TRIED TO WALK

Hay una habitación llena de flores, colorida. La amada de Baro está esperándolo sentada y va vestida de blanco con una corona de flores en la cabeza. Simbolismo del ideal de amor y de la belleza de este. Al darle a Baro su amada el anillo, esta habitación de vuelve oscura, con todo destrozado. Ese ideal de amor se ha terminado, ahora queda el desamor, la vida real. A partir de aquí, el mundo se divide entre realidad y ficción.
El Baro de esa habitación colorida, alegre, es producto de su imaginación. Antes de salir de la habitación, coge una amapola. Símbolo de la fantasía. Baro agarra un cristal roto, que simboliza que se niega a afrontar la realidad, por eso el Baro feliz lo acaricia y se mira en él. Ese Baro feliz camina agarrando la amapola en un paisaje agradable, en contraste con un triste Baro que vive en la vida real, caminando por unas calles desiertas mientras llora y agarra el anillo que le dio su amada.
Todo esto termina después de que una luz deslumbre a Baro. Es atropellado. Después el Baro alegre esta en la salida de ese paisaje donde le espera su amada, y al Baro de la realidad en un paisaje oscuro, con esqueletos, con nieve y niebla. Este paisaje oscuro es un purgatorio. Uno de los esqueletos tiene escaleras, que serían las escaleras que lo llevarían al cielo. El Baro de la realidad está a punto de morir, por eso el Baro de la ficción está en la salida del paisaje agradable. Ambos están con su amada. El Baro de la fantasía está agarrado a ella, mientras que el Baro de la realidad, que está en el purgatorio, llora con desolación, más que su muerte, la perdida definitiva de la chica. El Baro de la fantasía suelta la amapola, porque la fantasía se ha terminado.
En el mundo real un Baro esta tumbado en la carretera, mirando su anillo, esta muriendo. En la fantasía, aparece el otro Baro tumbado, agarrando la amapola, porque, aunque muera, nunca olvidará a su amada.