Ella. Fuerte, como una roca,
pero frágil, como un cristal.
Valiente, como un depredador,
pero cobarde como una presa.
Su sonrisa, blanca como la nieve,
pero que nunca sacaba a relucir.
Ojos azules, tan azules como el mismisimo cielo,
pero no dejaba mostrar su brillo característico.
Su cuerpo, irradiaba vida, energía,
pero su cara parecía inerte, muerta.
Oh, como nadie pudo darse cuenta,
cuando su cabello azabache cubría sus ojos,
mientras sollozaba en las ultimas filas de clase,
y deseaba ahogarse con su propio llanto.
Como no pudieron darse cuenta,
cuando le preguntaban si estaba bien,
ella sonreía falsamente, sin el brillo en los ojos,
y decía con tal dificultad "estoy bien".
Como no pudieron darse cuenta,
que bajo esas mangas largas que llevaba,
hiciera frio descomunal, o un calor abrasador,
se escondía su intento de no sufrir mas.
Como no pudieron darse cuenta,
que algo no iba bien,
cuando dejó de ir a clases,
y pasaron semanas sin saber de ella.
Y ahora, bajo tierra, en el sitio mas sombrio,
se encuentra su cuerpo sin vida.
Ella era una rosa, llena de gracia y sentimiento,
pero acabó marchitando con cada palabra que decían.
