Dos

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Cubro mi boca con mi mano derecha para que asi el grito que salio por esta no se escuchara tan fuerte.

- Tranquila, no te voy a hacer nada- mi cuerpo se tensa involuntariamente al escuchar su voz, y mas al saber que me esta tocando, no se si me gusta tenerlo cerca.

- Lo se, pero prefiero que me sueltes- el deja de sostenerme y nuevamente intento cubrir mi muñeca pero el no me lo permitió tomándola.

- ¿Que te sucedió?- inspeccionaba mi muñeca con tanta delicadeza que por un corto segundo sentí que nada había cambiado- ¿Que mas te hizo?

- No importa- el frunció el ceño.

- Voy a matar a ese idiota ¿Como demonios permites que te haga eso?

- Mi madre lo ama, que se supone que debería hacer, ¿echarlo?- reí sin gracia -Mi madre no me lo perdonaría nunca.

- Eres tan tonta por permitirlo- sabia que cada palabra era cierto, pero odiaba que el lo dijera con tanta hostilidad.

- ¿Por que te molesta?. No te metas en mis asuntos, no somos nada y no tienes que preocuparte- dije molesta.

- Tienes razón, soy tan idiota de preocuparme por..- su mirada me recorre de arriba abajo, suelta un suspiro que no hace nada mas que hacerme sentir incomoda.

- Porque mejor no corres con la chica que estabas ayer en la noche, quizás ella necesite mas de tu estúpida protección que yo, tal vez necesita que la arropes bajo tus sabanas.

- Tal vez solo necesita algo de sexo y yo estoy mas que dispuesto a dárselo- aguanto la respiración un par de segundos conteniendo las ganas que tengo de dejar mi mano marcada en su rostro para volver a hablar.

- Hazlo, quizás yo también me acueste con el primero que se me cruce en frente.

- No serias capaz- reta, doy un paso adelante quedando mas cerca de el, mas de lo que me prefiero.

- Porque no me pruebas, terminaras perdiendo.

- Sabes que no me importa los que hagas con tu vida.

- Entonces para que te me acercaste, porque sigues ahí parado y no buscando a una zorra de las de aquí a la cual puedas tirarte cuando quieras, eso era lo que realmente querías cuando decidiste romper conmigo, ve y aprovéchalo.

-Créeme que lo haré. Mientras tu puedes ir a dejar que tu padrastro te maltrate, parece que eso cada vez te gusta mas- trague seco, sus palabras habían dolido demasiado y estaba segura que el sabia el efecto de ellas en mi, era un idiota por hacerme eso; acercarse y solo intentar herirme sin razón alguna, solo para sentirse feliz consigo mismo por ser un maldito. Sonreí sin gracia.

- Quédate tranquilo, puede que suceda hoy en la noche y vas a sentirte feliz porque al parecer lo disfrutas mas que yo- su rostro se torno serio, quiso decir algo pero no lo deje, solo me fui.

Air |RAURA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora