—No puede ser... —murmuró Jaehyo con el terror apoderándose de él otra vez, pero esta vez no podía perder el control, no podía mientras estuviera frente a toda esa gente. Se levantó y pidiendo disculpas bajó de las gradas, en realidad no tenía idea de qué hacer o a dónde ir pero no podía estar frente a todas esas personas. Nada le comprobaba que él había sido una de las causas de la muerte del capitán del equipo pero si tuvieran la información que Jaehyo tenía, estaba seguro de que pensarían lo mismo: alguien había asesinado al capitán por haber molestado a Jaehyo; sonaba aterrador, terriblemente aterrador.
Pero realmente, ¿quién pensaría en una tercera persona? Obviamente pensarían que Jaehyo era el autor del asesinato, nadie le creería si decía que, aunque había sido por ser molestado, otra persona había decidido hacer justicia por él, además... ¿un casillero golpeado era razón suficiente para matar a una persona?
Por supuesto que no.
Caminó lo más natural posible hasta que salió del campo de fútbol, pasaba cada vez más lento por los jardines del instituto hasta que no pudo más y se desplomó en el césped. No podía con la culpa, ¿cómo se suponía que iba a vivir tranquilo teniendo en su conciencia un asesinato? Aunque él no había hecho nada, la persona responsable le hizo saber que lo había asesinado por él, así que no había otro más culpable que Jaehyo, él y solo él. Comenzó a sollozar, él era bueno, él nunca lastimaría a alguien, mucho menos le mataría... ¿por qué a él?, ¿quién era esa persona?, ¿qué quería de él?... Nuevamente esa sensación: alguien le estaba observando; levantó la vista y con detenimiento miró a su alrededor: nadie. Pero no dejaba de sentir que alguien le veía y se sentía tan vulnerable...
—¡Jaehyo! —escuchó su nombre y su corazón se alteró porque no había reconocido su voz, hasta que vio a la persona colocarse frente a él y entonces sintió un profundo alivio, era Kyung—. Jaehyo, ¿qué sucede?
No podía contarle nada. Si lo hacía, había quizás solo dos probabilidades: una, que pensara que se estaba volviendo loco; y dos, que lo acusara con alguna de las autoridades por lo que había sucedido realmente.
—Nada, es que... estoy cansado. Eso es todo.
Los días pasaron con naturalidad, poco a poco el ambiente que había tenido el instituto volvía a ser el mismo que antes de la muerte de uno de los estudiantes más queridos por todos ahí. Jaehyo; sin embargo, seguía tenso y preocupado por cada paso que daba; él era el único que sabía qué había sucedido en realidad. Y los mensajes que recibía cada noche sin falta le ponían más y más nervioso.
"Creía que si eliminaba a ese estorbo podría verte contento otra vez".
"Molestaré un poco a la directora para que arreglen tu casillero pronto, es molesto tener que lidiar con esa cosa inservible todos los días, ¿no?".
"Me encanta verte en clase de deporte, eres un gran atleta".
"Hago un dibujo para ti, cuando esté terminado podrás verlo".
Cada vez sentía más miedo, cada vez eran menos los lugares en los que creía estar realmente solo y a salvo, porque hiciera lo que hiciese esa persona sabía dónde encontrarle y se lo hacía saber cada que se le antojaba por medio de un mensaje.
Esa mañana no quería saber nada de mensajes anónimos, tan pronto como despertó apagó su móvil y lo dejó como siempre, bajo su almohada. No supo a qué se debió pero ese día se despertó con ánimos y dejó su nerviosismo y paranoia de lado, volvió a ser el mismo Jaehyo de siempre y Kyung no pasó desapercibido aquel comportamiento. Ambos se encontraban en el comedor, disfrutando de su almuerzo antes de comenzar con las clases de ese día.
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OBSESSION (pausa/en edición)
FanfictionEsos mensajes desconocidos que llegaban constantemente a su celular lo tenían perturbado, ¿quién era?, ¿qué quería? Hubiera pensado que eran solamente una broma de mal gusto o un número equivocado hasta que el contenido de estos mensajes comenzó a c...