Luego de una noche de sueño profundo, me visto más rápido de lo que acostumbro y verifico que nada tenga una mancha. Descubrí que puedo pasar cerca de tres horas sin supervisión del tema del querido Andrés, así que no dudo ni un instante cuando Harry me invita al Emporio de la Lechuza a comprar un tónico para Scabbers.
—Necesito solo un minuto —le digo. Él se va a desayunar con Ron. Hermione se queda atrás y me pregunta si todo está bien—. De maravillas —le respondo.
Sola en el baño, veo que la odiosa panza está más chata. Aunque no soy nada como Lavender o Hermione, ya no me siento como un globo, y ahora sospecho que tanto esto como mi cabello tienen que ver con mi querido Andrés. El mechón del lado derecho sigue mostrándose en su delator color rojo, y espero que esto no se repita todos los meses, o pronto todo Hogwarts sabrá exactamente en qué días me viene.
Abajo me uno a Hermione, Harry y Ron, y juntos salimos a través de la pared encantada del patio trasero al Callejón Diagon. Allí vemos fugazmente a Neville Longbottom (que espero que no vea que su nombre ya está anotado en el Caldero Chorreante), pero está discutiendo con su abuela y preferimos darles privacidad. Ya lo veremos el lunes en el expreso de Hogwarts. Falta tan poco para regresar al castillo, a las clases, a los tiempos libres con mis amigos... Por primera vez en semanas tengo ganas de empezar.
—Uf, se nota que es sábado —le digo a Hermione mientras nos abrimos paso entre dos señoras cargadas de bolsas, y lo hacemos con el método de los famosos codazos de Leyla. Siempre funcionan. Lo malo son las miradas de odio que vienen más tarde, pero una aprende a ignorarlas y a caminar ligero—. No entiendo por qué todos van a comprar a último minuto. No es más barato que la semana anterior, y está lleno de gente.
—Miren, en el Emporio de la Lechuza casi no hay nadie —dice Harry—. Vamos ahora antes de que todos cambien de negocio.
Soy la primera en entrar, o más bien, la primera en poner un pie dentro y quedar quieta como una estatua; Ron se choca conmigo al querer pasar, y pronto la reacción en cadena deja a todos un poco aturdidos por golpearse entre sí.
—Lo siento —digo, sacudiendo la cabeza—. Creí ver algo...
—¿El Grim? —pregunta Harry, tenso.
—Por favor —resopla Hermione—, no empiecen con eso.
—¿Te asustaron las lechuzas, chica? —pregunta la vendedora del otro lado del mostrador, acariciando un gato naranja muy peludo—. Creí que los jóvenes estaban acostumbrados a verlas por todos lados en el colegio.
—¿Son lechuzas normales? —pregunto con poco tacto, y la vendedora frunce el ceño.
—Claro que son normales —dice entre dientes—. ¿Qué es lo que necesitan?
La mujer tiene los brazos en jarra y el gato, que ha dejado de ser mimado, hace un ruido de queja y salta a una de las repisas más altas del lugar.
—Yo necesito algo para curar una rata enferma —dice Ron. Mientras él explica el deplorable estado de salud de Scabbers, Harry y yo nos vamos a un rincón del negocio y él pide que le cuente qué sucedió con las lechuzas.
—No estoy segura, pero me estaban mirando de una manera... Se supone que a esta hora del día duermen o están muy bobas, pero te juro que parecían endemoniadas. ¿No las viste?
Harry mira a las lechuzas de la pared de enfrente y se rasca la cabeza.
—Se ven como siempre.
—Parece esas veces que le cuentas algo a la gente y nadie te cree —suspiro.
—Como el pastorcito que decía que venía el lobo a llevarse las ovejas, ¿recuerdas la historia?
ESTÁS LEYENDO
Leyla y el prisionero de Azkaban | (LEH #3)
FanfictionGanadora de los WATTYS 2017 // Destacada en Wattpad [Serie "Leyla en Hogwarts": Libro 3] - Libros 1 y 2 en mi perfil. No es suficiente tener un tío loco y arrestado por asesinato. No, la suerte de Leyla no se conforma con eso. Lo que necesita Ley...