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ㅡ ¿Cuánto tiempo planeas mantener este ritmo de vida?

ㅡ Sólo cállate y dame esas aspirinas ㅡ JongDae gruñó molesto. ㅡ ¿Podrías correr las cortinas? Es demasiada luz. Hace que me duela la cabeza.

ㅡ No ㅡ MinSeok contestó cortante. ㅡ Y te duele la cabeza porque tienes resaca, no por la luz ㅡ rodó los ojos. ㅡ Ahora, tú cállate y tomate estas aspirinas ㅡ él sostenía prácticamente pegado a su mejilla un vaso con agua fría mientras en la otra mano le tendía un par de aspirinas.

ㅡ Mandón ㅡ JongDae le molestó mientras metía las pastillas a su boca.

ㅡ Inmaduro ㅡ MinSeok le riñó en respuesta.

MinSeok, su compañero de piso. No compartían ningún lazo de sangre. Y a decir verdad, JongDae no se atrevería a llamarle «amigo».

Un año atrás JongDae había estado prácticamente en la quiebra. Después de perder su empleo de medio tiempo se había visto en serios apuros al no tener suficiente dinero para pagar el alquiler de su departamento y, antes que tener que recurrir a sus padres, decidió conseguirse un compañero de piso. Colocó un par de anuncios impresos en hojas de colores a los alrededores del departamento, con un bonito encabezado en el que se leía «Urgente». Dos días después se encontró recibiendo la llamada de MinSeok. Tuvieron una pequeña entrevista y, el sábado siguiente ya se estaba mudando.

JongDae no pedía mucho. De verdad, no era para nada exigente. Lo único que le interesaba era que su nuevo compañero fuera lo suficientemente solvente económicamente como para pagar su parte de alquiler, que mantuviera las áreas comunes aseadas y que no fuera ruidoso ni metiche. Este último, podría considerarse el punto más importante.

JongDae detestaba que se metieran en sus asuntos.

Y MinSeok cumplía con todos los requerimientos. Bueno, casi.

No era que JongDae tuviera muchos asuntos en los cuales entrometerse. Entre semana, por las mañanas asistía a la universidad y por las tardes trabajaba pero los fines de semana, era una situación completamente diferente. Contaba con una activa vida nocturna. De manera que, ahora con un compañero de piso y siendo que su madre le había inculcado las bases del respeto hacia el prójimo, no se atrevía a llevar a sus conquistas de una noche al departamento. Limitándose solamente a llegar borracho a altas horas de la noche o madrugada. Dependía de que tan buena hubiera estado la fiesta.

Aún ahora, JongDae no lograba a atinar por qué, cada vez que él despertaba después de una larga fiesta, con una terrible resaca y un mal humor que no dejaba nada a desear, MinSeok le recibía con un vaso de agua fría y un par de aspirinas.

Tampoco lograba entender por qué él siempre las aceptaba.

Quizás sólo era porque realmente las necesitaba o su cabeza no dejaría de doler. Quizás sólo era porque una de las cosas que más anhelaba ver al despertar era la sonrisa discreta de MinSeok y una de las cosas que más anhelaba sentir era el tacto de su mano cuando revolvía su cabello a modo de felicitación. Como si él fuera sólo un niño pequeño.

No se atrevería a decirlo en voz alta, su orgullo no se lo permitía pero, le agradaba. Era reconfortante que alguien cuidara de él, que alguien se preocupara. MinSeok era agradable.

Excepto cuando se las daba de bromista, las bromas de MinSeok no eran agradables para nada. JongDae había celebrado su cumpleaños pasado con una enorme fiesta en casa de su primo Junmyeon y su novio, el tal Wu con tres nombres distintos, a la mañana siguiente recibió de regalo por parte de su compañero de piso un espresso y una rebanada de pastel. Por supuesto que las aspirinas estaban dentro del pastel.

Deslumbrante ☂ [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora