¡Calenturas!

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Narra Meliza

Esto estaba colmando mi paciencia. Yeol me era molesto ahora; parece como si no pudiera controlarse a sí mismo o de sus sentimientos. Creí que se calmaría con tan solo quedar como amigos, pero insiste en ser algo más que eso.

Mis ojos estaban empezando abrirse ¿Dónde estoy?

― ¿Meliza despertaste? ― Era Chen

―Podrías no gritar ella apenas se está despertando― Dijo la enfermera tomando mi temperatura―supongo que puedes llevártela si quieres Dae, solo no la dejes recibir mucho frío―

Me senté en la camilla, tratando de visualizar todo lo que me rodeaba... entonces Dae tomo mis hombros.

Aunque había sido molesto hace poco, quería explicar la relación que tendríamos solo como amigos.

― ¿Te sientes mejor? ― No quería hablar con nadie más que con Yeol

― ¿Dónde está Yeol? ―

Las manos de Dae subieron hasta las mías― Podríamos hablar después de tu amigo, es que necesito hablar contigo―

Me levante y coloque mis zapatillas, sin mirarlo.

― ¿Dónde iras? ― Preguntó Dae sosteniendo mi brazo

Solo quería aclarar mi estrategia con Yeol, no podía decírselo a Dae, él era el punto final de todo esto.

―Tengo que hablar con Yeol―

Me zafé de él y salí; miré los dos caminos que tenía, subir o bajar escaleras... Yeol siempre bajaba como la presión arterial, si subías posibilidad de suicidio aparecían de la nada mientras que si bajabas todo se desvanecían en tontas lágrimas. Así fue como sobrevivíamos después de cada tratamiento.

Baje corriendo las gradas y choque con Lay, el chico al que más odiaba en toda la escuela; él había sido el culpable de que Dae nunca se fijase en mí, pues siempre me seguía así que todos creían que yo tenía algo con él, pero nunca fue así. Distancia fue lo primero en correr por mis pensamientos.

―Escuché que estabas en enfermería ¿Sucedió algo? ― Pregunto bajando su rostro para tomar mi estatura

―Sí, si sucedió algo... algo que aun con el tiempo que ha pasado no puedo olvidar; estupideces que hiciste para alejarme de él ¿Acaso alguna vez te hizo daño? Sé que traía loca a todas las chicas y aun siendo más guapo la perdiste, pero por eso por tus malditas creencias; por eso no me quede más aquí por tú y tus pensamientos me lastimaban, lastimaban lo que yo estaba tratando de transformar...― Dije sosteniendo lágrimas en el contorno de mis ojos, un amargo trago de saliva hizo hacerme falta de oxígeno, mis latidos rápidos hicieron apoyarme en uno de los hombros de Lay

―Porque eres así, debes parar... llorar ni maldecirme solucionará todo... nunca te lastimé lo único que quería era hacerle un favor a Dae; lo que creíste imposible muy pronto lo será posible Meliza... cada vez que te seguía lo hacía en buenas intenciones nunca quise estar contigo o algo por el estilo. Estaba tras de ti para ver con quienes te relacionabas cuando Dae no estaba contigo ¿Recuerdas al antiguo religioso Dae? Ese no existe más, decidió cambiar por ti porque no solo tu sentías algo por él, Dae también quería algo contigo... entonces hicimos esto lo que tienes ahora ante tus ojos...― Dijo Lay y me abrazo, era lo que necesitaba; las solté, solté mis fuertes lagrimas

Me vencí en sus brazos y me arrimo en el inicio de las gradas permitiéndome sentarme, su aroma ahora también era distinto una conquista estaba por atrapar, pero algo me hacía detenerme... se separó de mi lentamente enfrentándose a mi fría ira entonces frente a frente fue cuando me fije en sus labios por primera vez; podría ser tonto, loco o de mil maneras como estuviera pensando lo que haría, pero lo deseaba, deseaba hacer contacto físico con alguien en ese momento ya no importaba quien era yo. Lo besé.

Todo el odio que había cargado hasta ahora se liberó en eso dulces y suaves labios, pude sentir su impacto ante mi lanzamiento; sus manos bajaron a mi cintura pegándome más a él... aun lo recuerdo no es virgen de labios, pero sí de abajo... seria mi primera entrada para concederme a mí mismo un aprendiz en esto.

Lo pegué más a mí y enganche mis piernas alrededor de sus caderas; mi falda se abrió entre sus gruesas piernas, sus manos bajaron tras mi trasero amasándolo con delicadeza, mis manos tras su nuca donde podía hacerlo caer sobre mí, era su parte más débil... su presión cada vez más fuerte... su erección me hacía seguirlo a mas, pero no podía yo era prohibida para todos, entonces me aparte de sus ardientes labios­­­­...

― ¿Lo hacemos en un lugar más cómodo? ― Dijo en sus hinchados y temblorosos labios por los besos

Negué―No podemos, esto... esto solo quedara entre los dos; será mejor que lo olvidemos― Dije levantándome mientras acomodaba mi uniforme, frote mis labios con mis dedos y le di un beso en la mejilla― No por ahora, eres su amigo y entre tú y yo nada Lay solo fue una pequeña calentura como la has tenido con muchas, me voy―

Narrador

Lay se sentía decepcionado, no podía creer lo que había dejado Meliza en él; esta vez no había sido una simple calentura... lo había dejado con las ganas tanto que su miembro necesitaba ser sobado; no se resistió y corrió al baño...

―Cómo es que una mujer se puede resistirse tanto y un hombre no― Dijo sacando su hermosa pequeñez entre sus manos y comenzó a sobarla imaginándose a Meliza desde ya entre su ardiente cuerpo...

― ¡Ah! ― Grito Lay en el último punto de su erección mientras se masturbaba

Su rostro reflejaba más que deseo en sí, solo esperaba a la indicada y esta era Meliza; ella lo estaba atrayendo y aun peor después de la ardiendo besuqueada que tuvo en las escaleras...

―Ella será la primera en conocerte pequeño amigo― Dijo viendo como su semen chorreaba alrededor de su pene.

El plan de Meliza se estaba girando entorno a todos los amigos de Dae.

Algo extraño comenzaba a mostrarse tras cada tope con uno de sus compañeros; a Yeol lo traía loco pero no de deseo si no de un amor puro, Dae solo quería probar el salado sabor de su piel y Lay se sentía intranquilo con tan solo saber que estuvo a punto de llevarla tras la escuela en la única aula vacía para cogérsela sin sentimientos. Todos impacientes por una respuesta o que Meliza acceda a cualquiera de ellos con tan solo conseguir lo que ellos también quieren. ¿Quien es el siguiente?

« Tu nervioso Yo tranquila »   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora