TÚ Y YO

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Era un día soleado, cuando en la Universidad de Londres, se cruzaron sus miradas que lo decían todo. La chica se llamaba Paola y el chico se llama Diego. Era todavía pronto, porque acababa de empezar el curso, pero ese día surgió la chispa.
Un día, Paola iba por el pasillo de la Universidad a dejar los libros que no la hacían falta en la taquilla, cuando de repenté chocó con Diego.
—¡Perdona! —dijo tímidamente Paola.
—¡Espera que te ayudo! —dijo Diego.
Paola se quedó sin palabras al ver lo buena persona que era aquel chico llamado Diego. Era guapo, pero por dentro y por fuera. Siempre vestía muy bien, por decirlo de alguna manera, era un poco pijo, como Paola. Los dos se quedaron mirando durante segundos, y después cada uno se fue por su camino sin decir nada, como no si no hubiese pasado nada. Al día siguiente, Paola quedó con Ana, en un sitio muy bonito de Londres.
—Estoy hecha un lío, Ana —dijo Paola angustiada y agobiada.
—Tú tranquila, Paola. Yo estaré aquí, para lo que necesites, y si necesitas que te de un consejo, te lo daré. Porque soy tu amiga, y te aprecio mucho —dijo Ana aclarando las cosas.
—¡Cómo te quiero amiga! —dijo Paola mientras la abrazaba.
Ya llegó el momento de despedirse. Las dos se abrazaron y se despidieron.
—¡Hasta mañana! —se dijeron la una a la otra—. Un nuevo día de Universidad les esperaba a Paola y Diego. De nuevo se encontraron en el pasillo, y Diego quería decirla algo:
—Paola, sé que tú y yo, podríamos ser muy buenos amigos, pero tú para mí no eres una amiga, eres la chica que me gusta—. Paola no sabía que decir por unos segundos.
—Diego, tú también me gustas mucho, creo que los dos lo sabemos. Podríamos intentar salir.
Diego aceptó a Paola y quedaron por la tarde para hablar y conocerse más. Ya llegada las cinco, se vieron en un parque no muy lejos de la Universidad. Hablaron de todo lo que no se habían dicho, y se fueron a casa muy satisfechos los dos.
—Ana, creo que voy muy deprisa, pero es que es un chico perfecto —dijo Paola a Ana.
—Nada ni nadie es perfecto, Paola. También no te debes olvidar de los estudios, porque has llegado muy lejos, ahora no debes tirar la toalla —respondió Ana.
—Yo por ese tema estoy muy tranquila, sé controlarme muy bien. Y puedo hacer cosas mal, como todos, pero nunca se me olvidará que estoy en la Universidad —dijo Paola.
Paola era muy buena estudiante, esas niñas, que suelen sacar nueves, ochos, sietes... Ella quería ser pediatra como su amiga Ana. Iban a distintas clases, pero se conocían de hace mucho tiempo. La madre de Paola, llamada Lourdes le transmitió a Paola, que debía ser operada de un tumor.
Paola no se lo creía, una vez más se quedón sin palabras.
—¿Cómo que me tienen que operar? Si yo estoy muy bien —decía Paola entre lágrimas.
—Cariño, a mi me dolió mucho también, pero tienes que ser fuerte, todos estaremos ahí —dijo su madre intentando tranquilizarla.
Paola llamó a su amiga Ana para contarle que la tenían que operar.
—¿Como? —Ana estaba alucinando ante lo que la estaba contando Paola. Paola no se lo quiso decir a Diego, porque la daba vergüenza. Pero Diego se enteró por Ana, su amiga, que lo hizo con la intención de darla una sorpresa.
—¿Paola, me oyes? —decía en bajo Diego.
—¿Diego? —decía Paola sin apenas oirla.
—He venido a verte. ¿Qué tal estás? —preguntó él.
—¿Por qué has venido Diego? Te va a ver mi madre —respondió ella.
—En los momentos más difíciles son cuando se demuestran los verdaderos "amigos"— dijo Diego muy seguro.
—A Paola se la llevaban a quirófano, era la hora de operarla. Ella pensaba que moriría.
Había mucha tensión en la habitación con Diego y la madre de Paola. Ambos hablaron un buen rato, pero eran muchas horas de espera.
Pasadas 4 horas, los familiares ya podían entrar en la habitación.
—Cariño, ha salido todo genial —dijo su madre—. Paola estaba todavía con la anestesia y ni si quiera sabía quién era la que la hablaba.
—Soy Mamá, ¿me oyes? —preguntó su madre—. Todavía deliraba con la anestesia, y era imposible hablar con ella. Pasado un día, todo volvió a la normalidad.
—Pero bueno, al menos mis padres y Diego se han conocido, que eso es lo importante —pensaba Paola alegre.
Dentro de unos cinco años, Diego y ella, que todavía seguían juntos, pese a todo el tiempo pasado, se fueron a vivir a su propia casa.
—Estoy muy orgullosa de que todo esto haya salido bien —le dijo a Diego.
—Yo también —respondió Diego.
—¡Riiiiing! ¡Riiiiing! —sonó el teléfono.
—¿Sí? —dijo Paola.
—Paola, te llamamos de un laboratorio muy famoso de España, y te queríamos preguntar, si te quieres venir a trabajar, estaremos encantados contigo.
Paola estaba confusa porque si se iba España, tenía que dejar a su novio, y no menos importante a su familia.
—Sí, claro. ¿Para cuándo sería? —preguntó Paola.
—Esta misma tarde.
Paola colgó y habló con su familia. Respecto a la conversación, su familia decidió apoyarla y respetarla. En cambio, su novio, no pensaba igual. Él quería irse con ella a España, algo que también era duro, porque él también dejaba a su familia.
—Van a ser solo unos meses, no os preocupéis —dijeron ambos a sus respectivas familias—. Era la hora de embarcar y Paola y Diego ya iban a subir al avión.
—Espera, no puedo —dijo Paola a su novio.
—¿Por qué no? —replicó él.
—No puedo estar sin mi familia, para mí es lo más importante en mi vida. La que si me caigo, me ayuda a levantarme. La que cierra mis heridas. La que me abraza cuando lloro. La que me apoya. La que ha conseguido, que hoy en día, esté aquí. Lo siento, Diego —dijo Paola entre lágrimas.
—Tienes razón, Paola. Debemos volver —contestó Diego dándola la razón.
—¡Familia! —gritó alegre Paola.
—¿Pero qué hacéis aquí? —dijo el padre de Paola.
—Papá, no puedo vivir sin vosotros. Me quedo aquí, en Londres —dijo Paola.
—¡Qué ilusión hija mía! Para celebrarlo, vamos a invitar a la familia de Diego a cenar —dijo su madre muy emocionada.
—Gracias por apoyar nuestra relación, Mamá. Te quiero mucho —dijo Paola.
Esta historia, va dedicada a todos aquellos padres y madres, que lo dan todo por vernos bien, se preocupan por nosotros, nos arropan, nos ayudan a levantarnos... Sin ellos no seríamos nada.  Gracias padres y madres del mundo. Esto es para vosotros.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2016 ⏰

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