Ya no soy la misma

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" Me pregunto cómo me recordara mi padre, ¿tendrá ese vago recuerdo de la niña del cabello castaño con rizos indefensa, soñadora y alegre o tendrá la más mínima idea del monstruo en el que me he convertido? Aún que si me detengo un poco no debería preocuparme, siendo sincera no me arrepiento de nada de lo que he hecho, al fin de cuentas las circunstancias me han obligado a hacerlo, yo no pedí entrar en este mundo, las cosas se dieron así y los acontecimientos me fueron mostrando que esto es como en la sabana o matas o mueres, o eres presa o eres depredador, así lo aprendí yo, así me lo enseñó el tigre, "cuando ocupes matar, mata que aquí nadie te perdonará la vida" he matado porque lo he tenido que hacer, no me causa culpa lo admito pero tampoco placer, si yo no los matara, ellos me matarían a mí y me consuelo diciendo que aún soy joven para morir. Aveces me doy cuenta que mucha gente es como los venaditos cuando acaban de nacer, saben que deben alejarse de mi, pero les da tanta curiosidad que prefieren acercarse y cuando quieren escapar en un abrir y cerrar de ojos ya están muertos. Nada de esto habría pasado si mi padre hubiera ido con Diego, se hubieran aliado y con los contactos de su padre tal vez hubieran logrado a que el tigre accediera a devolverme, pero devoraron la primera carnada que el tigre les aventó, aveces me pregunto si fue Ingenuidad o falta de interés por recuperarme; ahora por más que quieran ya no puedo volver con ellos, uno termina generando aducción por este mundo; al fin de cuentas el Tigre podrá ser lo que sea pero es el único que no me juzga por las cosas que he hecho por obvias razones, Diego ya no es más ese bonito recuerdo, El se ha convertido en gato del gobierno y sé que no dudaría en entregarme con tal de colgarse una pinche medallita, el me querrá tener en el blanco pero no se lo voy a permitir, terminará siendo mi presa, como dicen por ahí en este mundo te vuelves experto en hacer parecer lo que no es, el otro día al despertar vi un ramo de rosas en mi mesa de noche, le pregunté al tigre la razón me dijo que yo soy así como las rosas, de apariencia suave pero mis espinas hacen daño a cualquiera."

Estado de México:
<Era muy temprano cuando alguien tocaba la puerta de Martha> ¿Señor que hace usted aquí?
Hola Martha buenos días , disculpa el atrevimiento pero necesitaba verte.
No se preocupe, pase siéntese, le ofrezco algo de tomar, ¿gusta café?
Si, gracias.
Aquí tiene, ¿haber dígame en que le puedo ayudar? Desde el velorio de su esposa que no nos vemos, ya han pasado muchos años, que Dios la tenga en su gloria.
La edad de mi hija justamente, es por eso que vine hasta acá, quiero saber en dónde está, con quien la viste, como está ella, ¿a dónde la puedo ir a buscar?
Hace unos días mi comadre vino a buscarme, ella trabaja en una hacienda que está a unos minutos de la ciudad, me dijo que necesitaba ayuda en la cocina porque en unos días se celebraría la boda de su patrón, yo no quería ir pues sabía bien que esa gente son narcos pero Iban a pagar bien y a cómo está la situación pues Sabrá usted señor que uno no está para negarse, así que aliste mis cosas y nos fuimos.
Llego el día de la fiesta, todos estaban celebrando, yo no sabía quién era la novia pues yo no salía de la cocina nomas preparaba los platillos y las demás muchachas salían a repartir, pero en una de esas que salí para ir al baño, en el camino choque con alguien y cuando la vi de frente la reconocí de inmediato, desde que la vi supe que era Paloma, estaba vestida de novia, hermosa, imponente, eso sí con una mirada muy fría, ni sombra de la bebe que un día cargue en mis brazos, yo no dije nada pues ya sabia yo lo que hace tiempo había pasado con ella, me pregunto si estaba bien yo contesté nerviosa que sí y me fui, después ella volvió a la mesa con ese hombre tal vez le hizo preguntas pero ella no me recordó estoy segura.
¿ y cómo estaba? ¿La viste bien? ¿No viste si tenía algún golpe?
No señor, ella estaba bien, ella ya no es una niña se ve una mujer hecha y derecha, ha crecido, observe que su cabello ya no lo tiene castaño, lo tiene negro y lo llevaba recogido, le digo esto por si < agacho la mirada> la llega a ver y usted busca a la niña que se llevaron, ella ya no está.
Ella ha de creer que yo la deje ahí abandonada como a un perro pero yo de verdad creí que ese maldito la había matado, no sabes cómo maldigo el día en que puso sus ojos sobre mi hija.
Pero a lo mejor aún no es tan tarde para recuperarla.
¿Tú me puedes decir dónde está la Hacienda?
Le puedo decir, pero no lo acompañó, discúlpeme pero no me quiero meter en problemas usted sabe cómo es esa gente, aún que la verdad yo no le aseguro que estén ahí.
Si Martha, ya no me importa, no pienso volver a perder a mi hija.
Si yo le puedo indicar en donde es, trae su carro porque si está retirado como a 30 minutos.

Entre bazucas y rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora