Prólogo

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"—¡Eres un inútil! —exclamó mi madre mientras me propiciaba una fuerte bofetada con la suficiente fuerza como para dejar su palma marcada en mi mejilla.

—¡Si hubiéramos sabido que serías tan incompetente e inútil te hubiéramos abortado! —agrego mi padre furioso mientras me lanzaba su botella de cerveza a la cabeza consiguiendo hacerme una pequeña cortada—. ¡Te quedaras afuera! —exclamó tomándome del cabello llevándome hasta la entrada donde me lanzo a la fría calle cerrando la puerta tras de mí de un portazo."

La nieve caía lentamente cubriendo todo el panorama de un bello manto blanco, lejos de su casa, en medio de un parque sentado al final de un resbaladero se encontraba un niño de escasos trece años tiritando a causa del helado viento que soplaba, sus padres se habían enfurecido con él y sin compasión lo sacaron de la casa como castigo sin ningún tipo de abrigo, sobre su cabeza ya se había formado un pequeño montículo de nieve—. ¿Por qué mis padres no me quieren? —se preguntó en voz alta mientras trataba de brindarse algo de calor frotando sus manos contras las mangas de su sueter sin mucho éxito, poco a poco sus ojos se humedecieron dejando escapar pequeñas lágrimas las cuales fueron descendiendo por sus mejillas.

Sumido en sus propios pensamientos, su mente apenas alcanzó a escuchar como unos pies se paraba frente a él, elevando su mirada sus orbes celestes se toparon con unos orbes esmeraldas—. ¿Pequeño, estas bien? —preguntó el dueño de aquella verde mirada que reflejaban preocupación al notar la pequeña capa de nieve que cubría los hombros y cabeza contraria.

—Sí —mintió el menor cuando un pequeño estornudo salió de su boca—. ¿Pu... puedo ayudarlo? —preguntó queriendo que el mayor lo dejara solo.

—Me preguntaba que hacía un pequeño fuera de casa con este frío sin un abrigo o sin sus padres —respondió el mayor con cierta preocupación al ver que el menor que no paraba de tiritar.

—No hago nada —dijo—. Y mis... mis padres están trabajando —aunque lo último era mentira, no era plan decir que sus padres lo habían sacado de casa.

El mayor al mirar al pequeño no podía evitar sentirse inquieto, pese a ir retrasado a un compromiso sentía lastima por el menor frente a él, nunca podría justificarse que dos padres dejaran a su hijo solo con las bajas temperaturas que se presentaban cada año. Mirando su celular pudo ver gran cantidad de mensajes en los cuales se le preguntaba dónde estaba y cuanto tardaría en llegar. Dando una mirada a los alrededores visualizo una máquina de bebidas, velozmente fue a sacar unas y retorno a donde el menor se hallaba—. Ten —dijo ofreciéndole una de las latas—. No es gran cosa, pero quizás te haga sentir mejor.

El menor ante la gentil sonrisa que le había ofrecido el mayor sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo, mientras aceptaba aquella bebida, pensó que era la primera vez que un adulto le habla de forma tan cálida—. Gra... gracias —agradeció con un pequeño rubor en sus mejillas.

Repentinamente el celular del mayor comenzó a sonar, al contestar ambos pudieron escuchar como alguien gritaba con cierta molestia, aunque de forma preocupada, cuando termino la llamada nuevamente el mayor miró al pequeño, dejarlo así le daba pena por lo cual finalmente se quitó su bufanda la cual era de un color rojo brillante y se la puso al menor—. Será mejor que te quedes con esto, así reducirás la posibilidad de enfermarte.

El menor mientras miraba como le era puesta la bufanda no pudo evitar realizar una pregunta—. ¿Co... como se llama? —el mayor le brindó una cálida y gentil sonrisa

—Hayato.

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Hasta aquí llega el cap, espero les haya gustado.

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Nos escribimos y nos leemos en el próximo capítulo.

¡SAYONARA!

¡SAYONARA!

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Amado Profesor (Yaoi)[FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora