PETER MUCLAUX
El Corsario del Mediterráneo. Libro Primero
CAPITULO PRIMERO Mina. Una vieja amiga.
CAPITULO PRIMERO
Mina, una conquista.
Mina tiene prevista su llegada sobre las dieciséis horas. Viene desde Zaragoza, espera encontrar, a un antiguo amigo y vecino, compañero de cafés y breves charlas, un tipo amable con el que le agradaba conversar.
Lleva más de dos años sin verle, le situaba establecido en una ciudad de la costa Mediterránea.
Por eso, cuando recibió su invitación para pasar unos días de vacaciones en su casa, se sorprendió. Lo pensó mucho antes de decidirse a aceptar.
Sin embargo, ante la abúlica situación de su vida, la frialdad y desinterés de su matrimonio, el despego de sus hijos ya mayores, su aburrida, rutinaria vida y los síntomas depresivos que la amenazaban, se animó a tomar una decisión loca y heroica.
Aceptaría aquellos días de evasión y descanso que le ofrecían, algo le decía que por su puerta pasaba la ultima oportunidad. Ansía el reencuentro con aquel viejo amigo.
Ante el espejo, me arreglo con cuidado, perfectamente afeitado, jeans limpios, calzado náutico, informal, sobre el torso una agradable camisa de seda natural que atrae por su suave tacto.
En el garaje subo al coche, un convertible Volvo C-70, tapizado en cálida piel, elegante y divertido.
La recojo en el aeropuerto de Alicante, son las cuatro y cuarto, trae una abultada maleta, seguramente con todas sus galas.
Nos besamos protocolariamente en las mejillas a modo de saludo y sube al coche. Conduzco despacio, tranquilo, dejando que admire la costa, Playas de San Juan, Campello, Villajoyosa, Benidorm, Altea, Calpe, Ifach, Javea y Denia, nuestro destino.
Trato de tranquilizarla, está tensa y cohibida, hablamos de trabajo y de la familia; Me confirma su aburrido matrimonio. La animo a disfrutar de sus vacaciones, ser egoísta y pensar en su felicidad por encima de todo, divertirse, olvidar prejuicios y abrazar esos sueños de felicidad que la han mantenido esperanzada.
La halago elogiando su blanca y tersa piel, y le indico con picardía, que tendremos que cuidarla con las cremas necesarias para que se broncee manteniendo su delicado tacto. Se sonroja levemente, pero asiente creando una corriente de complicidad.
Viste unos ajustados pantalones y una blusa por cuyo escote se percibe el inicio de un canalillo sugerente que anuncia abundancia.
Sobre las siete de la tarde llegamos al apartamento, es un ático amueblado a mi gusto. Un amplio salón de unos ochenta metros con diversos ambientes, mobiliario y tapicerías claras, paredes blancas, los puntos de luz complementan la ambientación. Hay también una amplia cocina, con zona de trabajo y comedor para comida o desayuno informal, con salida a una amplia terraza con mobiliario de jardín.
En la planta superior, dos dormitorios, amplios, con vestidor y baño ambos; el principal, que ocupo, cuenta con una amplia terraza con jacuzzi y cenador de verano. Los colores claros y crudos impregnan el conjunto.