Prólogo

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--. Nícolas Frizt, de 29 años de edad. ¿esta seguro de esto?.

Yo asentí seguro. El hombre abogado sentado frente a mí en un grande escritorio de madera barnizado y ordenado me miró serio, con ambas manos tomó un conjunto de hojas frente a él dejándolas a mi altura. El papel blanco estaba lleno de datos y de bla bla bla. Sin ganas lo agarré y leí el titulo o lo que decía DOCUMENTO DE DIVORCIO. Ya no había vuelta atrás.
Tomé la lapicera entre mis dedos y con un movimiento rápido escribí mi firma la aclaración de la misma y mi DNI debajo de éste. Dejé el papel allí y la mujer que se encontraba bien vestida y elegantemente peinada a un lado mío tomó los papeles y de igual manera firmo aquello.

Ya estaba hecho.

Ella y yo ya no estábamos juntos pero aún hay un problema que resolver.

Mis hijos.

--. Bueno. Creo que esto ya es muy obvio. --,levantó la voz mi ex mujer para hacerse escuchar. --. Ya no hay nada que discutir. Los niños no deben ser separados de su madre, naturalmente.

Me quedé callado, pero no de miedo, sino por que el abogado estaba por hablar.
--. Si tiene razón. --,dijo el gordo abogado. Ella sonrió victoriosa en esos labios carnosos y rojos por el labial.
--. Pero no debe olvidar la denuncia por daños y prejuicios, la violencia domestica y por su infidelidad. Tiene mucho en su contra Sra Solano. --,terminó concluyendo el abogado. La sonrisa de ella desapareció pero al segundo volvió a resurgir.

--. Yo tengo todo el dinero del mundo como para ganar esta pelea, para cuidar bien a mis hijos y para poder criarlos sin dificultades. Él. --,me apuntó con su dedo índice adornado por una sortija. --. No tiene un centavo partido al medio. No podría cuidar a los niños sin que pasen hambre. --,dijo viéndose desesperada.

Él abogado se inclinó hacia el frente.
--. Solo diré esto rápido. No tiene el derecho de elegir, controlar o decidir aquello, así que mejor trataría de hacer mejor letra por que tiene mucho que perder Sra Solano. Piense que ha hecho muchas cosas mal. Eso podría perjudicarla y más ahora que está en juego la tenencia de aquellos pequeños. --,me miró a los ojos. --. Suerte Sr Frizt.

Se paró y se fue del lugar sin decir nada más. ¿acaso he oído bien?, prácticamente le ha dicho que puede perder la tenencia de los niños. Instintivamente sonreí, pensar que los tendré a mi lado me hace feliz. Lastima que siempre estará ella para fastidiarnos. Con una mueca de puro odio ella me miró al rostro. --. Óyeme. No me importa si tengo que pasar sobre tu cadáver, yo tendré a esos niños.

--. "Esos niños" son mis hijos y pelearé por ellos. Nunca los dejaría junto a una bruja como tú. --,le dije sin mirarla a la cara. Tomé mi mochila y la coloqué en mi espalda. --. Ahora si me disculpas debo ir a una cita con mis hijos al parque.

Me di media vuelta y me alejé de aquella mujer. Realmente no se como he hecho para soportarla tantos años.

Fui un tonto.

Pero a la vez no me quejo, mis hijos son el regalo más hermoso que pudieron haberme hecho en la vida.

Caminé rápido por las calles hasta el parque a un lado de mi hogar en donde se encontraban los tres.
Jónatan, tiene 10 años y es el mayor, es exactamente igual a mi y es mi orgullo en persona.
Valentino, de 7 años es el del medio. Revoltoso y muy cariñoso. No sé que aria sin él.
Y Karen. Ella tiene sólo 3 años y es el profundo y perfecto amor de mi vida.

Los tres son la razón por la que vivo y no estoy diciendo nada de más.

La chica de cabello negro con una larga coleta de colores, con corte rokcero y color magenta a la vez, vestida mayormente de negro pero con una remera de color rosa se acercó a mi sonriendo con ese rostro sutilmente maquillado. Sonrío sin contenerme. Siempre me da mucha risa su altura de solo 1,50 cm.
--. Hola Níco. --,me saludó tranquila.
--. ¿Como te ha ido?.

Me encogí de hombros. --. Bien, de hecho, creo que obtendré la tenencia de los tres. --,aclaré con una notoria felicidad. En eso Sophie también me sonrió.

--. Eso me alegra mucho Níco. Por fin podrás tenerlos más tiempo contigo. --,me golpeo con su codo en mi brazo. --. Y ¿por que no empiezas ahora con pasar tiempo de calidad con ellos?, es un lindo día.

--. De seguro solo lo dices por que quieres irte a algún lado que no sea cerca de mí. --,dije fingiendo resignación.

Ella soltó una risa. --. Claro que no. Me quedaré aquí pero ve a jugar con ellos. Dentro de un par de horas debes devolverlos.

Ella tiene razón.

Me arremangue y me acerqué a ellos con una enorme sonrisa.

Los amo.

Sin dudas aria cualquier cosa para poder verlos felices el resto de su vida. Cualquier cosa.








By Amaranth

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