Suspiré. Ahí estaba él, en el patio con sus amigas abrazándolas.
Cómo me gustaría que me abrace a mí, si por lo menos fuera su amiga o fuera su compañera o al menos fuera más bonita o popular. Sólo puedo estar aquí mirándolo desde lejos, desde una ventana de mi salón en el tercer piso que daba vista hacia el gigante patio de la escuela. ¿Por qué resultó que me tenía que fijar en alguien como él? Ni siquiera soy su tipo, ni siquiera sabía que existía antes de ese día a ahora no puedo dejar de mirarlo…
–Auch –me quejé.
Sam me había pellizcado.
– ¡Hey! ____ vuelve a la realidad –dijo mientras corría los audífonos que cubrían mis oídos.
–Lo siento, es que estaba pensando.
– ¿Y en qué? Si se puede saber… –dijo mirándome con cara pervertida.
–Ya olvídalo mejor –le dije dándole un leve empujo–. No es nada importante.
–Bueno entonces vamos a comprar algo porque muero de hambre.
–Si vamos, yo también quiero comprar algo para comer –dije con una sonrisa.
La verdad es que yo era una chica muy alegre, siempre ando jugando por todos lados; no soy de las personas de estarme en un lugar fijo. Mis amigas dicen que tengo un don para desaparecer y aparecer sin que ellas se den cuenta, pero eso es entretenido, además no me importa mucho hacer el ridículo. No existe casi nada que me de vergüenza, excepto en casos de cantar o que me vieran llorar, como tampoco me importa hacer tonteras para que mis amigos se rían y si eso no resulta entonces voy al grano y les pregunto qué les pasa; intentando ser de ayuda.
Físicamente se podría decir que estoy un poquito descuidada, es decir que me he descuidado un tanto… Mucho, no la verdad no mucho pero no se podría decir que estoy en un perfecto estado tampoco. Regresando a lo anterior además de mi cuerpo; tengo ojos verdes, tez blanca y cabello negro. Mi cabello llega algo así de largo exactamente un poco más arriba de la cadera, suelo usar un flequillo para el lado izquierdo, pero ahora tengo el flequillo largo por lo que se confunde con el resto del pelo.
Suelo jugar muchos chistes contra mía, puesto que eso es muy chistoso creo que es mejor reírse de uno mismo que de los demás.
Pero todo esto no me funcionaba cuando él pasaba cerca de mí o cuando lo tenía en frente por que unas de mis amigas se detenían a hablar con él, entonces no me podía controlar e intentaba alejarme, a veces sonreía cuando él decía algo chistoso, pero sabía que si me miraba me iba a sonrojar así que me alejaba lo más rápido posible. Es que el sólo hecho de que sus hermosos ojos me miran ya me hacían enrojecer, mucho más al ver su hermosa sonrisa.
Él es un año mayor que yo, por lo que va en un curso superior. Su salón quedaba justo enfrente del mío y solía cruzarme con él, cosa que me ponía siempre muy nerviosa.
Maldito el día en el que me crucé con él. ¿Por qué tuvo que ocurrir eso? ¿Por qué tuvo que ocurrir ese incidente? De no ser así mi vida sería totalmente normal, no sentiría nada por él, no me dolería tanto verlo con otras chicas, ni tampoco me molestaría tanto el hecho de que… De que él ni siquiera sabe quién soy… Y todo esto me pasó por culpa de ese incidente, todo por ser una chica descuidada.
