6-Tu compañía

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  La Space-Royal se introducía en la zona de despegue de América. Allí se encontraba Anderson junto a Amnes y otro grupo de soldados detrás. Bajamos de la nave y quedamos bastante sorprendidos por el grupito de Anderson. Los soldados desenfundaron sus armas apuntando hacia nosotros.

  —¿A qué viene este numerito?—preguntó Thomas con rabia.
  —Sois unos irresponsables. Habéis bebido en momentos de trabajo, podríais haber acabado en algo peor. Pensad en lo que habría sucedido si os hubiesen atacado esos Okons con aquella resaca. Podríais haber muerto y, para colmo, permitir que llegasen aquí.
  —Esto es estúpido, Anderson.—intervino Selek.—Menudo hombre está usted hecho que se trae a la mitad de su ejército para darnos una charla.
  —Cállese usted, Selek.
  —¿Qué le cuesta pedirnos que fuésemos a su despacho y ahí hablar tranquilamente? Aceptaríamos sin problemas.
  —Y una mierda.—murmuró Anderson con intención de que nadie le oyese, no fue así, amigo.—¡Llevadlos a mi despacho!

  Los soldados se acercaron a nosotros. Nos agarraron con fuerza para llevarnos hasta allí. Parecía que nos escoltaban pero en realidad no era nada de eso. Toda la gente que nos veía pasar se nos quedaban mirando como si fuésemos unos delincuentes.
  Finalmente llegamos a la sala. Anderson hizo un gesto para ordenar que se marchasen el "grupito de escolta". Anderson miró alrededor para asegurarse de que nadie veía.

  —Disculpad. Debía hacer eso de esa manera.
  —¿Qué? Pero si han estado a punto de dispararnos.
  —No hasta que yo diese orden.
  —Veréis, el general Morrison, que espero que sepáis quien es, se ha enterado de ciertas cosas que no estaban permitidas.
  —¿A qué te refieres?—Ma-Ko.
  —No es necesario que lo sepáis. Pero he de castigaros para no acabar mal. Lo siento.
  —¿Pero qué coñ...?
  —¡Silencio! ¡Puede que tenga rango de sargento de chichinabo, pero soy como un general! De hecho...—se pausó.
  —De hecho...
  —Yo fui general anteriormente.
  —¿Y por qué te bajaron de rango?
  —No me bajaron, yo lo hice.
  —¿Qué? ¿Por qué?
  —¡Demasiadas preguntas, Lez! Iréis a un calabozo temporal, no os preocupéis, no estaréis más de uno o dos días. No diré nada mas.
  —Pero...
  —¡NO DIRÉ NADA MAS! Soldados.

  Los soldados de antes entraron y nos llevaron a nuestro destinatario, el calabozo. A todos menos a D.I.O, a saber a donde se llevaban a nuestro robot, sí, nuestro. Era una zona cerrada con mucha seguridad. Allí se encontraban delincuentes y otro tipo de soldados que habían tenido el mismo problema que nosotros, incluso trastornados.
  Nos dejaron en una misma celda a los cinco. Una sala pequeña. Por suerte nadie era claustrofóbico.
  Ninguno sabía cuanto tiempo estaríamos allí, tampoco qué sucedería al salir de allí. Nuestra llegada fue a las 11.13 pm, no tardamos en irnos a dormir. A las 12.30 pm ya estábamos en cama, si es que eso donde dormíamos era una cama.
Despertamos con dificultad, había sido una noche muy incómoda.

—Buenos días.—una voz se adentraba entre los barrotes eléctricos de la celda, se trataba de D.I.O.—Espero que hayáis dormido bien.
—D.I.O, has vuelto.—comentó Selek con bostezo seguido.—¿Qué ha pasado? ¿Dónde estabas?
  —Eso no importa, Selek. Ahora vendréis conmigo.
  —¿Ya está? ¿Eso era todo?
  —Sí, pero Emma y Lez no vendrán, estáis inactivos por lo del día anterior.
  —No me jodas, D.I.O.—me quejé.
  —Lo siento, yo no soy quien da las órdenes.
  —¿Y cuánto tiempo vamos a estar así?
  —Por lo que sé, no mucho, pero deberíais hablarlo con Anderson. Ahora no está disponible, pero veré si hoy mismo puede.
  —Menuda mierda.—murmuró Emma.
  —Por favor, venid conmigo.

  La electricidad de los barrotes cesó, el equipo salió de la celda y por mucho que insistí no me dejaron salir, lo mismo con Emma. Nos quedamos allí encerrados.
  Emma estaba en una esquina sentada de cuclillas y de espaldas a mí. Parecía una trastornada de un manicomio, preferí no acercarme y dejarle su espacio, al menos hasta que dejase de dar mal rollo. Estuvimos una hora en completo silencio, excepto por los gritos del resto de presos.
Estaba preocupado, ninguno de los dos sabíamos cuánto tiempo tendrá que pasar, cuánto tiempo para salir, cuánto tiempo para volver con los nuestros. Tampoco sabíamos qué pasaba con nuestros compañeros, a dónde se los habían llevado.
  Estábamos deshabilitados, pero eso no significaba que estuviésemos inactivos. Debíamos hacer algo para llegar más allá de esto, Anderson ocultaba algo, había muchas preguntas y él nos daría muchas respuestas. Tenía un plan para salir de ahí con dos objetivos. El primero, conseguir toda la información que queríamos y que nos daría Anderson; el segundo, demostrar que aun estamos capacitados para cualquier misión. Decidí no contarle nada a Emma hasta el próximo día con tal de esperar a, si con suerte, nos dejan salir.

Regreso (objetivo la tierra #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora