Otra historia / Spin Off SDE / (Pausada)

2#Compresas

–Jope, es que parece más un cuento de amor que de secuestros y muertes.– dijo Sarian rodando los ojos con diversión.

–¿Pensabas que nos habían maltratado o algo? Por favor, Sar.– María se golpeó el pelo en síntoma de superioridad.– Sigo teniendo el colgante de las Reliquias.

–¿En serio?– preguntó Sarian.

–Sí. Bueno, ahora no. No iba a llevarlo en tu boda, pero lo llevo casi siempre.– María se encogió de hombros y bebió de su copa.– De todas formas, chicas, ya casi hemos acabado la historia, ¿no?

–Sí. Básicamente después de toda esa mierda romántica me rompí la nariz y el tonto de Carlos, por jugar con mi móvil, hizo llegar nuestra posición GPS a la policía y bla, bla, bla.– dijo Carla, tocándose la nariz al recordar aquel momento.

–¿Y ya está?– preguntó Sarian, decepcionada.– ¿Nada más hasta Londres?

Las tres chicas asintieron con la cabeza. Sarian frunció el ceño insatisfecha. Ella se esperaba algo más, al menos el toque clímax de la situación, para que acabase por todo lo alto.

El móvil de Carla sonó e, ignorando la conversación que estaba manteniendo con sus amigas, contestó con una sonrisa en los labios.

–Hey... Sí, estoy aquí... Pues aquí donde no hay nadie, ya sabes, no me gusta la gente... Hablando con Sarian... Vale, te espero... Yo también te quiero.

Ana la dio un codazo y alzó las cejas como preguntándola qué acababa de pasar. Carla parpadeó un par de veces y se guardó de nuevo el móvil en el bolso.

–Era David. Le he dicho que venga. Total, ya no nos queda nada para contar...

–Bueno, yo nunca os he contado en profundidad cómo fueron mis primeros días en Londres.– dijo María, encogiéndose de hombros.

–Y vosotras no supisteis que yo estaba con Blas hasta mucho después del disparo de María, hay historia detrás.– dijo Ana, imitando el gesto de María.

–Vaya, de mí lo sabéis todo.– dijo Carla, con tristeza.

–No pasa nada, te queremos igual.– dijo María, acariciándola la cabeza como a un perro.

En esto que llegó David con la corbata a medio quitar. Se puso en cuclillas delante de Carla y le dio un ligero beso en los labios. Saludó a las demás y cogió una silla para sentarse junto a las chicas. Apoyó la cabeza en el hombro de Carla.

–Y bueno, ¿de qué hablábais que lleváis aquí tanto tiempo?– preguntó el chico, alzando las cejas.

–Anda mira, qué gracioso. De cómo nos secuestrásteis, básicamente.– dijo Carla, con sarcasmo.

–Oh, sí. Buenos tiempos aquellos.– sonrió David.

–Ya, un poquito traumatizantes también.– añadió Sarian.

–El problema es que después de que yo me rompiera la nariz, no pasó nada más interesante.– dijo Carla, soltando un suspiro.– Nariz que por cierto, rompiste tú.

–¡Fue sin querer!– se quejó David.– Y bueno, el día que todo se descubrió no fueron tan buenos tiempos. Menos mal que me pilló fuera de la casa...

–¿Estabas fuera?– preguntó Sarian.

–Sí, me fui a comprar con Dani. Bueno, iba a ir Blas, pero...