Tony no se caracterizaba por ser la persona más sensata del mundo, incluso se podría decir que era todo lo contrario.
Impulsivo y siempre dejándose llevar por sus sentimientos sobre la razón, a creado miles de planes que a los ojos de sus demás compañeros vengadores, S.H.I.E.L.D. y para la mayoría de personas en general les han parecido una locura.
Pero ésta vez había ido demasiado lejos y él mismo lo sabía.
Aunque ya no había vuelta atrás, tenía todo minuciosamente calculado, le llevó semanas elaborar su plan y echarlo por la borda definitivamente no era una opción.
Aparte esto serviría para llevar su relación con el Cap a otro nivel, habría más confianza, podrían darse cuenta cuánto se querían y que tanto estarían dispuestos a arriesgar el uno por el otro, o por lo menos de eso trataba de convencerse a sí mismo.
Una locura total, pero para Tony su plan era perfecto.
— Señor, el Capitán Rogers ha llegado, se dirige hacia acá — la voz de la I.A retumbó por todo el lugar sacándolo repentinamente de sus pensamientos.
— Muy bien Jarvis, déjalo pasar —respondió esbozando una sonrisa, era momento de comenzar.
Después de algunos minutos, en los que el Capitán se la pasó en el ascensor subiendo los interminables (según él) pisos de la gran torre, por fin llegó al último dónde se encontrába el multimillonario esperándolo.
— ¿Qué sucede Tony?, me dijeron que querías verme urgentemente. ¿Estás bien? — apenas el rubio entró a la sala comenzó a bombardearlo con preguntas mientras lo escaneaba de arriba a abajo, claramente preocupado por los insistentes llamados de su pareja.
— ¡Vaya! — exclamó — hoy en día si que llegan rápido los mensajes, pensé que demorarías más en llegar, ya sabes con eso de que aún no sabes manejar bien el celular... — dijo sarcásticamente e ignorando olímpicamente sus preguntas.
— Sabes muy bien que todavía no estoy muy familiarizado con esta nueva tecnología — contraatacó el mayor algo resentido por la burla.
— Bueno, bueno, ya, no te llamé para discutir tus problemas de "Capi-paleta" — respondió con el mismo tono socarrón de antes.
— ¿Ah no?, entonces, ¿Para qué? —preguntó, mientras se cruzaba de brazos y fruncía un poco el ceño.
Estaba acostumbrado a el carácter bromista y algo pesado de su pareja, pero él amaba cada una de esas cosas de Tony, junto con todas las demás que conformaban su personalidad.
— La verdad, es que quiero preguntarte algo muy importante — dijo el otro poniéndose de repente serio, y mientras se dirigía lentamente hacía un gran ventanal que se encontraba en la habitación.
— ¿Y qué es? — respondió Steve, empezando a exasperarse por la actitud extraña de su pareja.
— ¿Me quieres? — preguntó el otro tajantemente, sin rodeos, observándolo directamente a los ojos mientras abría el ventanal y daba unos cuantos pasos hacía atrás hasta llegar a un pequeño y endeble balcón que había afuera de éste.
Pero, ¿Por qué Tony avanzaba hacia a la cornisa?, era demasiado peligroso, estaban en el último piso de la torre, podría resbalarse y ocurrirle un accidente.
Al final de todo el castaño no tenía ningún súperpoder, cómo súper resistencia para sobrevivir una caída a esa altura.
Añadiendo el hecho de que no traía consigo sus brazaletes que llamaban y activaban su armadura. Además ¿Por qué le preguntaba eso?, ¿Acaso dudaba de su amor por él?, miles de pensamientos rondaban en ese momento por la mente del Capitán.
