La niña de la flauta dulce [Fragmento] ©

Fragmento

La niña de la flauta dulce

[...]

La figura de la pequeña niña se confundía entre los altos pastizales. Ella, sentada en el medio de la tierra, practicaba una melodía de la flauta que últimamente le era difícil. Confundía SI con LA, desafinaba en el DO y erraba en el tempo. Sin embargo, la melodía era agradable para sus oídos. No podía despegar sus dedos de aquel instrumento color crema, manchado por la vejez.

Su madre le iba a avisar que ya estaba el almuerzo preparado. Pero, asomándose los primeros rayos solares del mediodía, la niña no quería abandonar la práctica ni un segundo.

[...]

—Oye, Lily —le susurraba aquel niño—¿en serio no quieres venir a jugar? Vamos... —insistió mientras hacía un puchero—Está anocheciendo. Otro día podrás practicar.

—Lo siento—se disculpaba la niña con un hilo de voz—, no quiero ir a jugar. Tengo que practicar mi melodía. Además, quiero relajarme—añadía con un tono más serio—, cuando me salga bien, jugaré contigo. ¿Prometido?

—Las promesas no se rompen. Así que, más te vale que termines de practicar.

—No puedes obligarme a que me salga correctamente.

—Pues tú, practicando día y noche, ya te estás obligando sola...—el niño se despedía, dejando la plática en suspenso. Lily ponía una cara enojada al escuchar estas palabras.

Olvídalo, pensaba para sus adentros.

[...]

Ya eran las últimas horas del atardecer, y Lily observaba detalladamente cómo los demás niños se divertían en los toboganes y en las trepadoras, o jugando a las escondidas, mientras que ella, sólo se conformaba con aquella dulce melodía de su humilde flauta dulce.