Capitulo 1

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En los suburbios alejados de la ciudad de Londres es donde la historia comienza, una casa resalta por sobre el resto del lugar y esto se debe a la posición económica de la pareja que allí vivía, con su primer hijo jugueteando por los jardines, la señora Holmes se encontraba ahora en la dulce espera de su segundo hijo varón. Por su parte, en la casa contigua, una familia más humilde también se encontraba en la dulce espera, pero esta vez de su primer hijo varón.

El niño de la familia Watson fue el primero en llegar al mundo, tres meses después le siguió el pequeño Holmes. Años después, cuando ambos niños tenían ya cuatro años solían juguetear juntos aunque casi siempre bajo la mirada intimidadora del hermano mayor de Sherlock. Los pequeños niños tenían una conexión, se llevaban de maravilla y lograban entenderse aun cuando seguían creciendo y eran totalmente polos opuestos, John aun se mantenía junto a Sherlock a pesar de que solía ser odioso, con tan solo siete años ya analizaba a los niños de su edad haciéndolos alejarse o enojarse. Sherlock aun se mantenía junto a John a pesar de que era algo bruto, le gustaba jugar a ser soldados o agente secreto, tomándose muy enserio sus papeles e incluso cuando eran más pequeños, el pequeño Holmes acababa llorando. Pero este nunca dejaría su lado, menos aun cuando John era su único amigo, y le era tan leal aun cuando todos lo odiaban, el se paraba de frente protegiéndolo de los matones. Siempre estaba allí para salvarlo, solía espantar a los bravucones y entonces su semblante se endulzaba mostrando su corta edad en sus rasgos de niño, entonces lo ayudaba a ponerse en pie e incluso ponía banditas en sus flacuchas rodillas lastimadas

Los niños eran inseparables, se criaron a la par siendo imprescindible la presencia del otro en sus vidas, intentando aprender el uno del otro pero fallando estrepitosamente en el intento. Entonces la secundaria apareció en el horizonte y las cosas simplemente cambiaron. John adoraba a Sherlock. Sherlock odiaba estar lejos de John. Pero la sociedad es estupida, totalmente fría y calculadora, y lo peor que puedes encontrar en parte de esa sociedad, son los adolescentes en la secundaria. Quienes impulsan a otros a hacer cosas a veces inconcientemente solo para encajar

John amaba el deporte y como era algo hiperactivo, su pediatra le había recomendado desde muy pequeño que realizara deportes para así quemar energías y calmar esa alma inquieta, por lo tanto luego de tanta practica, no supuso un problema el entrar al equipo de Rugby lo cual lo posiciono automáticamente en lo mas alto de la pirámide jerárquica del instituto, el mismo comenzó a codearse con otras personas, algunos de los chicos mas ricos de la ciudad entre ellos, también un par de las chicas mas hermosas del lugar.

Sherlock por su parte se mantuvo en lo mas bajo de la pirámide como siempre lo había estado, le gustaba la química y experimentar en el laboratorio por lo que pasaba muchísimo tiempo allí, el don de hacer amigos no se encontraba en su sistema por lo que todo aquel ser humano que se acercaba terminaba dirigiéndose en la dirección contraria, alejándose del delgaducho y pálido niño. Cuando John entro al equipo deportivo del instituto las cosas empezaron a empeorar para el pequeño Sherlock. El era su único amigo, había compartido cada periodo de almuerzo con el desde que tenia uso de razón, entonces cuando John empezó a poner excusas o simplemente le explicaba que pasaría el tiempo con sus nuevos amigos, algo se quebraba lentamente en el interior del adolescente, pero obviamente no iba a demostrarlo.

Aquel año, a sus cortos 16 años, Sherlock se sumergió en el mundo de las drogas por primera vez, ahora que John no estaba a su lado, su ausencia comenzaba a generar estragos en el, eso y el total aburrimiento que invadía su sistema, era abominable no tener en que emplear su agudo sentido para la deducción y su mente se transformaba en un calvario. Por lo que la cocaína fue de bastante ayuda

Mientras Sherlock se deterioraba y desmoronaba frente a los ojos preocupados de su hermano mayor, el mismo estaba completamente sumergido en la rabia. El sabia de quien era la culpa, por lo que esa misma tarde cuando Watson puso un pie en su casa, el ya estaba allí echándole encima la peor de sus iras. John quedo anonado ante tanta información por lo que una vez que Mycroft abandono su porche, se escabullo por el jardín de sus vecinos y entro de improvisto por una ventana trasera. Una vez en la habitación de su mejor amigo no podía creer lo que veía y el corazón le dolió tanto que sintió su alma ahogarse en culpa. A pesar de estar todo cerrado, algunos rayos de luz se escabullían tras las cortinas dejando vislumbrar siluetas y apreciar el desastre en el cuarto. Su amigo se encontraba en el suelo, solo una sabana cubriéndolo, su frente sudorosa y sus rizos despeinados hacia atrás dejaban a la vista aquellos ojos claros perdidos en algo mas allá de John

World War I (AU) JohnLockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora