarres tan fuerte cabrón!

- Escucharme perra, no te quejes, ya que puedo hacer todo lo que me plasca contigo... Tús padres tuvieron que pensarlo 2 veces antes de pedirle dinero a mi padre para que finalmente se mueran endeudados!

Se me salieron algunas lágrimas de los ojos -- Y a ti que te importa!? Gracias a ellos pude ser la que soy ahora... Además... Yo estaré aquí hasta...

- Hasta que pagues la deuda; mi padre habrá muerto, pero al menos yo quiero que la pagues; y como sé que gastas todo tú dinero en cosas para el modelaje, que mejor idea que pagarla estando conmigo.

Cuando terminó de decir esas palabras tan hirientes, me jaló del brazo hasta la cama, me tiró hacia ella, y se me hecho encima; comenzó a desabrocharme el vestido a la fuerza, y lo logró, me lo sacó bruscamente al igual que mi sujetador y mis bragas.

-Déjame!

- Cállate y mantente quieta mientras yo disfruto!!!

Quería con todas mis fuerzas que terminara este día.... Pero pasó lentamente, como sí fuera una tortura para mi. Me violó.

Eran las 5:00 a.m., desperté y lo vi dormido contrario de mi, su espalda era hermosa, pero igual odio a este sujeto. Salí de la cama, agarré mis prendas, me vestí y salí del lugar en silencio.

Estando afuera de ese lugar tan espantoso, observaba sí había algún taxi cerca, voltié mi cabeza hacia la derecha y..... ¿¡QUE!? ¡Era el ayudante de utileria! No lo podía creer. Me habrá seguido? Que está haciendo aquí? No importa, logré escapar de aquella incómoda escena, tomé el taxi y me fui del lugar. Por fin había llegado a mi departamento, me recosté en mi cama, quería dormir, pero el recuerdo del chico de utilería(creo que se llama Ken) invadía conpletamente mi mente.

Continuará.

Pruebas Y Obstaculos Para Un Futuro Amor CorrespondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora