Segunda Introducción

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Range Ainsworth

Se encontraba en una colina a la orilla de un río. Estaba demasiado decaída como para ir a la escuela, no le imputaba incluso que fuese su primer día de clases. Desobedeció a sus tíos y no asistió a la instituto, sabía que se enterarían y que la reprenderían estrictamente por ello, pero aun así no le importó, además, y a su parecer no hablaba nada bien el japonés, sus tíos la inscribieron en unos cursos de este, pero le era muy complicado y no tenía cabeza para pensar en nada desde lo que paso.

Su madre acababa de morir y no tenía ningún familiar cercano en Inglaterra, estaba completamente sola. Y con la muerte de Sharon su hermana mayor a la cual consideraba su madre, puesto que su verdadera madre falleció poco después de dar la a luz y su padre la culpo por la muerte de su querida esposa, así que Sharon la cuido desde que nació. Mas era tanto el odio de su padre hacia Range, que un día de ira descontrolada amenazó con matarla, así que Sharon tomó una decisión drástica y escapo con ella cuidándola como si fuera su propia hija.

Desgraciadamente Sharon murió por una enfermedad respiratoria, aparte de tener ya un poco de desnutrición, pues apenas y le alcanzaba para mantenerlas a ella y a su pequeña hermanita. Por esto Range fue dejada a cargo de unos familiares lejanos de parte de su padre, el cual había muerto en un accidente automovilístico a causa de manejar alcalizado. Por desgracia estos vivían en Japón, y tuvo que dejar su natal Inglaterra, y finalmente al llegar se encontró con que sus tíos eran de esas personas extremadamente serias que no le hacían mucha simpatía, y ellos no tenían hijos.

Cuando llego la recibieron muy secamente sin ninguna expresión que denotara algo en el rostro, -tan inexpresivos- como detestaba a ese tipo de gente tan cuadrada. Pero aun así les estaba agradecida por acogerla en su casa, ya que si no lo hubiera hecho, no sabría que sería de ella; sin embargo, eran tan estrictos con ella sentía como si la odiaran, la regañaban por el más mínimo erró, al comer, hablar, caminar, e incluso hasta su postura. No podía más, salió de casa, llevaba un paraguas pero en ningún momento lo abrió, estaba tan absorta en sus pensamientos, que incluso siguió caminando bajo de la lluvia como si nada.

Mientras caminaba hacia el instituto en el cual la habían inscrito, se detuvo al ver una pequeña colina junto a un río. Por alguna razón inexplicable se dirijo a la colina y se quedó parada a la orilla, viendo como fluía el agua, en ese momento se perdió por segunda vez y aun más profundamente en sus pensamientos, le hubiera gustado seguir avanzando como el agua de aquel río, pero no podía, se había quedado estancada, y no hallaba la manera de seguir adelante. En ese momento empezó a recordar todo lo que había sucedido antes y después de llegar a Japón, la muerte de su madre, el odio de su padre, lo que le sucedió a Sharon. Al recordar eso último se le escapó una lágrima, y de repente ya estaba llorando, su llanto era como aquella lluvia, e iba incrementando conforme recordaba el dolor que le atormentaba. Pero en ese momento algo la saco de sus pensamientos, sintió que alguien le estaba observando, provocando que esta se girara impasiva para sorpresivamente terminar encontrándose con un par de ojos verdes que la miraban con curiosidad, e inconscientemente le regalo una sonrisa al chico que la miraba, el cual se limitó a darle una pequeña inclinación a modo de saludo y seguir con su camino.

En el momento en que este se marchó la muchacha ensancho los ojos un tanto sorprendida, ya que notó que aquel joven le había dejado su paraguas al pie de la pequeña colina.

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