Capitulo 26; Te arrepentiras

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Caliope y Amber caminaron con los niños por el cementerio despacio, se pararon ante las tumbas de los padres de ellos

-¿Por qué no les ponéis las flores? –Caliope miro a los niños con cariño, junto con su prima observo como ellos dejaban los ramos que habian comprado sobre las tumbas


Permanecieron un rato mirando la tumba de los padres, dejando tempo a sus hijos, mientras Caliope miro la tumba de la madre fijamente.  Se quedo pensativa durante un instante y limpio la lagrima que comenzaba a resbalar de su ojo derecho, prometió cuidar a esos niños como si fueran suyos, ya los quería como si fueran sus hijos

-¿Vamos a ver a tus papas? –Alejandro miro fijamente a Caliope

-Claro –Ella asintió ¿Sus papas? Su madre y ¿sus padres?  Camino de la mano de Alina mientras Amber con Ángel y Alejandro les seguían.  Se pararon ante las tumbas de Altea y Marcus, Caliope dejo un ramo sobre cada una de ellas –Esta es la tumba de mi madre, Altea –Caliope miro a los niños mientras señalaba el lugar en donde acababa de dejar el ramo –y este es Marcus, mi padre –Caliope se quedo pensativa

-¿Y que tienen que ver los Durtzed? –Ángel frunció el ceño

-Los Durtzed –Ella asintió

-Néstor es tu hermano ¿no? –Ángel la miraba confundido –Tenéis el mismo padre

-Si, Néstor Durtzed, el hijo de Dámaso es mi padre biológico –Caliope miro la tumba de su padre, el que la había criado –Marcos me crió, como mi padre

-¿Igual que tu con nosotros? –Alejandro la miraba sonriente

-Algo así –Amber suspiro ¿Su prima quería hablar de esto?

-Yo pensaba que Marcus era mi padre, mi autentico padre –Caliope recordó las cartas de Néstor, cada una de las letras 

-¿Estas bien? –Amber puso la mano en el hombro de su prima

Diez minutos mas tardes estaban parados frente a las tumbas de Dámaso Durtzed y Néstor Durtzed.  Su abuelo y su padre.  Amber decidió llevarse  a los niños para dejarle un rato de intimidad, la esperarían en el bar de enfrente

Caliope se acerco a la tumba y acaricio las letras despacio

-Papa –las lagrimas descendieron de sus ojos –No te odio, no te guardo rencor.  Pero mi vida es tan complicada, tengo un vació tan grande en mi corazón que no se si alguna vez lograre llenarlo.

Se arrodillo al lado y respiro agitada, se estaba liberando, liberaba todo lo que sentía, ese dolor que había guardado durante tantos años.  Por ser engañada, porque habian destruido su vida.  Miro a su lado, la tumba de su abuelo y no pudo evitar hacerse la pregunta ¿El la quería? En las cartas ponía que quiso acercarse a ella desde que supo de su existencia

Cuando llegó al bar los niños estaban charlando con Amber animadamente mientras tomaban un zumo.

Pasión GriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora