Ella.
Es única.
Especial.
Simpática.
Bonita.
Loca.
Muy loca.
Pero es mi loca.
Ella.
Esa pequeña persona en la que no puedes dejar de pensar, quien puede deshacerte usando un par de palabras, o esa persona que puede levantarte cuando te sientes vencido, vacío. Esa persona por la que harías lo que fuera. Aquella persona que te recuerda lo especial que eres para ella, sin siquiera mover los labios. Esa persona que transforma un "Hola" en un sueño, o aquella que transforma un pequeño abrazo, en uno que desearías sea eterno, sintiendo su cuerpo junto al tuyo, mientras sus mejillas se acercan a las tuyas y la tentación de darle un pequeño beso en ellas arde en tu interior, ahogándote y hundiéndote en tus propios pensamientos.
Pero no importa lo que hagas, pronto aquel momento perfecto termina, y sin saber como reaccionar, te paralizas, mientras tu mente lucha por dejar de pensar en los diálogos que inventaste pensando que algún día, se volverían realidad.
Sientes como su cuerpo se aleja del tuyo.
Duele.
Y ella te mira.
Con esos dulces ojos que la caracterizan.
Que te vuelven loco.
Y los dos sonríen.
Logras verla irse caminando despacio, alejándose de ti. Y sin querer, te hace notar que aquel momento ha acabado. Y ella se encuentra cada vez más lejos, aunque solo haya dado un par de pasos, la sientes lejos.
Muy lejos.
Duele.