Capítulo 13 FINAL

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Sabía que esto no iba a durar para siempre. En un principio no entendía los besos, pero cuando me enamoré de Sam y le besé, pensé que los entendía pero fue a peor.
Cada beso que le doy me quita la respiración, mi corazón bombea tan fuerte que siento que se sale de mi pecho,mis piernas tiemblan tanto que parece que me vaya a caer, pero al mismo tiempo el contacto de su piel junto a la mía me reconforta y me mantiene en pie junto a él. Cada vez que pasa su brazo por mi espalda para mantenerlo ahí un cosquilleo sube desde el final de mi columna hasta mi nuca queriendo experimentar más cosas.

-Sam-. Le di un beso. -Te amo-. Acaricié su pelo unos segundos hundiendo mis dedos en él. -Yo no quería que te enamoraras de mí.

-¿Porqué?- Le abracé.

-Por qué te amo y no quería que sufrieras. Intenté hacer el idiota y todo lo que no te gusta solo para que no te enamoraras-. Una de mis manos acabó en su costado mientras que la otra la mantenía en su pelo. Con un movimiento de sus brazos hizo que me acercara más a él mientras me tenía cogida de la cintura con sus manos apoyadas a cada lado.

-A mí me da igual como seas o lo que hagas porque yo también te amo. ¿Y porqué voy a sufrir?- Le abracé más fuerte. Mis lágrimas empezaron a salir, una tras otra, en silencio. Le miré a la cara, transmitía pena y dolor. -No llores, cuéntamelo todo-. Nos sentamos en un banco del parque que es donde nos encontrábamos desde el principio. Colocó sus manos en mis mejillas tocando con sus dedos índices el final de mis orejas y me secó las lágrimas con los pulgares.

-¿Me prometes que desde ahora estarás más conmigo y apoyándome en todo momento?- Me cogió de la mano para que fuera fuerte.

-Te lo prometo-. Me abrazó, me sentí sana bajo su abrazo por unos segundos y a salvo de todo, queriendo que durara eternamente.

-Tengo una enfermedad y me estoy muriendo poco a poco. En realidad lo que tengo es un tumor cerebral-. Me costó minutos en terminar de contarle todo eso pero no se veía tan sorprendido como pensaba, estaba segura que se lo contó mi amiga.

-¿Cuánto tiempo?- Cogió aire y lo soltó respirando hondo varias veces, de su boca solo salió eso.

-Días, o tal vez horas. Me lo han dicho esta mañana, si es más tiempo...- Sam me acercó a él y me besó, al principio eran cortos pero luego se hicieron más largos y fuertes porque queríamos sentirnos. Después de estar varios segundos besándonos, paramos por falta de aire, saqué un papel pequeño, pero no tanto y un bolígrafo negro de mi bolso y escribí una frase. Guardé el papel en mi bolsillo y nos quedamos un rato en silencio, pero no este tipo de silencio incómodo, no, era justamente al revés. Apoyé mi cabeza en su hombro y él su cabeza sobre la mía. Mientras nos quedamos observando a los niños jugando felices en los columpios o al pilla-pilla, a las madres cuidando de los pequeños y a los lindos pájaros flotando en el aire con un hermoso vuelo batiendo sus alas.

[...]

NARRA SAMUEL

Después de estar sentados en el banco del parque, un par de horas después, decidimos volver a casa.
De camino allí, en la misma calle de donde se encuentra nuestro hogar, ella me cogió de la mano fuertemente un par de segundos y luego la aflojó.
Me paré y me coloqué delante de Sabrina observándola mientra ponía mis manos en su rostro preocupándome por ella .

-¿Que ocurre? - Me asustó que no respondiera. Pestañeó fuertemente durante un segundo, sus manos acabaron apretando mis brazos.
Me miró a los ojos y los cerró desmayandose, me dio tiempo a pasar un brazo por su cintura para que no cayese.
En un instante llamé a urgencias haciendo que vinieran y luego llamé a su madre.

Me subí con ella en el ambulancia, llegamos enseguida al hospital y ella seguía sin despertarse y eso me atemorizaba porque no estaba preparado para perderla, no aún.

Esperé a que vinieran sus padres para preguntar desde cuando lo sabían, me dijeron más o menos hace dos años y medio.

[...]

Pasó un día entero, por fin despertó. Me cogió de la mano, cada vez más fuerte.

-Estoy como al principio...-. Sabía que su momento había llegado. Intentaba respirar pero le costaba, al igual que las palabras. -No... Lo tires...- Su corazón cada vez palpitaba más lento, me di cuenta que salió una lágrima después de que cerrara los ojos, entonces le besé. Una lágrima cayó lentamente por mi mejilla. Llamé a los enfermeros, su corazón se paró, y más lágrimas recorrieron mi rostro, los enfermeros vinieron corriendo haciendo lo posible por salvarla pero no pudieron hacer nada. Simplemente salí de allí con mis puños cerrados pegando un fuerte golpe en la pared. Me di cuenta en ese instante que cuando me cogió de la mano en la habitación me entregó el papel en el que había escrito horas antes en el parque.
Me sequé las lágrimas con la manga, y me senté en una de las sillas del pasillo de aquel frío y triste lugar.
Respiré hondo y entonces... lo leí, aquella frase que tenía escrita en su frente, que explicaba como era ella y empecé a recordar momentos con ella, los mejores. Todos.

«NO ENTIENDO DE BESOS»

No Entiendo De Besos #1 (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora