Lección 5

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¡Hola! Regresé. Solamente diré que el Kamaho siempre nos sorprende y esta vez de gratas maneras (?). ¡Disfruten y nos andamos leyendo!

La violencia doméstica no siempre es sinónimo de desacuerdo

—¡¿Cómo que no tienes problema con ello?! —Su reproche fue directo hacia Kamui.

Es que se tenía que tener descaro para soltar eso así como así.

—No en realidad.

—Eso es porque la mayor parte del tiempo te la pasas fuera de casa y no atendiendo a tus hijos. —Por cada palabra que decía enterraba más y más su dedo índice sobre el pecho del Yato—. No tienes derecho a decir nada.

—Papá se quedará más tiempo en casa, ¿verdad? —La buena propuesta de Kyōhei recibió la sonrisa aprobatoria de su madre.

—Sí, eso suena bien —opinó Kazuya.

—Ya escuchaste a tus hijos, Kamui. Debes ponerles atención o crecerán descarriados como tú —expresó bastante divertida—. No creo que haya problema en que envíen al otro escuadrón en vez del tuyo. Igualmente te seguirán pagando.

—Eso significa que solamente me darán las misiones secundarias. Y ahí no hay nada interesante... —mascullaba el pelirrojo con decepción.

—No se puede tener todo en la vida. —Oshin y su escaso tacto—. Espero que sepas elegir sabiamente.

—Ella en verdad es...aterradora. De un momento a otro ha logrado poner a Kamui-san contra la pared... Prácticamente le ha devuelto el golpe con un guante lleno de púas —versaba Shinpachi sin desatender la escena; aunque todos estaban igual.

—Tu hermano se ha vuelto bastante suave con el paso de los años. —Se burlaba Okita.

—Cualquiera lo haría si te casas con una mujer como ella... Prácticamente tiene a una temible tripulación a su servicio y si eso no te convence, también a una manada de feroces perros —decía Gintoki—. Y a todo eso súmale su monstruosa fuerza.

—Eso les pasa por subestimarnos a nosotras las mujeres —inquirió Kagura con una sonrisa bribona—. Ella hace muy bien en imponer sus reglas sobre mi estúpido y próximamente calvo hermano.

—Es entendible que reaccione de esa manera si él se la pasa vagando por el universo.

Al parecer todas las damiselas presentes apoyaban a Oshin. Más les valía estar callados a Sakata y compañía.

—Bueno, con dos tenemos suficiente. —Kamui era muy fácil de persuadir cuando ponían lo que más le apasionaba en juego.

—¡Papá! —Claramente Kyōhei se iba a quejar por su cambio de decisión—. No es necesario que...haya un nuevo hermanito o hermanita, con que te quedes en casa más tiempo es suficiente para nosotros y para mamá.

Esas palabras tan sinceras calaron hondamente en quienes hace tantos años atrás estuvieron en un dilema parecido; ambos desearon tener a su padre en casa y ser de nuevo la feliz familia que alguna vez fueron. Y aunque para Kamui no tenía el mismo peso sentimental que para Kagura, esa situación fue más que suficiente para que ella mirara con desdén a su hermano mayor.

—Esto se está poniendo... incómodo. ¿No lo creen? —Gintoki sentía la hostilidad entre esos dos hermanos.

—Lo mejor que podemos hacer es cambiar de tema... —Shimura quería hablar de alguna trivialidad, mas nada se le ocurría.

—Quita esa mirada de tu cara y ni se te ocurra. —Ahí estaba Oshin jalando la mejilla de su pareja con la fuerza suficiente para que torciera el ceño—. No quiero una disputa entre hermanos y menos frente a mis hijos.

~Shiny Days~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora