《•14•》

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Había pasado mucho tiempo, mucho, mucho, tiempo, pensando en lo que había sucedido, puede que estén vivos, las palabras resonaban en mi mente, golpeando cada recuerdo que tenía de ellos, de mis padres.

Había llegado hasta el suelo, donde veia fijamente el techo, las 2 veces anteriores que he estado aquí me la pasaba dormida o golpeando la pared, creo que es de ahí donde agarre más fuerza de la necesaria. El frío que se colaba por la ventana hacia un ligero sonido, como si alguien silbara o me susurrara cosas al oído. La noche había caído, las luces aquí son extremadamente tenues, por lo que si no tengo cuidado me golpeare con la base de la cama en la cabeza. Tenía hambre, en cualquier momento me darán la cena, en este piso, un guardia pasa por cada celda con las bandejas, entregando una por una. Después de darlas todas, corren 10 minutos para acabar tu comida he irte a dormir, puesto que este piso, llega a apagar las luces completamente, se dice que es para reflexionar aunque es obvio que es para que sientas que estas completamente sólo en la oscuridad y no quieras volver aquí.

Me pare del suelo y camine hacia el baño, me quite el uniforme manchado de no se que, sobre el suelo, me metí a bañar, el botón estaba del lado derecho de la ducha, toque el botón y el agua salió con mucha brusquedad salpicando mi cuerpo. Como todas las veces, el agua sale helada. Otra cosa para que desees no volver aquí. Termine mi baño con los hielos y saqué la ropa del aislamiento de debajo del lavabo para poder cambiarme, la playera azul junto con un pantalón de seda del mismo color, no me coloque de nuevo los zapatos, andaría descalza por aquí.

Al salir del baño note la bandeja con mi comida en el compartimiento de la rejilla, la tome y me senté sobre la cama comiendo lo que sea que hayan preparado, no tenía buen aspecto, era eso o tener un dolor de estómago toda la noche, hasta las 8 de la mañana que es cuando sirven el desayuno. Termine la cena y coloque de nuevo la bandeja donde estaba, al parecer termine justo a tiempo por que inmediatamente la bandeja desapareció, el guardia se la había llevado. Desacomode las mantas para poder dormir, tratar de, aquí las paredes truenan mucho y constantemente se escuchan susurros por los pasillos, escalofriante. Sólo había una manta junto con una sabana, no lo suficiente para apaciguar la temblorina que estaba teniendo. Trate de cerrar los ojos y dormir. Traté

Sentía que estaba cometiendo un grave error, ¿Porque? No lo se, sentía que poco a poco algo me consumirá, me haré cenizas y el suelo me volverá a tragar, luego pienso, ya estoy metida dentro del suelo, nada me puede pasar, esto es un sueño, sólo es sueño, que luce como la realidad misma. Reluce bajo el destello rojizo que viene desde arriba, el sol, su luz calienta, ¿cómo puede ser que la luz caliente?, el verde pasto se vuelve a alzar bajo mis pies, ahora cubiertos por unas botas de color azul, observó mis brazos cubiertos por la delgada tela blanca, siento un peso sobre la espalda, llevo puesto un traje Capitalista. Espero a que el viento se vuelva tornado y el océano ruja pidiendo mi cuerpo, nada pasa. En un abrir y cerrar de ojos tengo a Denisse en frente mía, y luego a mi hermano, Mirahí lo acompaña, se les unen todos mis amigos. Todos viéndome con asco, con desprecio, sólo hay una mirada que es diferente, la de Denisse, que es preocupada, como si viera el futuro próximo y me lo advertiera con sus ojos. Y de repente ella grita, se rompe las cuerdas vocales cuando lo hace-¡NO LO HAGAS!

Me levantó cubriendome los oídos, el grito resuena en mi conciencia, abro los ojos de golpe, me encuentro en el mismo lugar, la cama, la rejilla y el espejo siguen ahí, sigo en el aislamiento. Trató de calmar mi respiración, me duele el pecho de respirar tan profundamente. Me paso los dedos por el pelo en un fallido intento de calmarme. ¿Qué me está pasando?. Intento pararme pero al ver el piso siento que es un agujero sin fin, negro como la obscuridad que me rodea. Decido quedarme en la seguridad de la cama. Como lo habría pensado la Samanta de 5 años-Sistema linterna- susurro, un pitido erróneo y una proyección sale ante mis ojos "Tarjeta fuera de servicio, esperando acceso por el scanner receptor", mi tarjeta estaba bloqueada, no tenía comunicación con nada y lo peor no tenía linterna. No me deberia de sorprender, ya sabía que estaba así.
Vuelvo a recostarme sobre la cama, tapandome hasta la barbilla con la manta. Intentado pensar el algo que me distraiga o en el mejor de los casos volver a dormir, pero en toda la noche no consigo más que dar vueltas sin sentido sobre el colchón.

Llega el amanecer, las luces brillan con mas intensidad, ahora veo claramente el suelo grisáceo, ya no es un hoyo sin fin, aunque el primer paso lo doy con cuidado,con miedo. Un olor peculiar me llega a la nariz, un olor a exterior, un olor a tierra. Pego un salto desde mi cama y me agarró de los barrotes de metal, de la ventanita. Logro divisar un grupo de Capitalistas, todos armados y listos para lo que sea que aya fuera. Cierro mis ojos respirando el exterior. Me concentro en ese olor y lo asocio con la libertad, otra cosa se me viene a la mente, tal ves mis padres se quedaron allá arriba por el olor. Siento que alguien me mira desde atrás. Me dejo caer volteando hacia la salida. Mirahí me mira con cara de preocupación.

-Hola- comienza ella

-Mirahí- digo atónita- ¿Qué haces aquí?

-Nos dejan hacer sólo una visita, quería venir a ver el lugar que tanto te gusta- dijo viendo la horrible celda

-No es que me guste, es...am...- digo pensando en algo bueno

-El aroma ¿No?- me dice sentándose en una silla de metal, ¿Desde cuando eso esta ahí?

-Si- pongo una sonrisa en mi cara y yo también tomó asiento , alos pies de mi cama, trae su vestido del colegio- Me tranquiliza

-Es...peculiar- dice arrugando su nariz- pero no me desagrada

-¿Denisse? ¿Ella?- trato de preguntar

-Sabes que ella nunca se enoja, sabe que estas aquí, pero no quería venir a verte

-Fernando...-

- A el le aterra la idea de acercarse a la superficie- dice riendo

-Lo siento Mirahí- dije desviando mi mirada- Yo te prometí que..

-Mientras sea por una buena causa, esta bien, me enteré de que Victoria golpeo a una de tus amigas-

-¿Cómo es que?-

-¡Oh! Deberías de haber visto a tus amigos, llegaron tan rápido al recinto que Alessandra hiperventilaba y Susejh hablaba tan rápido que parecía no tener vocabulario logico- a veces, me sorprende la inteligencia de Mirahí, me heche a reír

-Si, son los mejores- dije- pronto saldré de aquí y volvere a jugar contigo, te lo prometo

-No lo creo- su voz de repente se apagó

-¿Pero, que?-

-Siento que algo malo viene Sam, algo muy grande- sus ojos proyectaban pánico y terror

-Denisse me dijo lo mismo-

-No se que pueda ser, solo algo se revuelve en mi estomago y me da malos presentimientos- dijo tocándose su panza

-¿Tu crees que tenga que ver algo con la convocatoria?- dije acercandome a las barras, para que nadie nos escuche

-¡No tengo idea!- exclamó

-¡La visita de Samanta Mondragón, por favor, retirese, se ha acabado su tiempo!- alguien grito al otro lado del pasillo, Mirahí se paro de su silla, acomodando el dobladillo del vestido.

-Por favor cuidate- se dirigía a la salida, la perdía de vista por el pasillo

-¡Mirahí!- grite, sus pasos se detuvieron- Dile a Denisse que lo siento, igual a Fernando

No me contestó sólo siguio caminado hasta que ya no se escuchaba nada, solo mi respiración tras las barras, y fue cuando me di cuenta que mi celda, era la única ocupada, verdaderamente estaba sola.

Los Cien Pisos (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora