TREINTA Y UNO

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*Punto de vista de Kattheryne* 

Llegué a mi habitación e inmediatamente me quité las prendas mojadas, quedando únicamente en ropa interior, busqué mi iPod y la ropa que me pondría después.

Abrí el grifo de la tina y tomé té frío mientras todo estaba listo para tomar mi relajante ducha.

- ¡AHHH! – grité al ver que Niall estaba en la puerta de la habitación, viéndome bailar, cogí rápidamente algo para cubrirme - ¿Cuánto tiempo llevas allí parado?

-SHH- cerró la puerta y eso aumentó mi nerviosismo- No te pongas nerviosa, solo quiero ver si no hay alguien en el pasillo para que no piensen mal.

-Solo sal de aquí- señalé hacia la puerta y abrí los ojos desmesuradamente- No quiero que Ed piense que nos estamos liando.

-Tranquila- alzó los brazos y caminó hacia la puerta- Supongo que me confundí de habitación.

Dejó ver su sonrisa antes de cruzar la puerta, tenía unos sexys brackets matadores, para mí opinión, los chicos con brackets son una debilidad.

Le puse seguro a la puerta y saqué todo el aire que tenía acumulado. Fui hacia la tina, subí volumen a la música y me relajé. Hasta que el sonido de mi celular me hizo incorporarme.

- ¿Hola? – respondí cuidando que no se me resbalara el móvil y cayera dentro de la tina.

-Kattheryne- era Ed- vamos a salir a comer ¿Tienes hambre? - tenía un tono diferente.

-No, gracias. No tengo apetito- no tenía idea, pero desde la mañana no tuve ganas de absolutamente nada.

-Ah, claro- dijo en tono seco y finalizó la llamada. No entendía qué era lo que le pasaba, pero en ese momento no tenía ningún tipo de ánimo para averiguarlo.

Tomé un baño rápido, sequé mi cabello y me recosté en el sofá a escuchar música, literalmente para perder el tiempo.

Comenzaba a dormirme y escuché que alguien llamaba a la puerta.

-En serio no tengo hambre, no tienes por qué preocuparte- dije antes de abrir la puerta y darme cuenta que la persona que estaba al otro lado de la puerta no era Ed, sino Imogen.

-¿Te has peleado con Edward?- preguntó y me quedé sin aliento, no había tratado amablemente a la madre de Ed.

-No...- dudé- No es una pelea, sino que Ed- estaba nerviosa y no encontraba las palabras para explicar el cambio de Ed- él anda raro- concluí a duras penas.

-A ver- colocó su mano derecha en la refinada barbilla- ¿A qué te refieres con raro?

-Cortante, frío y distante- dije sin titubear.

-Tal vez no está teniendo un buen día- sugirió

-Espero que sea solo eso, porque no me gusta estar así con él. Es un gran amigo- dije con tristeza.

-Necesitas pasar un tiempo lejos de estos chicos, John y yo iremos a una fiesta con unos amigos, la mayoría tiene hijos de tu edad y te la puedes pasar bien- dijo con una sonrisa, muy característica de ella- ¿Vienes?

-Claro, iré a por un abrigo- entré rápido a la habitación, busqué unos jeans y una blusa.

Salí sin avisarle a Ed porque era con sus padres que iba a salir, así que no era necesario. Fueron aproximadamente 10 minutos de trayecto, John aparcó frente a un muro de ladrillo, al bajar del auto, una rubia amable nos condujo por un largo pasillo, decorado con flores y lindas pinturas.

Entramos en un enorme salón con ventanas grandes que permitían que la luz de la luna iluminara preciosamente el lugar, un enorme candelabro de cristal colgado al centro llamó por completo mi atención.

-Te gustan las cosas que para otros no tienen sentido- dijo una voz masculina cerca de mi oído.

-Supongo que es cierto- dije con amabilidad, pero sin girar hacia donde él estaba.

-Hay un tipo de belleza que también capta mi atención- dijo nuevamente, pero esta vez frente a mí. Era un chico rubio de ojos avellana, con blanca y perfecta sonrisa. Aparentaba 20 años.

-Creo que es muy...- me quedé en silencio porque no encontraba una palabra adecuada para describir el candelabro y a la vez a él- Asombroso y peculiar

-Creo que estás pensando que soy un maleducado, déjame presentarme. Soy Conrad- dijo extendiendo su mano para saludarme.

-Soy Kattheryne- tomé su mano y la agité levemente

-¿Qué edad tienes?- rompió el silencio después de unos minutos.

-19- dije inconscientemente mientras observaba el jardín- Disculpa, acabo de cumplir 20, no he logrado acostumbrarme- sonreí para liberar la tensión- ¿Y tú?

-Estoy por cumplir 20, el otro mes- esbozó una sonrisa torcida, dejando ver su perfecta dentadura.

Continuamos caminando por los jardines de la casa, en donde me contó un poco de su vida; es el hijo del anfitrión, estudia medicina en la universidad local, practica el baloncesto y como hobbies, la fotografía y la equitación.

-Ya te conté mucho de mí, ahora dime un poco de ti- ya era noche y observábamos las estrellas, sentados en un banquillo en medio del jardín, alejados de la fiesta y el ruido.

No sé si Kattheryne Morgan es la persona en este mundo, que cuando le preguntan acerca de su vida, tiene como un efecto de amnesia, que no sabe qué responder y hasta sería capaz de decir "No sé quién soy", siempre que me hacen esa pregunta, por un segundo, se me pone la mente en blanco.

-Mi vida no es interesante- dije con temor, esperando que olvidara el tema y siguiera hablando de su vida.

-Comienza por contarme ¿De dónde vienes?, tu acento se me hace diferente- con mucho cuidado deslizaba su mano para poder tomar la mía, teniendo cuidado para que no advirtiera el movimiento, pero con el mismo sigilo, aparté mi mano de su alcance.

-Soy de Madrid, España, me mudé a Londres hace 2 años porque obtuve una beca. Estudio psicología y literatura, obviamente la beca solo cubre psicología. Trabajo en el Emirates Stadium, para hacer algo en mi tiempo libre, aunque mis padres no lo consideran necesario. En España me dedicaba a los deportes, pero el baloncesto y el fútbol son mi fuerte. Tengo como hobbies la escritura y la lectura. Y el chelo lo considero una pasión- todo aquello lo había dicho mecánicamente, como leyendo una línea del tiempo que había escrito hace poco.

-¿Y así dices que tu vida no es interesante?- parecía sorprendido, pero yo lo tomé como parte del coqueteo.

-Gracias, supongo- hice un ademán de levantarme e ir adentro con los padres de Ed, pero su mano, rodeando mi muñeca impidió el movimiento- ¿Qué haces?- dije viéndolo sorprendida y a la vez molesta

-Perdón por eso- dijo al ver la molestia expresada en mi rostro- Es solo que en todo esto no encaja el hecho de que estés en Suffolk y que vengas con Imogen y John Sheeran a la fiesta de mis padres.

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Hola chicos, creo que merecen mis disculpas por tardarme, pero sinceramente no me queda tiempo. 

Estaré subiendo aunque sea mini capítulos para no tener tan abandonada mi historia. 

Gracias de nuevo por sus votos y sus comentarios, saludos hasta Colombia, Chile, México, Argentina, etc. Para aquellos que respondieron desde dónde me leían. 

Vidas Paralelas (Ed Sheeran) ContinuaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora