Tentación Prohibida(Goku & Vegeta)

★Capitulo 1★

El sonido de la alarma retumba en mis oídos, y con toda la molestia del mundo me siento al filo de mi cama para después apagar el estúpido reloj.

— Es mejor que te alistes no querrás llegar tarde a tu primer día de clases — dice mi padre estando recargado en la puerta de madera el me regala una sonrisa tierna mientras se aleja.

— Hoy será un gran día — me dije a mi mismo mientras iba a mi armario para decidir por que optar para ir a la escuela.

Así que decidí en una camisa blanca y arriba una sudadera color negro y mis pantalones color negros y mis convers color blancos. Creo que así debo verme bien ¿creo?.

Después de haberla elegido, me dirigí hacia el baño para tomar una ducha fría para quitarme el sueño. Después de vestirme y lavarme los dientes  baje las escaleras corriendo para tomar un desayuno.

— Ya te he dicho que no corras cuando bajes las escaleras — musita mi padre molesto.

— Lo siento, no volverá a pasar — digo mientras como cereal.

Al terminar mi desayuno, me lave los dientes rápido y cogí mi mochila para salir de mi casa a paso apresurado tengo mucha curiosidad de como serán los chicos y las chicas en ese lugar.

Tal vez consigas amigos

Camine a paso lento para patear una piedra que tenia enfrente, debo de admitir que patear piedras mientras camino es un habito mio. A llegar a la tercera cuadra escuche unos gritos provenientes de esa casa.

— ¡Eres una vergüenza! —

— ¡Ya callate! ¡Me tienes arto! — musitó el joven con enfado. El me miro y de inmediato baje la mirada hacia el suelo.

Su mirada era fría y de furia, pase saliva, el me intimido.

Ese chico de cabellos alborotados iba adelante de mi, y también en la misma dirección donde yo me dirigía supongo que esta en la misma escuela que yo. Tal vez sean un bravucón como odio que así sean las personas que siempre abusan de las personas que no pueden defenderse. Incluso esos bravucones golpean a los chicos solo por diversión eso me ocasiona un coraje inmenso.

Al llegar al portón de la escuela, un chico de alto y de cabello largo me empujó haciendo que mi mochila cayera al suelo.

— ¡Oye imbécil! Deberías fijarte por donde caminas — me dice burlón mientras me observa fijamente.

— El único imbécil eres tú — escupo molesto mientras recogía mi mochila del suelo.

— ¿Qué fue lo que dijiste idiota? — se acerco a mi con su seño fruncido.

— ¿Acaso estas sordo? Pues lo que escuchaste insecto — escupo molesto mientras ambos nos mirábamos fijamente.

— ¡Raditz! — una chica rubia habló detrás del chico halándolo hacia su dirección y murmuro algo en su oído.

— No le hagas caso a Raditz es un tonto — musitó la chica con una sonrisa amable hacia a mi.

— ¡Tonterías! Yo me voy de aquí — dijo mientras rodaba los ojos al cielo y se retiraba.