CAPÍTULO 1: UN GRAN CAMBIO

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EL HOMBRE DE LA IZQUIERDA SERA EL DIRECTOR DEL COLEGIO DE RENATA Y ÉL DE LA DERECHA ES SU PADRE

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-¿Pero porque tengo que hacerlo?- pregunte irritada volteando a ver al señor que iba junto a mí, bien vestido, siempre elegante, ¿Por qué sigo sorprendiéndome?, es normal que él se vista así, su trabajo lo requiere.

-Amor, ya lo habíamos hablado, por favor no empieces- respondió con tonó cansado el caballero que iba conmigo

- Yo no quiero cambiarme de escuela, es terrible- voltee a ver a mi padre que iba caminando a un lado de mí, me ofreció una ligera sonrisa de las que él solo sabe darme.- Usted sabe exactamente lo pésima que soy haciendo amigos y además mi antigua escuela no tiene ningún tipo de desventaja, incluso queda a 5 minutos de casa, lo cual favorecería a cualquier padre que se encontrara en su misma situación ya que se ahorrarían ciertas molestias al llevar a sus hijos a la escuela- digo, y si aún le hablaba de usted a mi padre ya que eran solo 2 semanas que me acababa de mudar y aún era raro estar con él aunque casi no lo viera.

Ví como de repente mi padre me veía con mala cara mientras nos introducimos a la escuela que estaba frente a nosotros, muy grande con muchas zonas verdes, arboles, pinos, flores, incluso árboles frutales como: manzanos, granadas, guayabas, etc. Los lockers fuera de los salones color gris, salones con pared tipo piedra, de esas que ves cuando vas algún tipo de bosque, se sentía un ambiente tranquilo, había una alberca enorme que supongo era para realizar algún tipo de competencia. Punto a su favor para la escuela ya que desde los 5 años he ido a cursos de natación y desde ese momento voy todos los fines de semana o incluso entre semana a veces sin que mi padre se entere, no me gusta que me interrumpa cuando me relajo. Había 6 canchas, 2 eran de futbol, una era de pasto y la otra era de piso, 2 canchas de básquet y solo 2 de vóleibol, o claro me faltaba mencionar había un auditorio enorme y una capilla, si exacto una CAPILLA, ya se imaginaran a que institución me ha metido mi adorable padre. "Instituto católico" según él, pero para mí era una prisión que a partir de ese momento empezaría a conocer.

-¿Srita Renata Lara Duarte?- una voz femenina hablo detrás de mí, voltee rápidamente, era una dama bien vestida, cabello negro y largo lo llevaba en una coleta, lucía una tez clara, ojos café claro. Tenía una falda negra ajustada pero que era está más debajo de la rodilla con una blusa blanca y lentes negros.

- Solo Renny- conteste, me molesta que me hablen por mi nombre completo, es como si sintiera que acabo de cometer una falta y están por regañarme.

-Sígame por favor- me dijo con voz dulce, solo asentí y empecé a seguirla junto con mi padre

Entramos a una oficina muy grande, era más que obvio que estábamos en dirección, esperando por el director y este cuando entro sonreía de oreja a oreja, era alto y de tez morena, este se asombro al vernos y le ofreció la mano a mi padre, el cual le respondió muy afectuoso.

-¡Jorge, pero que gran sorpresa!- le decía el señor a mi padre mientras este solo asentía con la cabeza.

-¿Cómo has estado Alberto?- le responde mi padre sin dejar de sonreír- Hace mucho tiempo que no se de ti y encontrarte aquí como director, me sorprende completamente- dijo mi padre sin dejar de verlo sorprendido, tanto como el mismo señor que estaba frente a él.

-Lo sé, ya paso demasiado tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿Quién es esta jovencita? ¿Es tu hija?- preguntó el caballero un poco sorprendido.

-Así es, vengo a inscribirla a esta escuela, lleva apenas 2 semanas conmigo- le responde mi padre, sin ningún tipo de titubeo, a veces olvido lo fácil que le resulta decir este tipo de cosas.

-No lo entiendo ¿No vivías con ella, como es esto posible?- dice el señor un tanto confuso, no solo él, muchos de los amigos de mi padre que apenas y me conocen hacen esa misma pregunta.

-No, es complicado- responde mi padre un poco apenado.

-Hola linda, yo soy el Director- me dijo con una sonrisa.- Me llamo: Alberto Gutiérrez Cortes y soy amigo de tu padre desde la universidad- se dirige a mi cayendo en cuenta que si existo y que estoy con ellos desde ya hace un rato pero es normal yo no suelo integrarme a menos que las personas traten de integrarme a mí.

-Mucho gusto señor- le digo muy educadamente y sonriendo un poco- Mi nombre es: Renata Lara Duarte- le respondo, pero inmediatamente notó como su mirada se rompe o mejor dicho algo dentro de él se ha roto y no suelo distinguir bien que es, veo como vuelve su vista a mi padre.

-¿Duarte?- le pregunta a mi padre, mientras yo me siento más incómoda que hace unos 5 minutos.

-Si Alberto, su mamá es Fátima- dice mi padre, voltea a verme como si hubiese hecho una confesión realmente fuerte- Ella y yo tuvimos a una niña y es nuestra hermosa Renny.

-Estoy muy feliz, realmente tienen una hija muy guapa- dice eso mientras me mira con atención- Tienes la misma risa de tu madre Renny. Incluso podría decir ahora que me recuerdas mucho a ella- dijo el, mientras yo jugueteaba con un lapicero.

-¿Usted conoce a mi madre?- le pregunto un poco confundida a lo cual el solo asiente con la cabeza, creo que el ambiente se tensó un poco o yo me siento más incómoda de lo normal.

-Bueno díganme en que puedo ayudarles- dijo, sin razón alguna el director cambia bruscamente de tema viéndonos fijamente a los ojos.

- Como te dije anteriormente- repite mi padre un poco serio- Vine a inscribir a mi hija, quiero que estudie ella aquí- volteo mi padre dirigiéndome una mirada un poco intimidante, pero por suerte por muy amenazantes que sean sus miradas no causan el efecto que mi padre busca y es algo curioso ya que soy la única a la que no puede influir por medio de sus miradas, incluso muchas personas me dicen que tengo la misma mirada que mi padre posee.

- Y a ti linda- se dirige hacia a mí el director viéndome un poco divertido- Dime con confianza, ¿te gusta la idea de estudiar aquí?-.

-Yo...bueno, es que nunca había estudiado en un instituto católico- miro al director fijamente pero me pone un poco nerviosa- Supongo que lo que haga mi padre, lo "hace por mi bien"- le digo eso tratando de justificar a mi padre lo cual hace reír al director por mi respuesta un poco sarcástica.

-Bien pues no se diga más, rellena estos formularios y hagan los pagos correspondientes- dice el director viéndome más a mí que a mi padre- Alicia, mi secretaria los ayudara con eso. Bienvenida Renata y cualquier cosa que necesites no dudes en acudir a mí, nos vemos el lunes- dijo él dedicándome una sonrisa, solo asentí. Siempre me han intimidado un poco las personas.

Salimos de la escuela y apenas puedo creer todo lo que ocurrió, me quede pensando un poco en la rara conversación que mi padre tuvo con el director acerca de mi madre y sobre como el director reacciono acerca de que yo era hija de ambos.

-¿Papá, eso fue raro no crees?- le digo y lo miro fijamente para ver su respuesta.

-¿Sobre qué hija?- se limita a contestar, apenas y me mira.

-Sobre nada, olvídalo- le respondo, es obvio que él no quiere contarme nada y hasta cierto punto creo que no quiero saber lo que acaba de ocurrir.

No quiero entrar a la escuela, mi vida es tan aburrida estos últimos días que no sé qué hacer para pasar mis últimos días de vacaciones, lo más justo sería ir a ver a mi madre ya que tiene meses que no la visito pero no quiero que me vea decaída, no quiero ser  solo tristeza para ella, así que creo que ir a nadar no me vendrá mal, después de todo mi papá casi no está en casa así que será mejor eso o sino me deprimiría estando ahí sola en una casa que apenas y conozco.


 


 


 


 


 

PROMETISTE NO IRTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora