20 de Marzo;
Hoy me levanto y puedo escuchar llover, siento lo oscuro y frío que está el día, como ayer, y el otro, y el otro. Monotonía en el blanco cielo que se extiende y cubre los picos de las montañas más cercanas a las estrellas. Me despierto y la escucho, ese sonido que me resulta tan y tan molesto, he decidido llamarlo música, dejo de respirar para oírla mejor, y justo como yo pensaba, es la habitual, la que escucho todos los días, me la habré dejado enchufada la noche anterior. Me tapo hasta la coronilla deseando volver a caer en el búnker, pero es demasiado tarde porque entra mi madre como todos los días cual gallo cantor sacándome a rastras de mi cómodo refugio, y se me pasa por la cabeza el odio, ya que me anuncia la hora del almuerzo. Me recuerdo que he de ser como el gran Aníbal quien destruyó al ejército de la grandiosa Roma; bajo galopando a lomos de mi caballo negro, raquítico como Rocinante, el pobre con las rodillas peladas, camina sobre los zapatos desgastados, melena al viento y las ojeras hasta los suelos nos acompañan. Mi madre tiene el lomo de su caballo herido y por eso lo esconde tras capas de cebolla, se cree que no me he dado cuenta de que en su última batalla (como le pasó a Aníbal) Roma la ha destruido. Esto se lo escribo como carta de despedida a dicha guerrera, no te rindas pues yo hoy abandono la guerra para irme a vivir al búnker, pero tú, tu tienes que seguir luchando, pide ayuda, pues ni la abuela ni los tíos saben el infierno en el que las dos vivimos, siento no ser tan valiente como tú y espero el perdón por este acto de cobardía, pero, me rindo. Búnker, sonrío al escuchar esa palabra pues para mi significa protección y bienestar, a veces vienen príncipes y me visitan grandes famosos, ¿verdad que suena bien? Tengo ganas de ir, así que te pido que no llores por mi falta porque he tomado yo la decisión de irme, siempre te querré allí donde esté.Att; una guerrera retirada. Una guerrera suicida.