Un hombre llamado Harry estaba trabajando en un cementerio, ese día le había tocado el turno de noche. Era ya la madrugada y escuchó unos ruidos extraños, fue allí y habían desaparecido todas las herramientas, volvió al cementerio y estaban todas las tumbas afuera, se desmayó y despertó dentro de un pozo vestido de cura y con las manos llenas de sangre