Algo mágico...
Llegamos al tercer nivel del edificio y caminamos al lado izquierdo. Cuando llegamos a la habitación 313 y Jake voltea, levanta el dedo índice de su mano derecha. ―Esperarías un segundo aquí.― dice con su rostro avergonzado. Río internamente ante la situación, me imagino que en su habitación debe de haber un desastre. Asiento con la cabeza para no dejar escapar una risa y sonrío.
―Enseguida vuelvo.― dice sacando la llave de su habitación y cerrando detrás de él. No se escucha nada detrás de la puerta.
Jake abre la puerta dos minutos después con una sonrisa, se ha cambiado el conjunto. Mis ojos se abren al ver cómo lleva una camisa sin mangas negra, que deja de ver sus brazos y su musculatura. Pero lleva los mismos jeans azul oscuro. De seguro sólo se sentía acalorado.
―Te has cambiado.― digo tragando saliva, se ve guapísimo. Ríe y toma mi mano para hacerme pasar. Su cuarto es un poco más grande que el mío. En realidad bastante más grande.
Tiene una cama pequeña, un escritorio a la par, con libros y hojas de partituras sobre él, un armario negro muy elegante justo al lado. En el fondo tiene un pequeño sofá, una pantalla plana en la pared y por debajo de esta hay una mini-nevera. Todo es pequeño y en tonalidades que van desde el gris, hasta lo negro. Me gusta, y no está desordenado, no pareciera que un adolecente de dieciocho viviera en él.
Jake me encamina en medio de su apartamento y se dirige hacia nevera. Puedo ver cómo saca unas paletas de helado, y dice ―Tengo, paletas de hielo y también Ben&Jerry's de chocolate, pero sólo que no tengo cuchara.― dice apenado.
Lo pienso, me encanta el helado de chocolate, pero odiaría la idea de estropearme lo que llevo puesto. Es una blusa color menta de botones y mis shorts blancos.
―Una paleta de limón suena estupendo, gracias― Digo con las manos detrás de mi espalda y las entrelazo, estoy nerviosa.
Saca mi paleta, y la de él, es de uva... cierra la nevera. Se deja caer en el sofá, dejando un espacio libre― ¿Quieres ver una película? ― pregunta, dando palmaditas al lado de él para que me acerque y me siente a la par suya.
―Bueno, no veo películas regularmente, así que tu elijes.― digo con una sonrisa apenada mientras me siento en el sofá en una postura rígida. Es un sofá muy cómodo y te invita a relajarte. Pero no puedo evitar sentirme nerviosa.
―Bien― dice él. ― Te va a encantar Harry Potter.― arrugo mi nariz y él se me queda viendo sorprendido. ―¿No te gusta Harry Potter? ―
¡No¡ Era suficiente de esas películas en mi vida, mi tía me tenía loca con eso, gracias a Dios ya no estoy los domingos de maratón, con ella!
―Ammmm....― pienso en que decir, para no ofenderlo ―Las he visto bastantes veces ¿Podríamos ver otra? ― pregunto con una sonrisa. Los fanáticos verdaderos se ofenderían si yo dejara salir mis sentimientos a flote... entonces no creo que empecemos de la mejor manera, si digo lo que siento.
Estrecha sus ojos hacia mí, dudando aún de si me gusta o no la saga. Pero luego dice ―Podemos ver una película de terror.― dice con una sonrisa maliciosa.
Talvez piensa que soy gallina, pero no lo soy.
―Claro― digo y sonrío comienzo a lamer mi paleta, mientras el busca una película en Netflix. Y concentro mi atención viendo hacia el frente mientras la como, así puedo saber qué es lo que vamos a ver.
Estaba navegando tranquilamente, cuando de pronto no se mueve más entre una película y la otra. Volteo a verlo con la paleta en la boca y tiene los ojos bien abiertos y su boca hace una O. Me está viendo de una manera muy intensa. ¿Qué le pasa?
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La melodía del corazón
RomanceAlice ama la música y a su violín más que cualquier otra cosa en el mundo. Ella cree, que la música es el lenguaje de todas las almas... ya que no hay ningún ser humano que no caiga rendido a los suaves tonos de una hermosa melodía. Cuando Alice...