Sumisa de mi Sexy Vecino

Capítulo 30: "Una Propuesta Inesperada"

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Mi cuerpo se estremece al escuchar un golpe fuerte inundar toda la habitación, mi visión trata de acostumbrarse a la oscuridad mientras mi mente lucha por mantener los recuerdos que escapan de mi memoria. No reconozco esta habitación, es más pequeña que la que compartía con Will y cuenta solo con una cama, un armario y dos puertas que supuestamente tendrían que ser la del baño y la de entrada. Intento levantarme a pesar del persistente zumbido en mi cabeza y cuando por fin lo logro me dirijo inmediatamente a la puerta principal pero obviamente ésta se encuentra con llave. Con menos fuerzas y sin energía me dirijo al cuarto de baño y ahí observo mi rostro en el espejo.

No me reconozco, ya no soy la que era antes, una chica con vida, llena de felicidad hasta que apareció Will y destruyó todo lo que había a mi alrededor dando un giro completamente distinto al que tenía preparado para mi vida.

Mi rostro esta cansado, muestra ojeras y están hinchados por las tantas veces que Will me hizo llorar. Me quito la ropa lentamente y abro el grifo de la ducha. Permanezco bajo el chorro de agua hasta mi cuerpo empieza a tiritar de frio y me cubro con una toalla. Ya en la habitación abro el armario y encuentro toda la ropa que Will me compró, escojo unos pantalones holgados y una camiseta y me dirijo nuevamente a la cama.

Ya ahí con mejores ánimos intento crear una historia, un sueño donde mi vida esta llena de felicidad y personas que me aman y que jamás serían capaces de hacerme daño. Con eso en mente caigo en un profundo sueño. Pero lo que aún no sé es que ese sueño pronto se hará realidad.

~•~

Will está conmigo, ambos  caminamos abrazados por la orilla del mar, Will tiene su mano posada en mi cintura en un agarre firme y posesivo, su otra mano sigue un sendero hasta posarse sobre uno de mis pechos, ahuecándolo y masajeándolo. Mis manos arrastran sus labios hasta los míos uniendo nuestras bocas en un beso salvaje y desenfrenado. De un momento a otro me encuentro recostada sobre algo blando y suave y completamente desnuda, mientras Will besa cada parte de mi cuerpo: estimulándolo y excitándolo, preparándolo para la penetración. 

Sus labios toman un pezón mordisqueando y succionando hasta que se endurece entre sus dientes, mientras una de sus manos frota contra mi dolorida y dilatada feminidad.

Rápidamente Will se quita los calzoncillos y se inclina ante mí penetrando de una fuerte y dura estocada. Embiste una y otra vez profundamente, cada vez más rápido hasta que llegamos juntos al clímax.

Un fuerte gemido escapa de mis labios cuando siento un paño húmedo en mi parte íntima, un pulgar se frota contra mi clítoris, hinchado por las oleadas de placer...

Salgo de mi ensoñación y abro los ojos encontrándome con unos profundos ojos verdes mirándome, ahogo un sollozo cuando me doy cuenta de lo que ha pasado en realidad. Por primera vez he llegado al clímax con Will, y me maldigo interiormente por permitirme disfrutar con el que una vez fue el amor de mi vida.

Y el que cambió de un día para otro causándome el mayor daño posible y privándome de todo lo que he disfrutado en mi vida.

– Shh... Tranquila _____, todo está bien. Tienes que dejarte llevar.– Inmediatamente las lágrimas contenidas hacen su aparición y mi mente ya no puede más, lo único que deseo es llorar y lo hago, luchando por recuperarme.

Will continúa calmandome y consolandome mientras sollozo incontrolablemente entre sus brazos. Y ésta vez no guardo nada, lloro por todo el tiempo que llevo encerrada, por las incontables noches que terminé siendo violada por Will, por mi familia que cree que vivo una idílica relación con Will "el amor de mi vida", y por todo lo que he tenido que soportar al lado del chico que creí sería mi príncipe azul.

Cuando ya no tengo nada más que derramar, Will me levanta entre sus brazos y me lleva al cuarto de baño, ya ahí nos mete a ambos en la bañera ya preparada para un suave y refrescante baño, se sienta y hace lo mismo conmigo acomodándome entre sus piernas dejando que su entrepierna descanse en mi espalda. Me rodea con sus piernas a cada lado de las mías y comienza pasando el jabón por todo mi cuerpo a la vez que va dejando besos por mi mandíbula y mentón hasta llegar al lóbulo de mi oreja y entretenerse en ese punto sensible. Intento apartarme de él pero me susurra suavemente al oído.

– Sé mi esposa.