Prodigies. ➳Min Yoongi.

Capítulo 2

-Puedes llamarme Min Yoongi.-dijo con una gran sonrisa

No sabía que contestarle, sólo me lo quedé mirando un tanto confusa. ¿El chico que me ayudaría a mejorar en el baloncesto? ¿Acaso se estaba proponiendo a darme clases o algo así? No es que me vinieran mal, la verdad...

-Yo... ¿te estás ofreciendo a darme clases?

-No, yo no me estoy ofreciendo.-cogió el balón del suelo y comenzó a girarlo sobre su dedo índice- Te estoy diciendo que voy a darte clases.

-Oh... Pues, ¿gracias? Quiero decir, muchas gracias. Es muy amable de tu parte.-dije un poco avergonzada

-Tu nombre es Kim Haneul, ¿no?

-Sí.

-Bien Haneul, comenzaremos tus clases ahora mismo.

-¿Qué? El instituto está por cerrar, por no decir que ya es de noche y tengo que volver a casa.

-Hay un parque aquí al lado, y en cuanto a tus padres, pregúntales si puedes quedarte un poco más para estudiar con un amigo.

-¡No pienso mentir a mis padres!-exclamé molesta

-Está bien...-dijo rodando los ojos- Dame tu móvil.

-¿Para qué quieres mi mov-

Cogió el móvil de mi mano y se lo puso en la oreja. Se oían los "bips" que indicaban que estaba llamando a alguien.

-¡OYE! ¡¿SE PUEDE SABER A QUIÉN ESTÁ-

Hizo una ademán con la mano para que me callara.

-¿Sí? Hola, ¿es la madre de Kim Haneul? Soy Min Yoongi, un nuevo amigo de su hija.

No me podía creer lo que estaba haciendo.

-Verá, sé que es tarde, pero los profesores nos pusieron deberes y su hija me necesita para que le ayude a hacerlos. Si no es mucha molestia, ¿podría hoy llegar más tarde a casa? Me encargaré de llevarla yo sana y salva.

Juro que lo iba a matar.

-Muchas gracias, me encargaré de cuidarla. Buenas noches.

Colgó el teléfono y me miró con una sonrisa triunfante.

-¡Andando!

-¡¿CÓMO QUE ANDANDO?! ¡YO NO ME VOY A NINGÚN SITIO CONTIGO! ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES?

-Creo que es obvio, Min Yoongi, un as en el baloncesto.

Me sacaba de quicio. Intenté calmar mis nervios, ya que no me gustaba enfadarme con las personas.

-Está bien... Yoongi, vamos a empezar con buen pié. ¡No puedes andar cogiéndome el móvil sin mi permiso! ¡Y mucho menos llamar a mi madre para encima mentirle!

-Dijiste que no querías mentirle a tus padres, así que lo hice yo.

Tuve que contener una vez más las ganas de pegarle.

-Yoongi, no vuelvas a cogerme el móvil.

-Está bien, lo siento. Yo sólo quería que aceptaras venir conmigo a ese parque para empezar tus lecciones de baloncesto.

-Iré, pero debes saber que a las 11 estaré en casa, quieras o no.

-Vale, trato hecho.

Entrelazamos nuestros meñiques, para luego juntar nuestros pulgares, y así sellar nuestra promesa. En ese momento sentí un escalofrío y me puse colorada por su contacto. En verdad era tímida, y hablar con un chico tan guapo y encima en esta situación tan extraña me pasaría factura tarde o temprano. A no ser, que no sólo fuese por eso...