CAPITULO 1: "Pequeño duende"

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Paseaba por las calles desiertas de Londres, un día lluvioso, como la mayoria. El tiempo aqui no era una de sus virtudes. Esta ciudad podía tener muchos encantos. Pero el tiempo estaba lejos de ser uno de ellos.

Me coloqué bien el gorro, tras que el viento pegase fuerte, e hiciera que se me cayera un poco.

Seguí caminado hasta parame frente a la puerta de la cafeteria "Rock Cafe"

Hacia 1 mes, que me había mudado a Londres, mis padres murieron en un accidente de coche en España. Y necesitaba irme, estar alli me traía demasiados recuerdos.

A mis 21 años de edad, tenía suficiente dinero como para alquilar un pequeño piso y mantenerlo un par de meses, también tenía la carrera de enfermeria.

A pesar de seguir teniendo dinero, necesitaba trabajar. El dinero no me duraría mucho más.

Y el otro día que pase por aquí, el café estaba cerrado, pero en la puerta estaba el mismo cartel que ahora mismo estaba mirando. Buscaban un empleado.

Pusé mi mano en la puerta de cristal y empujé hasta que se abrió. Una campanita sonó en señal de que había entrado un nuevo cliente.

Varias miradas se volvieron hacia mi, aunque no hice mucho caso. Desde el mismo sitio, localize a una empleada. Y a pequeños pasos me dirigí hasta ella.

-Disculpe- me dirigí hacia la chica, que estaba vuelta de espaldas tras el mostrador. La chica se dió la vuelta y me sonrió. Tenía el pelo rubio hasta por debajo del pecho. Y unos bonitos ojos verdes.

-Digame, ¿qué necesita?- me preguntó sonriente.

-Bueno, verá, venía para preguntar sobre el puesto de trabajo.

-Claro, la jefa esta dentro. Esperame un momento que voy a avisarla.

-De acuerdo, gracias.

La chica se dió la vuelta, abrió una puerta y entró. En ese momento la perdí de vista.

Me di la vuelta, y apoyada en el mostrador observe el local detenidamente.

Era antigüo pero con un toque moderno. Los sillones eran de dos, y tenía para sentarse en ambos lados. Y una mesa separaba uno de otro. Por lo que cada mesa estaba revista para cuatro personas. Pero aún así en los sillones cabían mas de dos personas. Tal vez tres, pero justas.

-Señorita- supuse que me llamaban a mi. Por lo que me di la vuelta. Me encontré con una señora de unos 55, sonriente

-Buenas tarde, me llamo ______(tn) _______(ta)

-Buenas tardes, yo soy Mary Smith este café es mio, y buscaba a un empleado, que tuviera esperiencia, y algún estudio. No es que aquí se necesiten, pero me gustaría que tuvieran algo de cultura.

-Claro, lo entiendo. Yo hablo español, inglés y francés. Tengo la carrera de enfermeria. Y tengo experiencia. Antes trabajaba en un Starbucks en España.

-Oh, que bien. Bueno, pues si quieres, vente mañana sobre las 10 de la mañana y haces un día de pruebas, y si sale bien. Te hago un contrato ¿te parece bien?

-Por supuesto, muchas gracias, de verdad.

Me despedí de ambas, y salí del café. Mire a ambos lados. Derecha e izquierda. Mi casa estaba por la izquierda, pero entonces recordé que tenía que comprar algunas cosas para comer.

Entonces giré para la derecha. La gente paseaba con sus paraguas por las calles de Londres. La lluevia no había cesado, pero había disminuido notablemente. Yo iba con mis vaqueros oscuros, unas botas por las rodillas y una sudadera blanca con letras en azul de Hollister.

Una segunda oportunidad (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora