Capítulo 1: ¿Cuál es la solución?

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Capítulo 1: ¿Cuál es la solución?

  Corro lo más rápido que puedo mientras las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Quiero alejarme cuanto antes del infierno que vivo en el instituto pero no quiero llegar a casa y que mi madre me vea llorar. De modo que, cuando llego a la puerta del chalet en el que vivo decido ir al bosque de atrás de mi casa y así poder tranquilizarme mientras intento encontrar una solución al problema que llevo aguantando más de 4 meses.

-         Teresa, ¿qué haces ahí quieta? ¿Por qué no llamas al telefonillo? – Es mi madre, está en la terraza y me ha visto en la puerta justo cuando iba a dar media vuelta.

-         Es que estaba pensando y… ¡Ábreme por favor!     

Entra en casa y en seguida se oye el timbre que abre la puerta. Me dirijo a la terraza con la cabeza agachada e intento pasar rápidamente ante mi madre y así subir a mi cuarto, pero mi madre me coge del brazo y me dice:

-         ¿Estás bien hija?     

Con la cabeza aún agachada le respondo: Sí mamá

-         No me lo creo Teresa, levanta la cabeza.

     Las ganas de llorar me vuelven mientras levanto la cabeza tímidamente.

-         ¡Dios mío! ¿Qué te ha pasado? Te sangran el labio y la nariz.

-         No lo sé mamá, no sé por qué me pasa esto a mí.

-         Vamos al baño a que te cure.   

   Me mira con cara preocupada mientras me limpia la sangre.

-         ¿Han vuelto a ser las desgraciadas de Sara y sus amigas?

-         Sí, pero en verdad ha sido culpa mía, me he tropezado con el pie de Paula.

-         Dime la verdad, ¿te has tropezado o te ha puesto la zancadilla?

-         Me…me ha puesto la zancadilla. –Me pongo a llorar de nuevo.- Pero por favor no hables con la directora ni con sus madres, que si no seguirán y aún más fuerte porque se enfadarán, ¡por favor mamá no lo hagas!

-         Pero hija esto no puede continuar así, me lo estuviste ocultando durante 3 meses y la cosa cada día va a peor.

-         Por lo que más quieras no digas nada, o…me suicidaré.

     Mi madre se empieza a poner pálida y al momento me arrepiento de haber dicho eso. Me mira con ojos llorosos y me dice:

-         ¿De verdad crees que esa es la solución?

-         Lo siento mucho mamá no quería decir eso, estaba nerviosa y me ha salido sólo.

-         Prométeme que nunca harás eso. Por favor Teresa, mírame a los ojos y prométemelo, si te suicidas lo único que harás es que las cinco se sientan más fuertes y lo seguirán haciendo a otras personas.

     Le miro a lo ojos, las dos estamos llorando y ahora me siento más segura de que suicidarse no es la solución, lo único que puedo hacer es pasar de todo y alejarme de ellas.

-         Te quiero mucho mamá, te prometo que nunca haré nada de lo que me pueda arrepentir.

     Nos abrazamos, me da un beso y subo a mi cuarto después de curarme el labio. Le he dicho a mi madre que no tenía hambre, ella me ha entendido y me ha dicho que cuando quiera comer que baje, así que dejo mi mochila en el suelo y me tiro en la cama.  

                                                                ***     

Más tarde me despierto y miro el reloj de mi smartphone, son las 15:58, llevo una hora y media durmiendo y tengo hambre. Me levanto, estiro un poco las sábanas de la cama y bajo al salón comedor. Mi padre ya ha llegado del trabajo y está comiendo mientras habla con mi madre, y sé que hablan de mí, era de esperar. Me asomo a la puerta de la cocina y veo un plato preparado.

-         ¿Ese plato de macarrones que hay en la cocina es para mí?

-         Sí, caliéntalo y no te cojas cubiertos que ya los tienes aquí preparados.  

    Hago lo que dice mi madre, y me siento en la silla de enfrente de mi padre después de haberle dado un beso.

-         ¿Cómo estás hija?

-         Bien papá, podría estar peor, pero gracias a Dios no lo estoy. –Sonrío tristemente.

-         Me ha contado todo tu madre.

-         Ya me imaginaba que te lo contaría.

-         ¿Qué piensas hacer con todo esto? Sabes que esto no puede seguir así.

-         No lo sé, se dicen que todos los problemas tienen solución pero yo no encuentro ninguna solución posible para parar esto.

-         Para encontrar una solución, primero hay que saber cómo empezó todo.

-         Papá tengo que terminar de comer y después tengo que estudiar para el examen de mañana, ya hablaremos de eso otro día.

-         Vale, como tú quieras. ¿Y aún no has empezado a estudiar el examen ese?

-         Sí, ya me sé todo, pero tengo que repasar, me han mandado bastante deberes y a las 19:30 tengo que ir al centro deportivo.

-         ¡Qué aplicada eres! –Interviene mi madre.      

  Termino de comer y me subo a mi cuarto a repasar el examen de Biología, pero antes de abrir el libro me paro a pensar: Lo que no entiendo es por que Sara cuando está con sus cuatro amigas en el instituto me hace sufrir o mejor dicho, me hace bullying, y luego en el centro me sonríe como si no hubiera pasado nada entre nosotras. Y pensar que cuando le dije que me cambiaba a su instituto porque me mudaba se puso muy feliz… Suspiro y abro el libro mientras recuerdo las palabras de mi padre: “Para encontrar una solución, primero hay que saber cómo empezó todo.” ¿Cómo empezó todo? Creo que sé la respuesta, pero no quiero saber nada más del tema, así que aparto esos pensamientos de mi mente y me pongo a repasar para el examen.

Pasado, presente y... {Zayn fanfic/Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora