Después de ése incómodo y silencioso momento todos se fueron dejándome sola, Jason se había ido con Piper por lo que me quedé totalmente sola. Al final decidimos, bueno, decidieron que veríamos el tema de la profecía con más tranquilidad en otro momento, porque no se qué, honestamente no los entendí, pues lo único que hacían era balbucear.
Ahora me encontraba sentada en el mismo sofá girando mi pie y observandolo con detención, era impresionante, ya no me dolía el tobillo como antes, es mas, lo siento mejor que nunca.
El sonido de la puerta siendo golpeada interrumpe mi acción y pensamientos, me levanto de golpe, y al abrir la puerta los verdes ojos de Amando me observan con detenimiento. Sé a lo que ha venido, y ya era el momento.
Sin decir nada, me aparto y la dejó entrar. Ella sin vacilar ingresa a la cabaña de Zeus, se sienta en uno de los sofás individuales y me indica con la cabeza, sin apartar la seriedad de su rostro, que me siente en el otro sofá individual que se encuentra enfrente de ella.
Cierro la puerta y me siento dónde me indicó hace un momento, por un momento nos undimos en un incómodo silencio, y eso me llevó a reflexionar: ¿Por cuántas veces más tendré que pasar por esto? Ya me está comenzando a hartar y desesperar.
-Bueno... em... yo bueno. -Comenzó a vacilar Amanda, con ambas manos aprieta los extremos del sofá, baja la cabeza y suelta un profundo suspiro. - Vine a que me cuentes. -Levanta la cabeza y apesar de su voz insegura ella se ve segura de sí misma y lo que está haciendo. - Sólo quiero saber que le pasó a mamá, y si lo que me dijo Nicole es cierto.
La miré atentamente a los ojos y hable:
-Recién estaba despertando cuando las vi a ambas siendo atacadas por esa cosa, tú inconsciente y en los brazos de ella. -suspiro recordando. - Esa cosa al ver que había despertado fue a atacarme... bueno, forcejeamos pero Nicole la mató, y te llevo a ti dejándome sola con ella.
-Si, eso me lo contó.
-Si, bueno. Me acerqué a ella y comenzamos una pequeña discusión...
-Y por eso la mataste.
-¡No la mate! -Grité. - Bueno...sí. -Me miró. -Es que es difícil de decir, sólo... Escucha. - Le hago una seña para que espere, ella asiente y yo prosigo. - Después de la discusión una de esas cosas entró por una de las ventanas, en ese entonces yo me estaba llendo, me sentía mal, pensaba que todo era una pesadilla. -Cierro los ojos tratando de aguantar las lágrimas, y mientras más relataba, el recuerdo se hacía más fuerte, como si estuviera nuevamente ahí. - Cerré los ojos esperando a que me matara. - Una lágrima rebelde bajó por mi rostro. - Pero al abrirlos ella estaba allí, se puso entre la bestia y yo... No pude hacer nada, ya era tarde. Esa cosa. -Dije con repugnancia.- La había matado, y lo peor es que era mi culpa... sí tan solo... -Bajo la cabeza y sonrío. - ¿Sabes algo? -Digo soltando una pequeña risa carente de humor.- Me dijo hija. -Levanto la cabeza mirándola con una sonrisa melancólica. - Antes de morir lo hizo, es irónico, lo espere toda mi vida y ella lo dice cuando la suya está a punto de acabar.
-¿Sabes por qué jamás te dijo hija?
-Sí, me lo dijo antes de morir. - Mentí.
-¿Y te contó quién es tu verdadera madre?
-No. - Volví a mentir.
Ella me miró atenta, buscando si había una pisca de mentira, pero al ver que no vacilé, apartó la vista resignada.
-¿Qué te contó Nicole? -Le pregunté.
Ella, sin verme aún, contestó:
-Que tu la mataste, y que no eras nuestra hermana.
Suspiro con pesadez y ella me observa, con algo distinto en su mirada.
-Pero para mí siempre serás mi hermana. -La miró con los ojos bien abiertos.- Te perdono. -Comenzó a llorar. - A pesar de que no fue tu culpa... Te perdono... Y para mí siempre serás mi hermana.
-Tu igual. -Sonrío por la mitad.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Caminaba sin rumbo por el campamento, no quería hacer nada, no quería entrenar o algo por el estilo, sólo quería vagar e ir donde mis pies me lleven.
Entro el bosque sin temor a que algún monstruo me ataque, total, tengo mis armas puestas aún. Pero me detengo de golpe al ver una gran cosa de metal, no sé cómo describirlo, es como... Una de las cabañas... Pero de metal, creo... No sé cómo describirlo.Con mis manos en los bolsillos me acerqué más, toque la puerta, y esta resonó por todo el bosque, desde adentro se escuchaban unos ruidos, la puerta se abrió de pronto y allí se encontraba un sonriente Leo, todo sucio con aceite y otras cosas más. Al verme su sonrisa disminuyó, pero no desapareció.
-¡Danielle! -Exclama con alegría.- ¿Qué estás haciendo por aquí? -Ladea ligeramente la cabeza sin apartar su media sonrisa.
-No lo sé, sólo caminaba y llegué aquí.- Me encoji de hombros.
-Oh. -Posa su mano en el mentón y aparta la mirada viendo hacia el bosque. - ¡Oh! -Me mira y se hace a un lado.- ¡Pasa! ¡Pasa!
Yo entro y las risas no se hacen esperar. Al ya estar dentro veo a los chicos riendo, y a Percy tirado en el suelo abrazando... ¿A un oso panda?
Todos se veían tan felices, llenos de vida, como si lo que hace un momento no hubiera pasado y sonrío por eso, pero al verme las sonrisas desaparecen, y como si mi cara les recordara algo espantosos sucumben ante el silencio y la incomodidad. Percy se separa del Panda y ambos se levantan, y mientras lo hacían el panda adoptaba la forma de un chico, el hijo de Marte, Frank.-¡Chicos! Llegó Danielle. -Pasa su brazo sobre mi hombro y sonríe hacia los chicos, pero al ver que estos no lo hacen pregunta: - ¿Qué ocurre? - Los mira y ellos no contestan, se separa de mi y posa ambas manos en su cintura. - Si es por la profecía no es su culpa, como semidioses estas estarán siempre en nuestra vida. - Los mira con seriedad, y eso me sorprende, Leo serio ¡Guau! Este es el fin del mundo, ¡Fueron dos veces en un día!
Y otra vez no dijeron nada.
-Leo. - Lo llamo y me giro para verlo. - Yo me voy, adiós. - Y sin nada más que decir camino hacia la puerta y me voy.
Al cerrar la puerta suelto un suspiro y la tensión se va de mi cuerpo. Realmente fue incómodo ese momento, este a sido el día más incómodo de mi vida.
Caminaba en dirección a la salida, pero al ver el cielo me detuve. El atardecer era hermoso, los matices naranja, amarillo y rojo se mezclaban a la perfección, y con las nubes de adorno aún más. Me adentré aún más, y cuando llegue a un lugar justo, donde podía apreciar con más detenimiento el espectáculo, una sonrisa sincera y completa escapó de mis labios.
Recuerdo cuando era pequeña y Jane me retaba por siempre llegar al anochecer, y todo por apreciar el atardecer. El atardecer y amanecer son mis favoritos, pero como soy muy floja nunca puedo despertar temprano para apreciarlo, y con todo lo que estaba pasando se me había olvidado por completo mi pequeña manía.
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Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]
Teen Fiction'El dolor que siento ahora no lo puedo explicar. Lo amo, y por eso he decidido dejarlo ir. Los amo, y por eso he decidido que me odien, así les dolerá menos mi partida.' 'Te amo Perseus Jackson'