Capitulo 41: Los prisioneros

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Peter miraba hacia la puerta preocupado y enfadado a la vez. De la puerta a la que estaban mirando apareció un hombre, al cual el resto de ellos no tenían nada que envidiar, no era muy alto, pero si algo regordete. Estaba tirando unas cadenas de las cuales no se veía el final. Garfio sonreía a la vez que aquel hombre dejaba ver poco a poco el final de las cadenas. Peter sintió que le faltaba el aire al ver que al final delas cadenas estaba Wendy, con las muñecas inmovilizadas por unas esposas y la boca tapada para impedirle hablar. Ella intentaba escaparse ajena a todo lo demás, pero el hombre que la retenía ató la cadena a una de las columnas de la fabrica.   

Peter: ¡Wendy! *grito mientras forcejeaba* ¡Suéltala Garfio!

En ese momento, la voz de Peter llego hasta sus oídos, Wendy reparo por primera vez en la presencia de Peter allí y se calmo mientras no dejaba de mirarlo, Peter se dio cuenta de aquello, se detuvo y se quedo mirando a Wendy a la cual podía oír como pronunciaba su nombre a pesar de que no pudiera hacerlo realmente. Parecía haber pasado por lo peor en aquellas horas, llevaba la cara y los brazos llenos de heridas.

Garfio: ¿Ya os habéis calmado?

Peter: Garfio, como le hayas echo algo grave te juro que...

Garfio: ¿Que? *le interrumpió* ¿Que es lo que juras? Vamos, adelante te escucho.

Peter no dijo nada.

Garfio: Lo sabia. Amenazas baratas. Es lo único que sabes hacer. 

Peter agacho la cabeza.

Garfio: Ni siquiera has podido proteger a la única chica de tu cuadrilla de... ¿Como os llamáis? ¿Niños perdidos?

Peter no podía evitar pensar que lo que decía era cierto, no había podido proteger a Wendy a pesar de todo lo que ella hizo por el. Wendy observaba la escena sin poder decir nada a la vez que Garfio se acercaba de nuevo a Peter.

Garfio: Solamente eres un niño... *susurro cerca de su oído* 

Peter desvió la mirada de todo aquello cerrando sus ojos con fuerza, deseando que todo aquello terminara con el soñando del la cama, pero no era así. Entonces Garfio asesto un puñetazo en su estómago, lo que le hizo caer al suelo llevando sus brazos, por primera vez libres, a su tripa y gritando por ello. Aquella acción hizo que Wendy se revolviera e intento de nuevo volver a soltarse.

Garfio: No te preocupes por el, chica. Tiene lo que se merece. Y ahora quiero enseñarle algo a tu amigo... 

Los dos hombres volvieron a sujetar a Peter por los brazos, mientras Garfio le agarro fuertemente con su brazo tatuado de la cabeza, se la levanto e hizo que quedara mirando a Wendy, a pesar de que tenia los ojos cerrados por todo el dolor que albergaba en ese momento.

Garfio: Fíjate en ella Pan. Ella está aquí por tu culpa, eres el gran culpable de toda esta historia. 

Peter: El único culpable aquí eres tú. *dijo a pesar del dolor*

Garfio soltó la cabeza de Peter con fuerza y se volvió a colocar delante de él.

Garfio: Puede que tengas razón, y por eso ahora voy a cobrar la venganza por lo que hiciste hace cuatro años...

Peter seguía con la cabeza agachada y cuando la levantó, se encontró a Garfio apuntando a su frente con una pistola. Peter estaba sintiendo un montón de emociones mezcladas en su interior, estaba enfadado, nervioso, angustiado... pero sobre todo, tenía miedo, por primera vez en su vida de niño perdido, admitía que tenía miedo. Al contrario de el, Wendy intentaba escaparse para poder hacer algo y que Peter no acabase muerto, pero cada vez que lo intentaba se acababa haciendo daño en la muñecas.

Garfio: Durante estos cuatro años, he estado pensando cual era la mejor manera de vengarme, y llegué a la conclusión de que la mejor no matarte. *hizo una pausa, la cual se creó confusión a Peter, y se giro para apuntar a Wendy* No voy a matarte antes de hacerte sufrir.

Peter: ¡No! *grito a pesar de todo del dolor*

Ahora las tornas habían cambiado, ahora era Wendy la que estaba asustada y Peter estaba enfadado.

Garfio: Espero que estés orgulloso, Pan. Ahora por tu culpa, tu amiga va a morir.

Peter intento deshacerse se esos hombres una vez más y con todas sus fuerzas, mientras, Wendy no podía creer como todo se había complicado tanto, si ella no se hubiera escapado de casa por no querer crecer, no estaría en esa situación, y sobre todo no habría puesto a su mejor amigo de toda la vida en el punto de mira de la pistola de un narcotraficante. Wendy pareció afrontar la situación por fin dado que cerró sus ojos esperando el final con gran miedo mientras Garfio se preparaba para presionar el gatillo.

El autentico país de nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora