CAPÍTULO 37: "La siguiente será nuestra canción"

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POV CHARLES

La escuché suspirar cuando mis labios empezaron a besar delicadamente la zona de su cuello. Su vestido había caído al piso en menos de dos segundos y su cuerpo estaba semi-desnudo frente al mío. Al fin estaba sucediendo, por fin ella sería mía, completamente mía, y nada podría cambiar lo que pasaría entre los dos. Y eso me aterraba, y me llenaba de inseguridades. ¿Y si después se arrepentía? ¿Y si después de esto no quería saber más de mi? ¿Y si la lastimaba demasiado? No quería hacerle pasar por algún tipo de dolor, porque, por lo que sé, la primera vez sexual de una mujer es muy dolorosa. No sé si soportaría causarle algún tipo de dolor, tanto físico como emocional.

Mis labios se encontraron con los suyos cuando me aseguré de haberle dejado un chupón en la zona del cuello. El beso se intensificó y abrí más la boca para darle paso a su lengua, y ella hizo lo mismo, haciendo que nuestras lenguas se encontraran en una danza extraordinaria. Sus manos viajaron a mi pecho y empezaron a desprender los botones de a poco y lentamente. En un momento de algo de descontrol, cuando mi camisa ya estaba en el suelo, llevé sus manos a mi pantalón para que notara lo que causaba en mi. Sus ojos se abrieron como platos y de mis labios se escaparon unas risitas. Su inocencia, su pureza y lo ingenua que podía llegar a ser a veces, me volvían cada vez más loco.

Pero mientras nos seguíamos besando, mientras mis manos recorrían todo su cuerpo, y las suyas estiraban mi cabello y arañaban mi espalda, no pude parar de pensar en el hecho de que quizá nos estabamos apresurando demasiado. Quizá esto no tendría que pasar justo esta noche, yo podría ir enseñandole cosas, practicando otras cosas que no sean justamente penetrarla, ¿no? Okey, no tengo tacto para estas cosas. Lo que quiero decir, es que no quiero hacerlo con Scarlett, hoy no lo deseo, no hasta que no le pida que sea mi novia.

Sus piernas chocaron con el sillón y de repente yo estaba encima de ella, sobre el sillón. Mis manos recorrían su abdomen, acariciaban su cadera, su cintura, sus pechos por encima del brasier, sus muslos, su rostro, su cuello, mis manos tocaban todo su cuerpo, y se sentía completamente bien, pero no era el momento y yo lo sabía, sabía que tenía que detenerme en algún momento. Pero no quería hacerlo, y es por una sola razón: soy egoísta. Pero no puedo serlo con ella. 

Mis manos se detuvieron y separé mi boca de la suya. Scarlett levantó la cabeza tratando de unir nuevamente nuestros labios, pero me separé aún más y negué con la cabeza. Pude ver la confusión en sus ojos, luego pude ver el dolor, y por último la pena. Sabía que estaba pensando lo peor sobre ella, algo así como: hice algo mal. No le gusto. No me quiere. Y todos esos pensamientos eran mentiras. La quería completamente para mi, y solo para mi, pero no era el momento.

Me senté correctamente y traté de regularizar mi respiración. Ella hizo lo mismo, y cuando mis ojos se encontraron con los suyos, supe que si no hablaba pronto se iría, y esto sería, básicamente, el fin de que algo pueda llegar a pasar entre nosotros.

--- No... no entiendo -- dijo ella, sus ojos se encontraron con los míos --. ¿A caso hice algo mal? ¿No quieres estar conmigo? -- no sabía distinguir la ofensa o el dolor en su voz. Me acerqué alarmado a ella y tomé su rostro entre mis manos, la miré a los ojos y deposité un pequeño beso en sus labios.

--- Nena... -- susurré -- No sabes cuanto deseo estar contigo. -- confesé --. Lo deseo muchísimo, y de todas las maneras que sean posibles... -- me interrumpió. 

--- ¿Pero? -- la inseguridad no se iba de sus ojos. El hecho de que siguiera solo en ropa interior a mi lado me hacía difícil renunciar al hecho de hacerla mía, aquí y ahora. Pero me contuve, algo demasiado extraño en mi. 

--- Pero este es un gran paso. -- dije --. No para mi, si no para ti. Si lo hacemos no habrá vuelta atrás, no se podrá revertir. -- aseguré, ella quiso hablar pero la detuve --. No tienes que hacerlo simplemente por querer complacerme a mi, o por pensar de que si no nos acostamos pronto me aburriré e iré tras otra chica. -- fruncí el entrecejo --. Scar, créeme cuando digo que te deseo como jamás he deseado a nadie. Pero necesito que estés lista primero. No lista para mi, lista para ti misma. No quiero arriesgarme a que algo salga mal, y no hablo del sexo, si no de nosotros.  

El nieto de la Sra. Robertson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora