11 | La apuesta del helado gratis

63 11 4
                                    

Capítulo 11: La apuesta del helado gratis.

Char.

—¿Tú eres la optimista y linda chica con la que Matt quería pasar tiempo? —preguntó Zander, girando el cigarrillo entre sus dedos. Le eché una mirada a Matt, pero él se limitó a apartar un poco su silla del rubio, haciendo una mueca de desagrado cuando el humo grisáceo llegó cerca de su rostro.

—Seguramente —respondí, tratando de ignorar el olor a tabaco que me rodeaba. Zander asintió y le dio otra calada al cigarrillo. A nadie parecía importarle que estuviese fumando en un espacio cerrado donde vendían helados, excepto a Matt y a mí. Incluso había ceniceros en la barra donde estábamos sentados. Zander comenzó a expulsar el humo lentamente, consiguiendo hacer aros en el aire, y Matt cerró los ojos y giró el rostro hacia otra parte. Ya no podía ver más sus irises azules.

—Yo creo que se verían muy bien juntos —dijo Roxanne emocionada. Me di cuenta de que me había visto mirando a Matt—. En el momento en el que ves a una chica y un chico jugando y divirtiéndose en una bañera de chocolate, te das cuenta de que son el uno para el otro. Y Char, olvídate de que siento algo por Matt. Solo somos amigos. Aparte de que no sirvo para compromisos serios porque todas mis relaciones terminan en infidelidades, así que puedes estar tranquila —acotó en tono de despreocupación antes de señalar a Matt—. Tienes camino libre para estar con aquel atractivo chico.

—¿Camino libre? —cuestioné frunciendo el ceño, como si se me hiciese inconcebible pensar siquiera la idea, tratando de ignorar la sensación de alivio que me embargó al escuchar que a Roxanne no le interesaba estar con Matt.

Pude ver que Matt bajaba la mirada, lo cual agradecí, porque sentí mis mejillas comenzar a arder. No quería que me viese sonrojándome. Toda esta situación se estaba saliendo de control. ¿Era en serio que todo el mundo pensaba que deberíamos de estar juntos? No podían creer eso; y yo no podía pensar que era verdad, porque no lo conocía. ¿Cuántas veces tendría que repetírmelo?

—Aprovéchalo —añadió Zander. Le dio una calada al cigarrillo y no esperó demasiado para soltar el humo de nuevo. El color en mis mejillas aumentó.

Roxanne me miró sonriendo, como feliz de verme con el rostro sonrojado. Estaba por decirme algo, pero Matt se alteró ante el olor que al parecer ya no podía soportar más y de un manotazo tiró el cigarrillo de la mano de Zander, el cual cayó al suelo y se apagó. Zander abrió al boca, casi ofendido, y le golpeó en el brazo a Matt, molesto.

—¿Por qué hiciste eso, idiota? —exclamó. Matt sonrió con inocencia y levantó sus manos en una especie de señal de paz. Observé por sobre mi hombro a los meseros. En realidad ninguno de nosotros parecía tener intenciones de ordenar, ya que todo lo que habíamos hecho había sido presentarnos y discutir acerca de la próxima nueva pareja de Matt. Además claro de presenciar el vil asesinato del cigarrillo de Zander.

—Trataba de ayudarte. Recuerda que Alexia detesta que fumes —se defendió Matt. Zander no tuvo más opción que echarle un triste vistazo a su cigarrillo en el suelo antes de lanzarle una mirada de odio.

—Deberías agradecerle a Matt —intervino Roxanne—. Sabes que ella se da cuenta muy fácil de si has estado fumando o no. Se nota en el olor de tu ropa. Y ustedes están todo el tiempo quitándose la ropa. No es bueno para un novio que su prometida se enoje con él. Básicamente, no es bueno para ningún hombre que una mujer se enoje con él. Se meterá en peores problemas. Tienen que encargarse de darnos siempre la razón o les irá peor.

El silencio nos dominó a los cuatro durante un segundo. Matt la miró frunciendo el ceño, como ofendido al escucharle, pero no se veía tan afectado como Zander. Él demostraba a leguas que las palabras de Roxanne habían calado a fondo en su ego. Ella se mostró muy segura de lo que había dicho mientras que yo permanecí en silencio, sin saber qué podía decir. ¿Cómo había...? Quiero decir, ¿desvió la conversación de esa forma con tanta naturalidad?

Gracias a un libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora